‘El Deseado’ (The “Desired”), the statue of the Spanish king Fernando VII, a work that constitutes centennial similar among the best preserved in the world, can be seen in the Palacio de Junco Provincial Museum in the city of Matanzas.
The effigy that captivates today prying eyes in the side yard of the enclosure, was sculpted by Ignacio Genoese Peschiera to the express request of the monarch, to be installed in 1836 in the old downtown square of the city, now Parque de la Libertad.
In exchange for the sculpture that had other sites like the former Paseo de Santa Cristina-today, Paseo de Marti and Provincial School of Art, was awarded the shield to the town of San Carlos and San Severino of Matanzas.
Crowned with laurels, with royal robe and surplice, two crosses of various orders and the Golden Fleece, a towering Fernando VII, over two meters tall and weighing about four tons and a half, was modeled on the beautiful marble Carrara in distant European lands.
Allegories of power and success accompany al Senor, globes to symbolize the vast domains Hispanics, the helmet of the victories against France, the turban of the defeated Moors, the breastplate of the war against the Romans and the bow and arrow concerning the conquest of America.
In various parts of the world were created effigies of the last monarch’s representative in Spain absolutism, but erected in the city called Athens of Cuba holds the weight of years like no other, which important exponent of the statuary in a sovereign country, transcending as legacy of a colonial past.
Sources: AIN/Lemus/IntenetPhoto/TheCubanHistory.com
Matanzas: El Rey Fernando VII ‘El Deseado’/ The Cuban History/ Arnoldo Varona, Editor
MATANZAS: EL REY FERNANDO VII, ‘EL DESEADO’
El “Deseado”, la estatua del rey español Fernando VII, una obra centenaria que constituye entre sus similares la mejor conservada en todo el mundo, puede ser vista en el Museo provincial Palacio de Junco, en la ciudad de Matanzas.
La efigie que cautiva hoy miradas curiosas en el patio lateral del recinto, fue esculpida por el genovés Ignacio Peschiera ante las exigencias expresas del monarca, para ser instalada en 1836 en el centro de la antigua Plaza de Armas de la urbe, actual Parque de la Libertad.
A cambio de la escultura que tuvo otros emplazamientos como el otrora Paseo de Santa Cristina –hoy, Paseo de Martí- y la escuela Provincial de Artes Plásticas, resultó concedido el escudo a la localidad de San Carlos y San Severino de Matanzas.
Coronado de laureles, con manto regio y sobrepelliz, dos cruces de ordenes diversas y el toisón de oro, un imponente Fernando VII, de más de dos metros de altura y un peso aproximado de cuatro toneladas y media, se modeló en el hermoso mármol de Carrara en lejanas tierras europeas.
Alegorías al poder y el éxito acompañan al señor, globos terráqueos que simbolizan los vastos dominios hispanos, el yelmo de las victorias contra Francia; el turbante de los vencidos moros; la coraza de la guerra contra los romanos y el arco y la flecha referentes a la conquista de América.
En diversos lugares del orbe se crearon efigies del último monarca representante del absolutismo en España, pero la erigida en la ciudad llamada Atenas de Cuba sostiene el peso de los años como ninguna, cual importante exponente de la estatuaria en un país soberano, que trasciende como herencia de un pasado colonial.
Sources: AIN/Lemus/IntenetPhoto/TheCubanHistory.com
Matanzas: El Rey Fernando VII ‘El Deseado’/ The Cuban History/ Arnoldo Varona, Editor