On February 9, 2001 was going around the world in one of their yachts, worth more than $ 100 million, Rafael del Pino. Found between Jamaica and the southern coast of the East, came up with the idea of visiting the island called his wife, Mrs. Sotelo, and proposed a visit to the ever-faithful island of Cuba.
“Rafa,” said Mrs. Sotelo, “Do not you think it risky? All say that this island is the last bastion of communism. But as a madhouse.”
“Nothing, Carmen,” the billionaire said, “Do not hurt to try, woman. Alfredo, bring your cell phone! I called our ambassador in Havana! ”
FIDEL CASTRO Y RAFAEL DEL PINO
Ten minutes later, Rafael del Pino was at the talks with the Spanish ambassador in Havana. The boat started sailing at reduced rate while the ambassador, in turn, consulted with the Cuban authorities.
The ambassador contacted the Vice President Jose Ramon Fernandez, known as the “Gallego Fernández”. Fidel always the same procedure to allocate some of his closest associates with origins of the countries from which come the ambassadors or visitors. In his time, similar roles were assigned to the Minister Levy Farrah with Arab visitors, General Sio Wong Asian visitors or the commander Victor Drake with Africans.
LOS GRLES.RAUL CASTRO Y RAFAEL DEL PINO
Fernandez immediately called for it to Carlos Lage Fidel apprise the situation very special visitor requesting permission to enter Santiago de Cuba.
“Lage, hey, on a yacht off Santiago de Cuba is Rafael del Pino and requests permission to enter port. Thou shalt speak. ”
“Damn, Gallego, not fuck with me. But a yacht? How expedition? Why land? ”
“What a landing or what dead child, Lage. Cojones. A pleasure yacht, accordingly, man, and seems to be much embullo on board. ”
“Cojones. Well, let me pass it to the Chief. ”
Lage press the switch on the direct line of pressing issues with the Commander in Chief.
“Commander, I just reported the Galician Spanish Ambassador Fernandez has announced that Rafael del Pino is in front of Santiago de Cuba and asking permission to enter port.”
“The last straw!” Roared the captain over the intercom. “This is the last straw! That Aznar is provided to these mariconas! And how many men are supposed to bring? ”
“The Galician not know, Commander. I just said there was tremendous embullo on board. ”
It is a short silence. Just a second. Fidel reacts with his usual speed.
“That let in to that fagot. I’ll descojonar. Locate Me Furry and tell your people have list. That will give the banquet. ”
Lage Gallego called again and transmits instructions Fidel. The Galician not understand the mess and asked Lage to do a relay with the boss.
The Galician realizes the error to the news to make it clear that Fidel without Rafael del Pino is that he has in mind.
“The one you have in mind it is a bastard, but no!”
“I do, dammit, that all Rafael del Pino are traitors, fagots and bastards!”
“Fidel, this is the billionaire owner Ferrovial, Spain!”
The same reaction but for fast reverse.
“Ah, hell …”
“A very influential man in Spain,” the Gallego.
“Do you have a lot of money you say?”
“Billionaire, Fidel. Billionaire. ”
“Well, tell the ambassador that I will send to Santiago in one of my jets and can bring visitors to Playa Baracoa and thence to the Presidential Palace. I invite you to dinner. ”
When docked at the pier Rafael Santiago de Cuba there was the Galician Fernandez to take the ambassador to Havana where he was given a welcome dinner at the Palace of the Revolution.
That night, the evening was exquisite. The women in the entourage of the employer, frightened at the beginning of the adventure, left delighted by the charm and sweetness of Fidel Castro. The next day they returned to Santiago and Galician Fernandez offered a wonderful tour that included the house of Diego Velasquez and the cemetery of St. Iphigenia. At the end of the day is not so bad Fidel and communism is not as oppressive commenting ladies.
Rafael del Pino Sotelo (izquierda), Rafael del Pino Díaz (centro) y Rafael del Pino Moreno (derecha).
Three years after this story, I dined at the Fundación Rafael del Pino, on Paseo de la Castellana, Madrid, and enjoyed an excellent wine Mount Royal 1964 while leaving the episode afloat, rebuilt thanks to the details that the Galician Fernandez had leaked during the subsequent tour of Santiago. The Galician Galician was nevertheless a great time and enjoyed the confusion that Fidel was armed when he thought I wanted to land in Santiago de Cuba and also requested permission from the port! And there were the three-Mount Royal’s 1964-by: Rafael del Pino Moreno, businessman, Rafael del Pino Sotelo, the heir, and myself, Rafael del Pino Diaz, the receiver of all the epithets of the Commander, but without a penny in his pocket.
Sources:CubaEncuentro/RafaeldelPino/InternetPhotos/TheCubanHistory.com
Rafaeldel Pino llega a Santiago/ The Cuban History/ Arnoldo Varona, Editor
RAFAEL DEL PINO LLEGA A SANTIAGO DE CUBA
El 9 de Febrero de 2001 se encontraba dándole la vuelta al mundo en uno de sus yates —valorados en más de 100 millones de dólares— Rafael del Pino.
Encontrándose entre Jamaica y la costa sur de Oriente, se le ocurrió la idea de visitar la Isla. Llamó a su esposa, la señora Sotelo, y le propuso una visita a la siempre fiel isla de Cuba.
“Rafa”, le dijo la señora Sotelo, “¿No crees que sea arriesgado? Todos aseguran que esa Isla es el último bastión comunista. Pero en forma de manicomio.”
