– JULIO AND ENRIQUE IGLESIAS, Two Periods in Cuban life. Videos. (II) – JULIO Y ENRIQUE IGLESIAS, dos Épocas en la Vida Cubana. Videos.

Julio & Enrique Iglesias.

Julio & Enrique Iglesias.

My mother wore a t-shirt with the face of the Spanish singer Julio Iglesias, bought in the informal market in the early 1980s. At a meeting of the Union of young communists, they warned her that he could continue using it. The author of life as usual had fallen on the black list of censorship and that piece of clothing has withered in a drawer of our House.


Julio Iglesias “La Vida Sigue Igual”.

This January, nearly four decades after that point in my childhood, his son Enrique Iglesias has come to Cuba to film the video for the single getting radio. A legion of fans prepare to follow it up to the locations where it will work together with director Alejandro Pérez, the musician Descemer Bueno and the Puerto Rican duo Zion & Lenox.

Although the national media have managed with caution the visit of Iglesias, the news has spread quickly among people. No doubt, there will be crowding around the places where it plans to move the singer, in the style of those caused by Beyonce, Rihanna, Katty Perry, the Kardashians, or Madonna, during their stay on the island.

On Wednesday, many young women sigh for an autograph of the successful artist and await to capture a moment in which he approaches, pass, is made to see with your mobile phone. They are women who have the same age as my mother in those years when they forbade him wear a t-shirt with the face of the other Iglesias, the forbidden.

My mother could never go to a Julio Iglesias concert. I believe that she not even hear his songs. This week, other Cuban as it will have its small historic rematch.

By then, Cuban authorities did not give explanations about exclusion. There were only rumours and half sentences saying: “He made statements against Cuba”, it commented in some official circles; “July was you singing to Pinochet to Chile,” warned the more rabidly militants, referring to the journey of the artist in 1977 to this South American country.

It is true that Iglesias, father, went on to swell the list of singers who could not be spread in the radio and television. His name was added to others excluded such as Celia Cruz, Olga Guillot, Nelson Ned and even José Feliciano. Only the latter returned to airing in the Cuban media later.

Few years before it was “strips”, the film inspired by the life of Julio Iglesias had been a success of blockbuster in cinemas on the island. Many spectators are ufanaban of having seen the film several times in a single day and refrains of his songs went to the songs of the Nueva Trova.


Enrique Iglesias “Bailando”.

Iglesias, as well as artistic tastes, meant a fresh wind at a time in which Cuban music is filled with slogans. Speaking of romance, love, loss and neglect, in a country where they had parked the bolero and only allowed passion was that could feel the cause and the revolution. It swept away among the young, tired of so much trench and need feel more meat and less utopia.

My mother could never go to a Julio Iglesias concert. I believe that she not even hear his songs. This week, other Cuban as it will have its small historic rematch. Other Iglesias have arrived, their songs are different and the Cuba that land little resembles the sovietizada island of yesteryear. The music just win you a game to the ideology.

Agencies/14ymedio/Yoani Sanchez/YouTube/Internet Photos/Arnoldo Varona/TheCubanHistory.com
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JULIO Y ENRIQUE IGLESIAS, DOS ÉPOCAS EN LA VIDA CUBANA.

Mi madre tenía una camiseta con el rostro del cantante español Julio Iglesias, comprada en el mercado informal a principios de los años ochenta. En una reunión de la Unión de Jóvenes Comunistas le advirtieron que no podía seguir usándola. El autor de ‘La vida sigue igual’ había caído en la lista negra de la censura y aquella prenda de ropa se marchitó en una gaveta de nuestra casa.

Este enero, casi cuatro décadas después de aquel punto en mi infancia, su hijo Enrique Iglesias ha llegado a Cuba para filmar el videoclip del sencillo Súbeme la radio. Una legión de admiradores se prepara para seguirlo hasta las locaciones donde trabajará junto al director Alejandro Pérez, el músico Descemer Bueno y el dúo puertorriqueño Zion y Lenox.

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Aunque los medios nacionales han manejado con cautela la visita de Iglesias, la noticia se ha extendido rápidamente entre la gente. Habrá, sin dudas, aglomeraciones alrededor de los lugares por donde planea moverse el cantante, al estilo de las provocadas por Beyoncé, Rihanna, Katty Perry, las Kardashians o Madonna, durante su estancia en la Isla.

Este miércoles, muchas jóvenes suspiran por lograr un autógrafo del exitoso artista y aguardan para capturar con su teléfono móvil un instante en que él se acerque, pase, se haga ver. Son mujeres que tienen la misma edad que mi madre en aquellos años cuando le prohibieron usar una camiseta con el rostro del otro Iglesias, el prohibido.

Mi madre nunca pudo ir a un concierto de Julio Iglesias. Creo que ya ni siquiera escucha sus canciones. Esta semana, otras cubanas como ella tendrán su pequeña revancha histórica.


Julio Iglesias “La Vida Sigue Igual”.

Por aquel entonces, las autoridades cubanas no dieron explicaciones sobre la exclusión. Solo hubo rumores y frases a medio decir: “Hizo declaraciones contra Cuba”, se comentaba en algunos círculos oficiales; “Julio le fue a cantar a Pinochet a Chile”, advertían los más furibundos militantes, en alusión al viaje del artista en 1977 a ese país sudamericano.

Lo cierto es que Iglesias, el padre, pasó a engrosar el listado de los cantantes que no podían difundirse en la radio y la televisión. Su nombre se sumó a otros excluidos como Celia Cruz, Olga Guillot, Nelson Ned y hasta José Feliciano. Este último solo volvió a transmitirse en los medios cubanos tiempo después.

Pocos años antes de que fuera “presillado”, la película inspirada en la vida de Julio Iglesias había sido un éxito de taquilla en los cines de la Isla. Muchos espectadores se ufanaban de haber visto el filme en varias ocasiones en un mismo día y los estribillos de sus canciones desplazaron a las canciones de la Nueva Trova.


Enrique Iglesias “Bailando”.

Iglesias, amén de gustos artísticos, significó un viento fresco en un momento en que la música cubana se llenaba de consignas. Hablaba de romance, amor, pérdida y olvido, en un país donde se había aparcado el bolero y la única pasión permitida era la que podía sentirse por la causa y la Revolución. Arrasó entre los jóvenes, hartos de tanta trinchera y necesitados de sentirse más carne y menos utopía.

Mi madre nunca pudo ir a un concierto de Julio Iglesias. Creo que ya ni siquiera escucha sus canciones. Esta semana, otras cubanas como ella tendrán su pequeña revancha histórica. Otro Iglesias ha llegado, sus canciones son diferentes y la Cuba en la que aterriza poco se parece a aquella Isla sovietizada de antaño. La música acaba de ganarle una partida a la ideología.

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