JOSE MARTI IN LOVE
Where this man got the time to do what he did?
Brought together the wills of independence, he founded a political party, organized the war against Spain. After 17 years of age when he left Cuba deported after serving prison and forced labor despite his young age, lived almost permanently in exile. He completed two university degrees in Spain, worked as a lawyer and bookkeeper, was a teacher in Guatemala, Venezuela and the United States. Consul in New York in several South American republics and its representative in international conferences. Speaker. Journalist forever. He created and ran a newspaper, Patria, and published several magazines, including The Golden Age for American children, writing from beginning to end. Was writing directly in English for American newspapers. Did theater, wrote a novel. As a poet, is the largest in the language, founder of modernism, but in the end will not fit into any school … His complete works, chronicles, articles, essays, literature, letters, speeches … – totaling nearly thirty volumes of over 300 pages each.
Where did this man while he lived only 42 years to do what he did? Did they leave their political and professional work time for private life? Do I love?
“Marti was a man in need of heat. Only in the disputes of love or action was its own temperature, “says Jorge Manach in Martí, the Apostle, his unsurpassed biography of Cuba’s National Hero. A man who sometimes fell in love than the love of women.
He’s upset that a marriage was born a son to whom he dedicated a splendid collection of poems, Ismaelillo. But before and after and sometimes let in parallel with other women in their fervor of exile.
Rosario de la Peña, The Muse, the George Sand of Mexico, was among the first. And the actress, also Mexican, Concha Padilla, with whom he had an affair of “sudden alternations of bliss and storm.” She was the main protagonist of the drama is repaid with love Love that Mexican Marti paid with long applause.
Concha was very jealous and had reasons for this. She was increasingly stingy with the leading man as he lavished in attention to other women. Galantuomo called him a friend, and he confessed that he wanted to split “into pieces” of all.
Dona Leonor, the mother, was pleased with the affairs of Marti Concha Padilla, “which may be as decent as you like, but it’s a comic,” and many of his friends either. Manuel Mercado, his brother Mexican, I got through the eyes of the Cuban Carmen Zayas Bazán, thin and elegant, attracting, as it passes through the Alameda, the eyes of all young people.
After the turbulent love affair with Concha, Carmen was a backwater. Pledged and Marti traveled to Guatemala. There he met Maria Garcia Granados, daughter of a former president of that country. It was a mutual sympathy, an immediate approach that girl 20 years old, pale, soft look. He discovered the dormant love and tenderness overflowed it when she played the piano a waltz by Arditi.
Ask her to write a poem in his intimate album. Marti and she does not read it though. He talks about friendship in his verses, not of love. He wants to shake his hand and she takes the handkerchief to her eyes and runs into the house.
Marti had said nothing to his friends Guatemalans of its commitment to Carmen and the poem on the album of Mary, rather than a white lie is to her a cruel revelation.
He travels to Mexico and returned to Guatemala, married. Mary dies. Years later immortalize Marti on The girl in Guatemala, one of his most famous poems and repeated.
She gave the forgetful … / pad smell. / He returned, he married. / She died of love …
With Carmen Zayas Bazán sometimes things go well and almost always wrong. Reach deported back to Havana, where his son was born, but banished again and from there the couple will meet from time to time. If found, half a diplomatic peace between them in a difficult household economic distress and continuing claims made by Marti their patriotic ideals. One day, welcome to the protection of the Spanish consul in New York, Carmen Martí abandons forever. She is a woman and perhaps sensed that other love “and domestic calm and has replaced the elusive love.”
Because at that time another Carmen, Carmen Miyares, had already appeared in the Apostle’s life. And the full. She is married to the Cuban Manuel Mantilla, suffering from melancholy and paralysis. Is half Venezuelan and half from Santiago, robust, talkative, friendly.
Much has been said about these loves. Some deny them. To Mary, the daughter of Carmen and which repeats the name of the girl from Guatemala, Martí wanted to parental love. The resemblance between the two is amazing if you compare his portraits. Was your father? It matters little more precise. A Maria Mantilla Marti wrote letters overflowing with affection and advice for life when he was gone.
The last of these letters, written weeks earlier, received Mary in New York on May 19, 1895, the same day as Marti in Cuba, fell in battle against the Spanish troops. In it he said he had his portrait on the heart, as a shield against the bullets.
Sources: CiroBianchiRoss/InternetPhotos/TheCubanHistory.com
Marti in Love/ The Cuban History/ Arnoldo Varona, Editor
¿De dónde sacó tiempo este hombre para hacer lo que hizo?
Aunó las voluntades independentistas, fundó un partido político, organizó la guerra contra España. Después de los 17 años de edad, cuando salió deportado de Cuba tras cumplir prisión y trabajos forzados pese a su minoría de edad, vivió de manera casi permanente en el exilio. Cursó dos carreras universitarias en España; trabajó como abogado y tenedor de libros, fue maestro en Guatemala, Venezuela y Estados Unidos. Cónsul en Nueva York de varias repúblicas sudamericanas y su representante en conferencias internacionales. Orador. Periodista siempre. Creó y dirigió un periódico, Patria, y publicó varias revistas, entre ellas La edad de oro, para los niños de América, que escribía de cabo a rabo. Redactaba directamente en inglés para periódicos norteamericanos. Hizo teatro, escribió una novela. Como poeta, es de los más grandes del idioma, iniciador del modernismo, aunque a la postre no quepa en ninguna escuela… Sus obras completas –crónicas, artículos, ensayos, literatura, cartas, discursos…- suman casi treinta volúmenes de más de 300 páginas cada uno.
