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EL MARIEL: EL FUTURO DE CUBA DE LA MANO DE BRASIL.
Vista parcial del edificio administrativo de la terminal de contenedores ubicada en el puerto de la Zona Especial de Desarrollo de Mariel, en Cuba. Crédito: Jorge Luis Baños /IPS
La Zona Especial de Desarrollo de Mariel (ZEDM), la obra de mayor envergadura en muchas décadas en Cuba, nació gracias al respaldo financiero de Brasil, que aglutinó voluntad política, estrategia de integración y, también, visión de negocio.
“Cuba sola no hubiera podido acometer el proyecto desde el punto de vista técnico o económico”, afirmó a IPS el economista Esteban Morales, para quien el entorno geográfico convierte a la obra en estratégica para la actividad comercial, industrial y de servicios en América Latina y el Caribe.
Brasil financió los bienes y servicios de la construcción de la terminal de contenedores y la remodelación del puerto de Mariel, equipado con tecnología de última generación para recibir y operar carga de naves de gran calado como los llamados “Postpanamax”, que comenzarán a llegar cuando se complete la ampliación del Canal de Panamá, en diciembre de 2015.
La instalación, a 45 kilómetros al oeste de La Habana, se ubica en la ruta de los principales flujos de transporte marítimo del hemisferio, por lo que los expertos coinciden en indicar que la rada tiene características para ser la mayor del Caribe en tamaño y volumen de actividad.
La terminal es el corazón de la zona especial, de 465 kilómetros cuadrados, que ofrecerá una infraestructura de autopistas que conectarán al puerto de Mariel con el resto del país, una red ferroviaria, estructuras de comunicaciones y variados servicios.
En la zona especial, actualmente en construcción, se realizarán actividades productivas, comerciales, agropecuarias, portuarias, logísticas, de formación y capacitación, recreativas, turísticas, inmobiliarias, y de desarrollo e innovación tecnológica, en instalaciones que incluyen centros de distribución de mercancías y parques industriales.
Dividida en ocho sectores, para su desarrollo por etapas, las primeras se destinarán a telecomunicaciones y un parque de tecnología moderna en el cual se ubicarán industrias farmacéuticas y de biotecnología, dos sectores a los que se dará prioridad en Mariel, junto con el de energías renovables y el agroalimentario, entre otros.
El gobierno cubano estudia actualmente la aprobación de 23 proyectos de Europa, Asia y América para establecerse en Mariel, en sectores químicos, de materiales de construcción, logística y de arrendamiento de equipos.
Inaugurada el 27 de enero, durante sus primeros seis meses de operación, la terminal recibió 57 barcos y unos 15.000 contenedores, una cantidad mínima porque la capacidad de almacenaje es de 822.000. Los Postpanamax podrán transportar hasta 12.600 contenedores, tres veces más que los buques que pueden atravesar ahora el canal interoceánico.
Otro economista, Pedro Monreal, calcula que el costo por contenedor caerá entonces a la mitad.
El menor costo, analizó, mejoraría la competitividad de las manufacturas brasileñas, por citar un ejemplo. Mariel, donde operará también una zona franca, podría convertirse en plataforma de producción y exportación para esas empresas, incluso para abastecer su propio mercado.
Equipos pesados preparan el terreno donde se construye la vía férrea que formará parte de las nuevas infraestructuras vinculadas a la zona de desarrollo que representa el mayor proyecto que se ejecuta en Cuba en décadas. Crédito: Jorge Luis Baños/IPS
El Decreto Ley 313, que creó la ZEDM, es del 13 de septiembre de 2013, pero la remodelación de Mariel comenzó tres años antes, conducida por una empresa mixta formada en febrero de 2010 por la Compañía de Obras e Infraestructura, subsidiaria de la constructora privada brasileña Odebrecht, y por Quality Cuba SA.
La terminal de contenedores es administrado por Global Ports Management Limited, uno de los mayores operadores portuarios del mundo, que labora desde hace tiempo con la firma cubana Almacenes Universales S.A, propietaria, usuaria y responsable de velar por el uso eficiente del enclave portuario.
También la relación entre Cuba y Brasil es de larga data. El ex presidente Luis Inácio Lula da Silva (2003-2010) no oculta sus simpatías por la revolución de este país caribeño, que ha visitado en numerosas ocasiones, primero como dirigente sindical y político, luego como mandatario y ahora como ex gobernante.
Dos paquetes de acuerdos suscritos en 2008 y 2010 entre Lula y el presidente cubano Raúl Castro, marcan su interés por reforzar los vínculos binacionales, un esfuerzo continuado por la actual mandataria brasileña, Dilma Rousseff.
En medio, se habría acordado el crédito para Mariel.Rousseff especificó cuando asistió a la inauguración de la terminal que sumó 802 millones de dólares para esta etapa, más 290 millones más para la segunda fase. El primero de los créditos se destinó inicialmente a la autopista, pero el gobierno local decidió comenzar por el puerto.
