The war on technological development is already lost, what the English workers learned when they tried to stop the industrial era destroying machinery with the hope of stopping the reduction in the number of jobs.
In cyberspace things even faster and who does not walk fast is devoured by a black hole or conquered by their enemies. This time try to stay isolated in a bubble is as utopian as it was destroying machines.
The Cuban authorities have had all the time in the world to give a place in cyberspace to Cuban society.
Children in a computer class at a rural school in the province of Pinar del Rio. (Photo: Raquel Perez) strong>
They also had the human, material and international support but inexplicably the country continues to be subdued.
For more than a year should be operating a submarine cable that increase Cuba’s connectivity 3,000 times, however that has not happened and the leadership of the Ministry of Communications refused to give an explanation.
Many rumors circulate from Miami assure me that the cable is operating and that we only use the home office and tell me that Cuba is about to begin the trial of those most responsible for this scam millionaire.
But not only for economic losses that should measure the impact of the thymus but also for its social and political consequences. The lack of connectivity leaves most Cubans outside the world and gives the power of information to the ends.
On the one hand there is a group page ruling that repeat everything that comes from “above”. And even when they do, without a shred of evidence, are asked to be accused of being spies for the CIA to major Cuban intellectuals.
So conscious connection because the bandwidth for Internet access to Cuban journalists is regulated directly by “Protectors of the Faith” and only colleagues who they considered “ideologically pure” are rewarded with ADSL.
Other sail at 56 kbps, a rate not stress where you go to Google, search for “news”, makes open 10 pages, will make coffee and come back 15 minutes later without even have deployed all. Take photos and even videos are impossible.
At the other extreme are the cyber high-speed connections by a generous, but not disinterested assistance of some embassies, the first U.S. that delivers hours of internet like a cafe.
Obama believes in the network and is betting that the Cubans’ access to the virtual space is the way to end the Revolution. His subordinates create underground networks and video games to achieve what could not the military invasion of Miami or the 50 years of embargo.
Meanwhile, technology continues, a super Wi-Fi and is being tested in several U.S. regions to eliminate the “white space” of Internet networks deployed with coverage of more than a hundred miles and speeds of 22 Mbps.
Just became public the propaganda machines were launched. While Castro asking is used to break the isolation of the Cuban people, the Communists describe as weapon for information warfare against Cuba.
There will surely be on the island who seek technical propose to prevent access to the “super Wi-Fi imperial” but I hope that sensible people understand that these resources should be used to create connections to the network themselves.
The battle against technology has no future because eventually demolishing walls continue development. Cuba’s government can not prevent it, is only in your hands whether Cubans connection with the world is through his or her enemies.
Sources: CartasDesdeCuba/FernandoRavsberg/BBC/Uk/TheCubanHistory.com
Cuba y el super Wi-Fi/The Cuban History/ Arnoldo Varona, Editor
CUBA Y EL SUPER WI-FI
La guerra contra el desarrollo tecnológico está perdida de antemano, lo aprendieron los obreros ingleses cuando intentaron frenar la era industrial destruyendo maquinarias con la ilusión de detener la reducción del número de puestos de trabajo.
En el ciberespacio las cosas se aceleran aún más y quien no anda rápido es devorado por algún agujero negro o conquistado por sus enemigos. En esta época tratar de mantenerse aislado dentro de una burbuja es tan utópico como lo fue destruir máquinas.
Las autoridades de la isla han tenido todo el tiempo del mundo para darle un lugar en el ciberespacio a la sociedad cubana.
Niños en una clase de computación en una escuela rural de la provincia de Pinar del Río. (Foto: Raquel Pérez)
También tuvieron los recursos humanos, materiales y el apoyo internacional pero inexplicadamente el país sigue sin despegar.
Desde hace más de un año debería estar funcionando un cable submarino que aumentaría 3.000 veces la conectividad cubana, sin embargo eso no ha ocurrido y los dirigentes del Ministerio de las Comunicaciones se niegan a dar una explicación.
Circulan muchos rumores, desde Miami me aseguran que el cable está operativo y que solo lo usa el Ministerio del Interior y en Cuba me dicen que está a punto de iniciarse el juicio contra los máximos responsables de esta estafa millonaria.
Pero no es solo por las pérdidas económicas que se debe medir la repercusión del timo sino también por sus consecuencias sociales y políticas. La escasa de conectividad deja a la mayoría de los cubanos al margen del mundo y cede el poder de la información a los extremos.
Por una parte existe un grupo de páginas oficialistas que repiten todo lo que les llega desde “arriba”. Y lo hacen incluso cuando, sin la más mínima prueba, se les pide que acusen de ser espías de la CIA a importantes intelectuales cubanos.
Así cuidan su conexión porque el ancho de banda para el acceso a Internet de los periodistas cubanos es regulado directamente por “Los Protectores de la Fe” y solo los colegas que ellos consideran “ideológicamente puros” son premiados con ADSL.
Los demás navegarán a 56 kbps, una velocidad sin stress donde uno entra a Google, busca “noticias”, pone a abrir 10 páginas, va a prepararse un café y regresa 15 minutos después sin que aún se hayan desplegado todas. Las fotos tardan aún más y los videos son un imposible.
En el otro extremo están los ciberdisidentes con conexiones de alta velocidad gracias a la generosa, aunque no desinteresada, asistencia de algunas embajadas, en primer lugar la de EE.UU. que reparte horas de internet como si fuera un cibercafé.
Obama cree en la red y apuesta a que el acceso de los cubanos al espacio virtual es la vía para acabar con la Revolución. Sus subalternos crean redes clandestinas y videojuegos para lograr lo que no pudo la invasión militar de Miami ni los 50 años de Embargo.
En tanto, la tecnología sigue su curso, un súper Wi-Fi ya se está probando en varias regiones de EE.UU. para eliminar los “espacios en blanco” de Internet, despliega redes con una cobertura de más de cien kilómetros y velocidades de 22 Mbps.
Apenas se hizo público las maquinarias de propaganda se pusieron en marcha. Mientras los anticastristas piden que se utilice para romper el aislamiento del pueblo cubano, los comunistas la califican de arma para la guerra de la información contra Cuba.
Seguramente habrá en la isla quien proponga buscar medios técnicos para impedir el acceso a la “súper Wi-Fi imperial” pero confío en que personas más sensatas comprendan que esos recursos deberían emplearse en crear conexiones propias a la red.
La batalla contra la tecnología no tiene futuro porque a la larga el desarrollo seguirá derribando muros. El gobierno de Cuba no puede impedirlo, en sus manos solo está decidir si la conexión de los cubanos con el mundo se hace a través suyo o de sus enemigos.
Sources: CartasDesdeCuba/FernandoRavsberg/BBC/Uk/TheCubanHistory.com
Cuba y el super Wi-Fi/The Cuban History/ Arnoldo Varona, Editor