¿De dónde sacó tiempo este hombre que vivió solo 42 años para hacer lo que hizo? ¿Dejaron sus tareas políticas y profesionales tiempo para la vida privada? ¿Amó?
“Martí era un hombre necesitado de calor. Solo en las lides del amor o de la acción encontraba su propia temperatura”, dice Jorge Mañach en Martí el Apóstol, su insuperable biografía del Héroe Nacional de Cuba. Un hombre que a veces se enamoraba del amor más que de la mujer.
Tuvo un matrimonio contrariado del que le nació un hijo al que dedicó un poemario espléndido, Ismaelillo. Pero antes y después y a veces paralelamente dejó entrar a otras mujeres en sus fervores de desterrado.
Rosario de la Peña, La Musa, la George Sand de México, fue de las primeras. Y la actriz, también mexicana, Concha Padilla, con la que tuvo un idilio de “bruscas alternativas de beatitud y borrasca”. Ella fue la protagonista principal del drama Amor con amor se paga que el público mexicano pagó a Martí con largos aplausos.
Era muy celosa la Concha y tenía motivos para ello. Se mostraba cada vez más avara con el galán mientras él se prodigaba en atenciones con las demás mujeres. Galantuomo le llamaba un amigo, y él confesaba que quería dividirse “en cachitos” entre todas.
Doña Leonor, la madre, no veía con agrado los amoríos de Martí con Concha Padilla, “que podrá ser todo lo decente que se quiera, pero es una cómica”, y muchos de sus amigos tampoco. Manuel Mercado, su hermano mexicano, le metió por los ojos a la cubana Carmen Zayas Bazán, fina y elegante, que atraía, a su paso por la Alameda, las miradas de todos los jóvenes.
Luego de los amores turbulentos con la Concha, Carmen fue un remanso. Se comprometieron y Martí viajó a Guatemala. Allí conoció a María García Granados, hija de un ex Presidente de ese país. Fue una simpatía mutua, un acercamiento inmediato a aquella muchacha de 20 años de edad, rostro pálido y mirada suave. Él le descubrió el amor dormido y se le desbordaba la ternura cuando ella interpretaba al piano algún vals de Ardite.
Pídele ella que le escriba un poema en su álbum íntimo. Martí lo hace y la muchacha lo lee con pesar. Habla de amistad en sus versos, no de amor. Quiere él estrecharle la mano y ella se lleva el pañuelo a los ojos y huye al interior de la casa.
Nada había dicho Martí a sus amigos guatemaltecos de su compromiso con Carmen y el poema en el álbum de María, más que una mentira piadosa es para ella una cruel revelación.
Viaja él a México y regresa a Guatemala, casado. María muere. Años después Martí la inmortalizaría en La niña de Guatemala, uno de sus poemas más célebres y repetidos.
…Ella dio al desmemoriado / una almohadilla de olor. / El volvió, volvió casado. / Ella se murió de amor…
Con Carmen Zayas Bazán las cosas van a veces bien y casi siempre mal. Logra el deportado regresar a La Habana, donde nace su hijo, pero vuelven a desterrarlo y a partir de ahí la pareja se reunirá de cuando en cuando. Si se encuentran, media una paz diplomática entre ellos en un hogar difícil por la estrechez económica y los continuos reclamos que hacen a Martí sus ideales patrios. Un día, acogida a la protección del cónsul español en Nueva York, Carmen abandona a Martí para siempre. Es una mujer y acaso intuye que otro amor “sereno ya y doméstico le ha sustituido el amor esquivo”.
Porque a esa hora otra Carmen, Carmen Miyares, había aparecido ya en la vida del Apóstol. Y la llena. Está casada con el cubano Manuel Mantilla, enfermo de melancolía y parálisis. Es medio venezolana y medio santiaguera, robusta, parlanchina, simpática.
Mucho se ha hablado de esos amores. Algunos los niegan. A María, la hija de Carmen y en la que se repite el nombre de la niña de Guatemala, Martí la quiso con amor paternal. El parecido entre ambos es asombroso si se comparan sus retratos. ¿Era su padre? Poco importa precisarlo. A María Mantilla escribió Martí cartas desbordadas de cariño y consejos para la vida cuando él ya no estuviera.
La última de esas cartas, escrita semanas antes, la recibió María en Nueva York, el 19 de mayo de 1895, el mismo día que Martí, en Cuba, caía en combate frente a las tropas españolas. En ella le decía que llevaba su retrato sobre el corazón, como un escudo contra las balas.
Sources: CiroBianchiRoss/InternetPhotos/TheCubanHistory.com
Marti in Love/ The Cuban History/ Arnoldo Varona, Editor