El préstamo fue otorgado por el estatal Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) de Brasil. La Habana aportó 15 por ciento de la inversión necesaria para las obras.
“Cuba es una prioridad para nuestro gobierno y también La Habana pone mucha atención a Brasil”, comentó a IPS el director general de la Agencia Brasileña de Promoción de Exportaciones e Inversiones (Apex-Brasil), Hipólito Rocha.
Apex-Brasil la crearon Lula y Castro para promover negocios conjuntos con Cuba, el Caribe y América Central.
Odebrecht es la más importante compañía vinculada a Mariel, pero fuentes diplomáticas dijeron a IPS que en total unas 400 empresas brasileñas participan en las obras.”Entre nuestros países hay afinidad, voluntad política, vocación para integrarse, pero también son importantes los negocios”, comentó el brasileño Rocha.
Añadió que Cuba cumple rigurosamente sus compromisos financieros con Brasil y que la relación binacional “está muy consolidada, es sostenible y deja beneficios también a nuestro país”.
Para el analista Arturo López-Levy, la vinculación de Brasil con el proyecto de la zona resultó decisiva no solo por la inversión. El politólogo residenciado en Estados Unidos consideró que el gobierno de Brasil envía un mensaje a Washington y la Unión Europea y otras potencias emergentes de respaldo a la transformación cubana.
Si de señales se trata los presidentes de China, Xi Jinping, y Rusia, Vladimir Putin, las dieron cuando realizaron sendas visitas a Cuba en julio, para ampliar los proyectos de colaboración con La Habana.
Los dos mandatarios pasaron por este país en el marco de su participación en la Sexta Cumbre del grupo del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), entre el 14 y 16 de julio, que se realizó en la nación sudamericana.
El reforzamiento de estos vínculos promete un mayor acceso a los mercados chino y ruso, atracción para inversiones en áreas de interés común como la industria farmacéutica y energética, cooperación para la modernización en sectores estratégicos de defensa, puertos y telecomunicaciones, resumió López-Levy a IPS.
Sobre el posible interés de empresarios estadounidenses en posicionarse en la ZEDM y un aumento de presiones para el cese del embargo, este analista advirtió que como mercado, Cuba “causa un interés muy limitado en Estados Unidos”.
Empero, consideró “evidente” que aumenta la motivación de los inversores estadounidenses en general, y de los pertenecientes a la comunidad cubano-estadounidense en particular.
“Para que esas motivaciones se transformen en presión política contra el embargo es necesario que la economía cubana transmita señales claras de recuperación y de que en términos fundamentales, el gobierno tiene la disposición a adoptar una economía mixta con garantías transparentes para los inversionistas y capacidad de exportar”, indicó.
Rocha tiene una opinión algo diferente.
“El embargo va a caer por su propio peso. Lo tumbarán los negocios”, dijo. En un hecho interpretado como simbólico, el primer buque que atracó en el puerto de Mariel tras su inauguración trajo alimentos para Cuba desde Estados Unidos, únicas importaciones, mediante pago en efectivo, permitidas por el bloqueo de más de cinco décadas.
IPS/Patricia Grogg/ PhotosJorge Luis Baños/IPS/Stephanie Wildes
InternetPhotos/www.thecubanhistory.com
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor.
MARIEL: CUBA’S FUTURE BY THE HAND OF BRAZIL.
The Mariel special economic development zone, the biggest construction project undertaken in decades in Cuba, emerged thanks to financial support from Brazil, which was based on political goodwill, a strategy of integration, and business vision.
“Cuba would not have been able to undertake this project from a technical or economic point of view,” economist Esteban Morales told IPS. He added that the geographic setting makes the development zone strategic in terms of trade, industry and services in Latin America and the Caribbean.
Brazil financed the construction of the container terminal and the remodeling of the port of Mariel, which is equipped with state-of-the-art technology to handle cargo from Post-Panamax container ships that will begin to arrive when the expansion of the Panama Canal is completed in December 2015.
The container terminal administrative building in the port of the Mariel special economic development zone in Cuba. Credit: Jorge Luis Baños/IPS
Post-Panamax refers to vessels that do not fit in the current Panama Canal, such as the supertankers and the largest modern container and passenger ships.
The port, 45 km west of Havana, is located along the route of the main maritime transport flows in the Western hemisphere, and experts say it will be the largest industrial port in the Caribbean in terms of both size and volume of activity.
Construction of the terminal, in the heart of the 465 sq km special economic development zone, has included highways connecting the Mariel port with the rest of the country, a railway network, and communication infrastructure, and the port will offer a variety of services.
In the special zone, currently under construction, there will be productive, trade, agricultural, port, logistical, training, recreational, tourist, real estate, and technological development and innovation activities, in installations that include merchandise distribution centres and industrial parks.