“Nada, Carmen”, respondió el multimillonario, “No se pierde nada con probar, mujer. ¡Alfredo, tráeme el teléfono celular! Voy a llamar a nuestro embajador en La Habana!”
FIDEL CASTRO Y RAFAEL DEL PINO
Diez minutos más tarde, Rafael del Pino se encontraba al habla con el embajador español en La Habana. El yate comenzó a navegar a marcha reducida mientras el embajador, por su parte, consultaba con las autoridades cubanas.
El embajador se puso en contacto con el vicepresidente José Ramón Fernández conocido como el “Gallego Fernández”. Siempre el mismo procedimiento fidelista de destinar a alguno de sus cercanos colaboradores con orígenes de los países de donde vienen los embajadores o visitantes. En su tiempo, papeles similares fueron asignados al ministro Levy Farrah con los visitantes árabes, el general Sio Wong con los visitantes asiáticos o el comandante Víctor Drake con los africanos.
LOS GRLES.RAUL CASTRO Y RAFAEL DEL PINO
Fernández llamó de inmediato a Carlos Lage para que éste le transmitiera a Fidel la situación del visitante tan especial que pedía permiso para entrar a Santiago de Cuba.
“Lage, oye, en un yate frente a Santiago de Cuba está Rafael del Pino y pide autorización para entrar a puerto. Tú dirás.”
“Coño, Gallego, no me jodas. ¿Pero un yate? ¿Con expedicionarios? ¿Para desembarcar?”
“Qué desembarco ni qué niño muerto, Lage. No me jodas tú. Un yate de recreo, como corresponde, hombre, y parece que hay mucho embullo a bordo.”
“Cojones. Bueno, déjame transmitírselo al Jefe.”
Lage pulsa el interruptor de la línea directa y de asuntos urgentes con el Comandante en Jefe.
“Comandante, me acaba de informar el gallego Fernández que el embajador español le ha comunicado que Rafael del Pino está frente a Santiago de Cuba y pide autorización para entrar a puerto.”
“¡El colmo!”, bramó el comandante a través del intercomunicador. “¡Esto es el colmo! ¡Que Aznar se preste a estas mariconás! ¿Y cuántos hombres se supone que trae?”
“El Gallego no sabe, Comandante. Solo me dijo que había tremendo embullo a bordo.”
Se hace un corto silencio. Apenas un segundo. Fidel reacciona con su habitual rapidez.
“Que dejen entrar a ese maricón. Lo voy a descojonar. Localízame a Furry y dile que tenga lista a su gente. Que se van a dar banquete.”
Lage vuelve a llamar al Gallego y le transmite las instrucciones de Fidel. El gallego no entiende el desaguisado y le pide a Lage que le haga un relay con el jefe.
El Gallego se percata del error al comunicarle la noticia a Fidel sin aclararle que no es el Rafael del Pino que él tiene en mente.
“¡El que tú tienes en mente sí es un hijo de puta, pero este no!”
“¡Que sí, coño, que todos los Rafael del Pino son unos traidores, maricones y cabrones!”
“¡Fidel, que este es el billonario, el dueño de Ferrovial, en España!”
La misma reacción acelerada pero para la contramarcha.
“Ah, coño…”
“Un hombre muy influyente en España”, agrega el Gallego.
“¿Tiene mucho dinero tú dices?”
“Billonario, Fidel. Billonario.”
“Bueno, pues dile al embajador que lo voy a enviar a Santiago en uno de mis aviones ejecutivos y puede traer al visitante hasta Playa Baracoa y de allí al Palacio Presidencial. Los invito a cenar.”
Cuando Rafael atracó en el muelle de Santiago de Cuba allí estaba el gallego Fernández con el embajador para llevarlo a la Habana donde se le dio una cena de bienvenida en el Palacio de la Revolución.
Esa noche la velada fue exquisita. Las mujeres del séquito del empresario, asustadas al principio de la aventura, salieron maravilladas con el carisma y dulzura de Fidel Castro. Al día siguiente regresaron a Santiago y el gallego Fernández le ofreció un maravilloso tour que incluyó la casa de Diego Velásquez y el cementerio de Santa Ifigenia. Al fin y al cabo Fidel no es tan malo y el comunismo no es tan opresor comentaban las señoras.
Rafael del Pino Sotelo (izquierda), Rafael del Pino Díaz (centro) y Rafael del Pino Moreno (derecha).
Tres años después de esta historia, cenaba yo en la Fundación Rafael del Pino, en el Paseo de la Castellana, de Madrid, y disfrutaba de un excelente vino Monte Real 1964 mientras salía a flote el episodio, reconstruido gracias a los detalles que el Gallego Fernández les había filtrado a posteriori durante el recorrido turístico por Santiago. El Gallego no dejaba de ser gallego y disfrutó de lo lindo la confusión que se le armó a Fidel cuando creyó que yo pretendía desembarcar en Santiago de Cuba ¡y además solicitaba permiso de las autoridades portuarias! Y allí estábamos los tres —Monte Real 1964 de por medio—: Rafael del Pino Moreno, el empresario, Rafael del Pino Sotelo, el heredero, y este servidor, Rafael del Pino y Díaz, el receptor de todos los epítetos del Comandante, pero sin un medio en el bolsillo.
Sources:CubaEncuentro/RafaeldelPino/InternetPhotos/TheCubanHistory.com
Rafaeldel Pino llega a Santiago/ The Cuban History/ Arnoldo Varona, Editor