CUBAN PHARMACY HISTORY Historia de La Farmacia Cubana

The origins of the Cuban pharmacy dating back to 1598, when Sebastian Milanés and López Alfaro founded two establishments, the first, on Royal Street, Wall today, and the second near the drain (Callejon del Chorro). These primordial pharmacies came looking habaneros opium, camphor, volatile salt, syrup, cinnamon water, ointments, among other remedies.

Already in 1670 the city had a dozen pharmacies reached peak following the development of sugarcane production. The controversial frucanga consisting of fermented molasses or liquor primary, marked the launch of such popular sites.
 
Influenced by developments in the eighteenth century European pottery, pharmacies brought their shelves and glass porcelain knobs decorative elements that constituted themselves. A distinction was joined mahogany bookcase which replaced the rustic pine cabinets, in times of Dr. William Labé.

In May 1853 establishing Teniente Rey Street Pharmacy 41st Reunion, named after its owners, the Catalan society, Sarra and Co., for the purpose of grouping in one place allopathic and homeopathic pharmacies. In 1865 the company is dissolved, and creates another under the name of Sarra and Company, which also acquired the estate 767, located in Compostela number 95 ½ or 95 A, to place their stores.

On October 15, 1898 in Barcelona Jose dies Sarrá and Valldejuli, and his widow Celia Hernandez and his son Ernesto Sarrá form the corporation Sarra Widow and Son. The latter, after the death of the mother, acquired in 1912 several houses Teniente Rey Street (including marked No. 39, where José de la Luz y Caballero founded the Colegio del Salvador), Havana and Compostela. Alongside the existing buildings, the complex would include 18 properties pharmacist for a total of 13,000 square meters. After this second major refurbishment, the pharmacy was reopened on May 20, 1914, at the same time it unveiled a plaque in memory of Jose de la Luz y Caballero, 39th Lieutenant King.

One of these pharmacies inspired French streams is still kept in the city. In Bishop Street, in the same place where it was founded by the eminent chemist Taquechel Francisco in 1898, this establishment stands in his time won kudos for the quality of its products and the prices reasonable. The current Taquechel Pharmacy, turned-shop and museum honors its creator, who gave preference to fame and his shop and laboratory. With a typical shelf, pharmacy knobs exhibits nineteenth century French porcelain and some copies of the eighteenth useful addition to pharmacies and books acopiaban time recipes.

To follow the line that marked excellence since its inception, the store offers a wide range of natural remedies, homeopathic medicines, cosmetics, dietary supplements and other Cuban products. Among the items that distinguish Taquechel Pharmacy, algae excel creams, honey, vitamins and minerals, antioxidants, and products derived from shark cartilage and also of calendula.

After the triumph of the Revolution, according to the laws of deprivatization, Reunion is nationalized and continued to operate until, in 1999, the Office of the Historian of the City decides to undertake its restoration and convert Habanera Pharmacy Museum. The 30 July 2004 reopened.

Sources: Wiki/OpusHabana/InternetPhotos/TheCubanhistory.com
Las Farmacias Cubanas/ The Cuban History/ Arnoldo Varona, Editor

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HISTORIA DE LA FARMACIA CUBANA

Los orígenes de la farmacia cubana se remontan al año 1598, cuando Sebastián Milanés y López Alfaro fundaron dos establecimientos situados, el primero, en la calle Real, hoy Muralla; y el segundo, cerca del Desagüe (Callejón del Chorro). A estas primigenias farmacias acudían los habaneros en busca de opio, alcanfor, sal volátil, jarabes, agua de canela, ungüentos, entre otros remedios.

Ya en 1670 la ciudad contaba con una docena de farmacias que alcanzaron mayor auge a raíz del desarrollo de la producción cañera. La controvertida frucanga, compuesto de miel de caña fermentada o aguardiente primario, marcó el despegue de tan concurridos sitios.

Influenciadas por los avances de la alfarería europea del siglo XVIII, las farmacias trajeron a sus estanterías pomos de porcelana y cristal que constituyeron elementos decorativos en sí mismos. A esta distinción se le unió la estantería de caoba que sustituyó a los rústicos armarios de pino, en tiempos del Dr. Guillermo Labé.

En mayo de 1853 se establece en la calle Teniente Rey número 41 la farmacia La Reunión, nombrada así por sus dueños, la sociedad Catalá, Sarrá y Co., con el propósito de agrupar en un mismo sitio las farmacias alopática y homeopática. En 1865 esa sociedad se disuelve, y se crea otra bajo la razón de Sarrá y Compañía, que adquiere también la finca 767, ubicada en Compostela número 95 ½ o 95 A, para colocar sus almacenes.

El 15 de octubre de 1898 muere en Barcelona José Sarrá y Valldejulí, y su viuda Celia Hernández y su hijo Ernesto Sarrá forman la sociedad mercantil Viuda de Sarrá e Hijo. Este último, tras la muerte de la madre, adquiere en 1912 varias casas de las calles Teniente Rey (incluida la marcada con el número 39, donde José de la Luz y Caballero fundara su Colegio del Salvador), Habana y Compostela. Junto a los edificios ya existentes, el complejo farmacéutico abarcaría 18 inmuebles para un total de 13 000 metros cuadrados. Tras esta segunda gran remodelación, la farmacia se reinaugura el 20 de mayo de 1914, a la par que se devela una tarja en recordación de José de la Luz y Caballero, en Teniente Rey número 39.

Una de estas farmacias inspiradas en las corrientes francesas aún se conserva en la ciudad. En la calle Obispo, en el mismo sitio donde fuera fundado por el eminente farmacéutico Francisco Taquechel en 1898, se levanta este establecimiento que ganó prestigio en su época por la calidad de sus productos y los razonables precios. La actual Farmacia Taquechel, devenida tienda y museo, rinde honores a su creador, quien concedió fama y preferencia a su tienda y laboratorio. Con una estantería típica, la farmacia exhibe pomos de porcelana francesa del siglo XIX y algunos ejemplares del XVIII, además de útiles de farmacias de la época y libros que acopiaban las recetas.

Para seguir la línea de la excelencia que la marcó desde sus inicios, la tienda ofrece una amplia gama de remedios naturales, medicinas homeopáticas, cosméticos, suplementos dietéticos y otros productos cubanos. Entre los artículos que distinguen a la Farmacia Taquechel, sobresalen las cremas de algas, mieles, vitaminas y minerales antioxidantes, y productos derivados del cartílago de tiburón y también de la caléndula.

Después del triunfo de la Revolución, a tenor con las leyes de desprivatización, La Reunión es nacionalizada y continuó funcionando hasta que, en 1999, la Oficina del Historiador de la Ciudad decide acometer su restauración y convertirla en Museo de la Farmacia Habanera. El 30 de julio de 2004 reabrió sus puertas.

Sources: Wiki/OpusHabana/InternetPhotos/TheCubanhistory.com
Las Farmacias Cubanas/ The Cuban History/ Arnoldo Varona, Editor

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