The special zone is divided into eight sectors, to be developed in stages. The first involves telecommunications and a modern technology park where pharmaceutical and biotechnology firms will operate – two sectors which will be given priority in Mariel, along with renewable energies, agriculture and food, among others.
The Cuban government is currently studying the approval of 23 projects from Europe, Asia and the Americas for Mariel, in the chemical, construction materials, logistics and equipment rental industries.
The terminal was inaugurated on Jan. 27, and during its first six months of operation it received 57 ships and some 15,000 containers – small numbers compared to the terminal’s warehouse capacity of 822,000 containers. Post-Panamax vessels can carry up to 12,600 containers, three times more than Panamax ships.
Another economist, Pedro Monreal, estimates that the cost per container will be cut in half.
The lower costs, he said, will improve the competitiveness of Brazil’s manufactured goods, to cite one example. Mariel, where a free trade zone will also operate, could become a platform for production and export by the companies, even for supplying Brazil’s domestic market.
Heavy machinery prepares the terrain for a railway that will form part of the new infrastructure linked to the special development zone in the port of Mariel – the biggest project undertaken in Cuba in decades: Credit: Jorge Luis Baños/IPS
Although Decree Law 313, which created the special economic development zone, was passed in September 2013, the remodeling of Mariel began three years ago, led by a joint venture formed in February 2010 by the Compañía de Obras e Infraestructura, a subsidiary of the private Brazilian construction firm Odebrecht, and Quality Cuba SA.
The container terminal is run by Global Ports Management Limited of Singapore, one of the world’s biggest container terminal operators, which has been working with the Cuban firm Almacenes Universales S.A, which is the owner and user of the terminal, and responsible for oversight of its efficient use.
The relationship between Cuba and Brazil is a longstanding one. Former Brazilian president Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) did not hide his sympathies for the Cuban revolution, and has visited this country a number of times, first as a trade unionist and political party leader, and then as a president and former president.
Two packages of agreements signed in 2008 and 2010 between Lula and Cuban President Raúl Castro marked their interest in strengthening bilateral ties, an effort continued by current Brazilian President Dilma Rousseff.
When she attended the inauguration of the terminal, Rousseff said the project would take 802 million dollars in the first stage, plus 290 million for the second stage. The first of Brazil’s loans was initially to go towards construction of the road, but the local government decided to start with the port.
The credit was granted by Brazil’s National Bank of Economic and Social Development (BNDES). Havana provided 15 percent of the investment needed for the work.
“Cuba is a priority for our government, and Brazil is important to Havana,” the director general of the Brazilian Agency for the Promotion of Exports and Investments (APEX-Brazil), Hipólito Rocha, told IPS.
APEX-Brazil was created by Lula and Castro to promote joint business ventures with Cuba, the rest of the Caribbean and Central America.
Odebrecht is the most important company involved in Mariel, but diplomatic sources told IPS that a total of around 400 Brazilian companies are taking part in the project. “Between our countries there is affinity, political will, an interest in integration, but business matters are also important,” Rocha said.
He added that Cuba strictly lives up to its financial commitments with Brazil, and said bilateral relations “are solid, sustainable and bring benefits to our country as well.”
Analyst Arturo López-Levy said Brazil’s involvement in the Mariel project was decisive not only because of the investment. The political scientist, who lives in the United States, says the Brazilian government is sending a message to Washington and the European Union and other emerging powers that it backs the transformations underway in Cuba.
The presidents of China, Xi Jinping, and Russia, Vladimir Putin, also sent out signals when they visited Cuba in July, indicating their interest in expanding cooperation with Havana.
The two presidents stopped over in Cuba when they travelled to the sixth summit of the BRICS group (Brazil, Russia, India, China and South Africa), held Jul. 14-16 in Brazil.
The strengthening of ties promises greater access to the Chinese and Russian markets, attraction of investment in areas of common interest like the pharmaceutical and energy industries, and cooperation for the modernisation of strategic areas in defence, ports and telecommunications, López-Levy told IPS.
With respect to the possible interest of U.S. businesses in getting a foothold in the special economic development zone, and to an increase in pressure for the lifting of the five-decade U.S. embargo, the analyst said “the Cuban market awakens very limited interest in the United States.”
However, he said it was “clear” that U.S. investors are becoming more interested, especially Cuban-Americans.
“In order for this motivation to turn into political pressure against the embargo, the Cuban economy has to give out clear signs of recovery and of the government’s willingness, in key areas, to adopt a mixed economy with transparent guarantees for investors and export capacity,” he said.
Rocha has a somewhat different opinion.
“The embargo is going to collapse under its own weight,” he said. “Business will knock it down.”
It was seen as symbolic that the first ship that docked in the Mariel port after it began to operate brought food for Cuba from the United States – cash-only imports, which were authorised by the U.S. Congress in 2000.
IPS/Patricia Grogg/ PhotosJorge Luis Baños/IPS/Stephanie Wildes
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The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor.