ON HOW TO CONVERT A BUROCRAT INTO A USEFUL PERSON
By Fernando Ravsberg
Cuba needs to transform the civil service bureaucracy, I was told by a Spanish specialist in public administration issues. We immediately started into a long conversation about what could be the key to that process.
He claims that the Cuban public administration should replace the “legitimacy” that once gave their link to the revolution by “the legitimacy of the population, for which the civil service needs to understand that in the service of citizens.”
But he says that both Spain and experience of other countries show that it is useless “expected to reduce official discretion, or its power to rule on the citizen. Nobody does it by choice.”
Funcionaria de la compañía telefónica cubana. (Foto: Raquel Pérez)
“The way forward is to give more power to citizens and legal shield him, and that pressure will change the behavior of the official. The procedures should be clearly regulated procedures and well-defined limits.”
I reply that life on the island is governed by circulars, ministerial decisions or special provisions, some of them in direct conflict with the law. Sobran bureaucratic regulations and laws are lacking in practice rather than legislate officials Members.
Enough to recall that for 2 decades a resolution, which few could read, denied access to hotels of Cuban citizens, although the Constitution gives them that right in a very specific way.
I then explained that the route of Cuba “to reduce the arbitrariness is to institutionalize the revolution, which happens because there cumplibles legal regulations and are binding on everyone, both the citizen and the officer.”
Finishing the conversation receive an email from Yamina Valdes-bureaucrat and the state-owned telephone monopoly, threatening to cut off Internet if you do not show immediately that I am a journalist. It’s nothing new, they do every year when I leave the country.
So dedicated is to prevent anyone having internet service without permission not having time to curb corruption within the phone, from the clandestine card sales until the disappearance of a submarine cable thousands of miles.
Incompetence is just the other big issue of the Cuban bureaucracy. Actually the little bureaucrat little known island. One can walk from one desk to another without anyone being able to tell what is the procedure to make the process easier.
Always sent to the wrong office, then they demand a document that no one had asked and when they will deny their right without explaining why. It is quite true that the bureaucrat that each solution has a problem.
Interestingly also in Spain the polls “show that what causes rejection and anger in people are incomprehensible responses of officials, which can not be understood by common sense.”
It seems to move in this direction is necessary that “the process of recruitment of civil servants based on merit and ability, demonstrated through an opposition”, ie an examination after which chooses the most prepared.
“We are talking of officials of lower and middle strata,” explains with a smile specialist, “unfortunately, the most senior positions are hand-picked, chosen by political affinities in almost every country in the world.”
I wonder what would be the main characteristics of a good officer and he says that “the first is subject to the law, being able to withstand all the pressures, even when they come from their own superiors.”
The second has to do with ethics training, “content with your wages and resist daily temptations. This is a moral principle because there is a salary large enough to prevent an official is corrupt.”
Finally as regards the principle most important of all, “be clear that an official is to serve the citizens,” they are the ones that, after all, pay the salaries of public administration in any country.
Imagine how much easier your life would be to enter an office will explain clearly the steps to be taken in its proceedings, the laws that protect them, the rights you have, the time delay and also rejected on the grounds that its tip work is to serve.
Sources: CartasDesdeCuba/FernandoRavsberg/BBC/RaquelPerezPhoto/TheCUbanHistory.com
CartasDesdeCuba/ The Cuban History/ Arnoldo Varona, Editor
SOBRE COMO CONVERTIR UN BUROCRATA EN UNA PERSONA UTIL
SOBRE COMO CONVERTIR A UN BUROCRATA EN UNA PERSONA UTIL
Por Fernando Ravsberg
Cuba necesita transformar la burocracia en funcionariado, me dijo un especialista español en temas de administración pública. De inmediato nos trenzamos en una larga conversación respecto a cuáles podrían ser las claves para ese proceso.
Afirma que la administración pública cubana debe sustituir “la legitimidad” que una vez le dio su vínculo a la revolución por “la legitimidad de la población, para lo cual el funcionariado tiene que entender que está al servicio de la ciudadanía”.
Sin embargo, asegura que tanto la experiencia de España como la de otros países demuestran que es inútil “esperar que el funcionario reduzca su discrecionalidad, o sea su potestad para decidir sobre el ciudadano. Nadie lo hace por propia voluntad”.
Funcionaria de la compañía telefónica cubana. (Foto: Raquel Pérez)
“La forma de avanzar es dándole más poder al ciudadano y blindarlo legalmente, así esa presión modificará el comportamiento del funcionario. Los trámites deben hacerse con procedimientos claramente reglamentados y con plazos bien definidos”.
Le replico que la vida en la isla se rige por circulares, resoluciones ministeriales o disposiciones especiales, algunas de ellas en franca contradicción con la legalidad. Sobran normativas burocráticas y faltan leyes, en la práctica los funcionarios legislan más que los diputados.
Bastaría recordar que durante 2 décadas una resolución, que muy pocos pudieron leer, impidió el acceso a los hoteles de los ciudadanos cubanos, a pesar de que la Constitución de la República les otorga ese derecho de forma muy específica.
Me explica entonces que la vía de Cuba “para reducir la arbitrariedad es institucionalizar la revolución, lo cual pasa porque haya normativas legales cumplibles y que sean de obligatorio cumplimiento por todos, tanto para el ciudadano como para el funcionario”.
Terminando la conversación recibo un mail de Yamina Valdés -burócrata de la compañía estatal y monopólica de teléfonos- amenazándome con cortar Internet si no demuestro de inmediato que soy periodista. No es nada nuevo, lo hacen cada año cuando salgo del país.
Tan dedicados están a impedir que nadie tenga servicio de internet sin permiso que les falta tiempo para frenar la corrupción interna de la telefónica, desde la venta de tarjetas clandestinas hasta la desaparición de un cable submarino de miles de kilómetros.
La incompetencia es justamente el otro gran problema de la burocracia cubana. Realmente el pequeño burócrata de la isla sabe poco. Uno puede pasearse de un buró a otro sin que nadie sea capaz de indicarle cuál es el procedimiento para realizar el trámite más sencillo.
Siempre lo envían a la oficina equivocada, luego le reclaman algún documento que nadie le había pedido y cuando le niegan su derecho lo harán sin explicarle por qué. Es totalmente cierto aquello de que el burócrata para cada solución tiene un problema.
Curiosamente también en España las encuestas “demuestran que lo que más rechazo y enfado provoca en la gente son las respuestas incomprensibles de los funcionarios, las que no se pueden entender mediante el sentido común”.
Al parecer para avanzar en este sentido es necesario que “los procesos de reclutamiento del funcionariado se basen en el mérito y la capacidad, demostrado por medio de una oposición”, es decir de un examen tras el cual se escoge a los más preparados.
“Estamos hablando de los funcionarios de estratos bajos y medios” -aclara con una sonrisa el especialista- “lamentablemente, los de más alto rango son puestos a dedo, elegidos por afinidades políticas en casi todos los países del mundo”.
Le pregunto cuáles serían las principales características de un buen funcionario y me dice que “la primera es sujetarse a la legalidad, siendo capaz de soportar todas las presiones, incluso cuando estas vienen de sus propios superiores”.
La segunda tiene que ver con la formación ética: “conformarse con su sueldo y resistir las tentaciones diarias. Se trata de un principio moral porque no hay un salario lo suficientemente grande como para evitar que un funcionario se corrompa”.
Por último se refiere al principio más importante de todos: “tener claro que un funcionario está al servicio de los ciudadanos”, que son ellos los que, al fin y al cabo, pagan los salarios de la administración pública de cualquier país.
Imagínese cuanto más sencilla sería su vida si al entrar a una oficina le explicaran con claridad los pasos que debe dar en su trámite, las leyes que lo amparan, los derechos que tiene, el tiempo de demora y que además rechacen la propina aduciendo que su trabajo es servirle.
Sources: CartasDesdeCuba/FernandoRavsberg/BBC/RaquelPerezPhoto/TheCUbanHistory.com
CartasDesdeCuba/ The Cuban History/ Arnoldo Varona, Editor