Guillermo Armenteros, a native of Catalina de Guines in the Habana area was known from childhood by the nickname of El Congo, came from a humble family dedicated to cutting cane. He was of medium height, simple and handsome reveler, and is estimated to have been born in the last decade the nineteenth century .
Some argue that the sausages be started in 1955 , and sold at parties, from the current restaurant that keeps the name of The Congo .
The sausages , fruit dish of Spanish cuisine in Catalina, with new preparations and seasonings in its construction , and acquired taste changed very personal and peculiar characteristics , so it can achieve acceptance, popularity and high sales. The sausages produced in Catalina de Guines were Beef , Pork and chicken sauce which added a picantosa .
At first the coveted Congo product sold in a basket that was placed on his head , in places close to the dances and public holidays , religious , … During his sales efforts preached the wordsalsa! All guests agreed that it was a delicacy .
The Congo progressed with the proceeds of their sales and then began selling butifaras a truck similar to the ones used granizaderos where expendía your product with bread or without .
Subsequently acquired a portable kiosk transported or could move easily from one place to another . The sale price was five cents and increased to 10, if it was accompanied by a bread if this included two units , the cost was 20 cents . The units were sold for tens alone with sauce .
The emergence , preparation , sale and promotion of this traditional dish menu constituted pride of the residents of Guines .
In 1957 , the opening of the restaurant, continued to sell by this value and presentation, but now , along with other foods.
In the manufacturing process of the sausages involved five or six people , and each performing a specific job : to prepare meat and seasonings , turn upside down and wash the intestines ( then inflated and were located to the Sun ) kneading and fill , tie them and put them to the vapor of a coal stove .
It is assumed that the singredientes , more or less , were : 50 percent of pork, pork 25 uppers and 25 beef and , of course , they added paprika El Potro , Chilean garlic , nutmeg and salt.
Meats are prepared in the form of hash oil, to which he adicionaba species and seasons . Later , this mass was passed to a room in which first could only enter the Congo and , after the death of this , his daughter Wilhelmina . The process in that place was a family secret , as it was where he was finishing the dough , which was deposited through a funnel into the so-called gut, and stood on the hearth .
The sauce is prepared separately , with fat , seasonings and spices , without tomato puree .
The location of trade, in place by the Central Highway , contributed to magnify the fame of the sausage , which at the time was the country’s largest .
For its taste and quality , was known internationally national , and widely reported. Septet Ignacio Piñeiro and appeared to act in a dance hall called The Canyon , which existed in Catalina .
There He was hawking his product Congo and gave them the musicians sausages ; pleased them so much that right there promised Ignacio Piñeiro componerle a song, which was released in that activity. This piece of popular music dating from the 50s, helped increase product coveted fame .
This product was made according to the original recipe of the Congo , until 1964 , when the property was taken over by the Government .
Sources: HavanaDC/Herminio/InternetPhotos/
YouTube/www.TheCubanHistory.com
The Famous “Butifarras del Congo” in Cuba.
The Cuban History, Arnoldo Varona, Editor
Foto por Cecilia Habanera – Por las calles de Santiago de Cuba.
LAS FAMOSAS “BUTIFARRAS DEL CONGO” EN CUBA
Guillermo Armenteros, natural de la zona de Catalina de Guines era conocido desde su infancia por el sobrenombre de El Congo, provenía de una familia humilde dedicada al corte de la caña. Era de mediana estatura, sencillo, jaranero y bien parecido, y se calcula que haya nacido en la última década el siglo XIX.
Hay quienes afirman que las butifarras comenzaron a hacerse en 1955, y se vendían en las fiestas, frente al actual restaurante que mantiene el nombre de El Congo.
Las butifarras, plato fruto de la cocina española en Catalina, con nuevos preparativos y condimentos en su confección, cambió su sabor y adquirió características muy personales y peculiares, por lo que logra alcanzar aceptación, gran popularidad y alto nivel de ventas. Las butifarras producidas en Catalina de Guines eran de carne de Res, Puerco y Pollo a las que añadía una salsa picantosa.
Al principio El Congo vendía el codiciado producto dentro de una cesta que se colocaba sobre su cabeza, en sitios cercanos a los bailes y fiestas públicas, religiosas,… Durante sus gestiones de venta pregonaba la palabra ¡salsa! Todos los comensales coincidían en que era un plato exquisito.
El Congo progresó con el producto de sus ventas y entonces comenzó a vender la butifaras en una carretilla parecida a las que utilizan los granizaderos, donde expendía su producto con pan o sin el.
Con posterioridad adquirió un kiosko transportado o portátil que podía trasladarlo con facilidad de un sitio a otro. El precio de venta consistía en cinco centavos y se incrementaba a 10, si era acompañada de un pan; en caso de que este incluyera dos unidades, su costo era de 20 centavos. Las unidades solas se vendían por decenas con su salsa.
El surgimiento, confección, venta y promoción de este plato constituyó orgullo tradicional del menú de los vecinos de Güines.
En 1957, al inaugurarse el restaurante, continuaron vendiéndose por este valor y presentación, pero ahora, acompañada de otras comidas.
En el proceso de fabricación de las butifarras intervenían cinco o seis personas, y cada una de ellas realizaba un trabajo específico: preparar la carne y los sazones, virar al revés los intestinos y lavarlos (luego se inflaban y se ubicaban al Sol) amasar y rellenar, amarrarlas y ponerlas al vapor de un fogón de carbón.
Se supone que, lo singredientes, más o menos, fueran: 50 por ciento de carne de puerco, 25 de empellas de cerdo y 25 de carne de res y, por su puesto, se les agregaba pimentón El Potro, ajo chileno, nuez moscada y sal.
Las carnes se preparaban en forma de picadillo crudo, al que se le adicionaba especies y sazones. Posteriormente, dicha masa era pasada a una habitación en la cual primero solo podía entrar El Congo y, después del fallecimiento de este, su hija Guillermina. El proceso en aquel sitio constituía un secreto familiar, pues era donde se le daba el acabado a la masa, la cual se depositaba mediante un embudo dentro de la llamada tripa, y se ubicaba sobre el fogón.
La salsa se preparaba aparte, con grasa, sazones y especias, sin puré de tomate.
La ubicación del comercio, en sitio junto a la Carretera Central, contribuyó a engrandecer la fama de la butifarra, que en su momento era la principal del país.
Por su gusto y calidad, fue conocido nacional internacionalmente, y ampliamente divulgado. Ignacio Piñeiro y su Septeto se presentaron para actuar en un salón de baile denominado El Cañón, que existió en Catalina.
Allí El Congo estaba pregonando su producto y les brindó butifarras a los músicos; les agradaron tanto, que Ignacio Piñeiro prometió allí mismo componerle una canción, la cual fue estrenada en esa actividad. Esta pieza de la música popular, que data de la década del 50, contribuyó a incrementar la fama del apetecido producto.
Este producto se confeccionó según la receta original de El Congo, hasta el año 1964, cuando el establecimiento fue intervenido por el Gobierno.
Sources: HavanaDC/Herminio/InternetPhotos/
YouTube/www.TheCubanHistory.com
The Famous “Butifarras del Congo” in Cuba.
The Cuban History, Arnoldo Varona, Editor