EL JOSE MARTI QUE SIEMPRE ESTARA PRESENTE COMO ESTIMULO PERDURABLE EN CADA CUBANO. PHOTOS.
LA IMAGEN de José Martí -el revolucionario que dijo e hizo para ayer y para hoy- es como esos árboles gigantes que mientras más tiempo pasa sobre ellos, más afianzan sus raíces y crecen. Una vez, sin intenciones proféticas personales, escribió: «Mi verso crecerá. Bajo la yerba, yo también creceré…»
La frase poética iba a ser una realidad histórica. Martí echa raíces y sin descanso crece -no bajo la hierba, sino sobre la tierra- y crecerá cada vez con mayor empeño en el corazón, en la unidad y el esfuerzo de todos los cubanos.
En ocasión de conmemorarse este aniversario 172 de su natalicio, nada mejor que un acercamiento al Anecdotario Martiano, de Gonzalo de Quesada y Miranda, a través del cual se ofrece un retrato cercano, más bien íntimo, de la personalidad inolvidable de José Martí.
Es un texto valioso por sus apreciaciones y aspectos novedosos para muchos, aún cuando fue publicado en 1948, que atrapa en su lectura de principio a fin, y que, como señala su autor, tenía «como propósito fundamental ofrecer a los jóvenes cubanos un cuadro exacto y bien perfilado de la extraordinaria personalidad del gran revolucionario cubano».
UN TRABAJADOR INFATIGABLE…
Ante todo se resalta que Martí era un trabajador infatigable. Escribía diez o más cartas, varios manifiestos revolucionarios, artículos para el periódico Patria, correspondencias para diarios sudamericanos, versos, todo en un solo día. Y aún le quedaba tiempo para llevar a sus libros de apuntes alguna nota personal o curiosa.
Estaba consciente que tenía mucho por hacer. Dormía poco y con inquietud. En los días angustiosos en que preparaba la última guerra de independencia, pocas fueron sus horas de descanso.
Frágil de cuerpo, precario de salud y con una dolorosa herida inguinal, causada por la cadena de presidiario cuando apenas tenía 17 años de edad, herida que llevó con estoicismo desde la adolescencia hasta la muerte.
Los que conocieron, atestiguaron que se le veía siempre inquieto y nervioso, de rápido andar. Subía y bajaba las escaleras «como quien no tiene pulmones», porque quería andar tan a prisa como su pensamiento.
Era muy respetuoso de las opiniones de los demás, pero estaba convencido de sus doctrinas e ideales, defendiéndolos con calor y apasionamiento. Sabía responder a cuanto agravio directo o disfrazado se le hacía, aunque nunca se vanaglorió de su valor personal.
Su hablar era más bien suave, persuasivo. Sin embargo, en sus discursos revolucionarios su palabra llegaba a romper el aire «como tajo de machete».
Su frente alta y despejada dejaba entrever con el paso de los años cómo su pelo negro se iba clareando en las sienes. Su nariz recta reflejaba firmeza.
Con el paso de los años ha crecido Martí y con él todos, porque su amor por la Patria y por los hombres, su lucha por la libertad, sus ideas y acciones, y su ejemplo inagotable quedan como estímulo perdurable sin término previsible.
THE JOSE MARTI WILL ALWAYS BE PRESENT AS AN ENDURABLE STIMULUS IN EVERY CUBAN. PHOTOS.
THE IMAGE of José Martí -the revolutionary who said and did for yesterday and for today- is like those giant trees that the more time he spends on them, the more they strengthen their roots and grow. Once, without personal prophetic intentions, he wrote: «My verse will grow. Under the grass, I too will grow…”
The poetic phrase was to be a historical reality. Martí takes root and grows without rest -not under the grass, but on the ground- and will grow with greater determination in the heart, in the unity and effort of all Cubans.
On the occasion of commemorating the 172th anniversary of his birth on January 28, nothing better than an approach to the Anecdotario Martiano, by Gonzalo de Quesada y Miranda, through which a close, rather an intimate portrait of the unforgettable personality of Jose Marti.
It is a valuable text for its appreciation and novel aspects for many, even when it was published in 1948, which captures its reading from beginning to end, and which, as its author points out, had “as its fundamental purpose to offer young Cubans a picture accurate and well outlined of the extraordinary personality of the great Cuban revolutionary».
A TIRELESS WORKER…
Above all, it is emphasized that Martí was a tireless worker. He wrote ten or more letters, various revolutionary manifestos, articles for the Patria newspaper, correspondence for South American newspapers, verses, all in a single day. And he still had time to take some personal or curious note to his notebooks.
He was aware that he had a lot to do. He slept little and restlessly. In the anguishing days when he was preparing the last war of independence, few were his rest hours.
Fragile in body, precarious in health and with a painful inguinal wound, caused by the prisoner’s chain when he was barely 17 years old, an injury that he carried with stoicism from adolescence until death.
Those who knew him testified that he was always restless and nervous, with a fast walk. He went up and down the stairs “like someone who has no lungs” because he wanted to walk as fast as he thought of himself.
He was very respectful of the opinions of others, but he was convinced of his doctrines and ideals, defending them with heat and passion. He knew how to respond to any direct or disguised wrong done to him, although he never boasted of his personal value.
His talk was rather smooth, and persuasive. However, in his revolutionary speeches, his word would break the air “like a machete cut.”
His high, clear forehead revealed over the years how his black hair was thinning at the temples. His straight nose reflected firmness.
Over the years, Martí and everyone has grown with him, because his love for the country and for men, his fight for freedom, his ideas and actions, and his inexhaustible example remain as a lasting stimulus. with no foreseeable end.
Agencies/ Wiki/ RadiEncl./ Ana Rosa Perdomo/ Extractos/ Excerpts/ Internet Photos/ Arnoldo Varona.
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