The new structure of the Cuba’s National Series is already an unfortunate reality. Traveled throughout Cuba in recent weeks, and similarly rejected in most provinces is giving no hope at all.
The attempt to legitimize a variant that ultimately came only to resurrect the failed Revolution Cup experience, found support and defense, but mostly reviews and opposition throughout the archipelago, and yet, just been presented as the panacea that will cure the wounds of Cuban baseball.
While the controversial proposal brings positive changes such as the elimination of areas and therefore the classification of the eight best casts of the country proposes scenarios while at least worrisome.
And is that not a few are alarmed that eight territories of this country could enjoy only the 21 games that his cast make at home and that his interests will have to wait ten months to return to encourage his men, unless their insatiable hunger baseball display filled by the meager morsel that would support one or two, maybe even three or four of his idols, while they leave everything on the field for the team champion has probably been its historic rival.
Inevitably, then, fill this page of questions: What will happen to the 200 players who, at least this season, will go into limbo for nearly a year? How to solve the problem in future campaigns, if the idea of a developmental league tournament parallel to new selective, multiply the effort the country’s economic and budget limits, you know, are inflexible? If the initiative succeeds ultimately adjust to the new international categories and Development Series becomes an Under-21 tournament, what to do with the dozens of players who exceed this age, but a worrying build competitive inexperience?
If it has been proven, since its emergence in the late ’80s, the postseason is the key point of sports and probably any recreational activity in the country, how explain the theoretical change in Cuban baseball that is been reduced from seven to three playoff series to determine the national champion? Or put another way: what until recently was a carousel of emotions that ran for a month, could be reduced to little more than a week should there be three sweeps.
How will they manage the provincial sports to distribute just over 20 games between the interests revolving around playing in its main facilities and the demands of their municipalities? Where will go the festival village character of the National Series, where his condition sociocultural greatest show on this island eminently baseball?
What to do with initial positions like shortstop, where we have up to a dozen good players, if only eight can play the second phase would be impractical and choose reinforcements at areas of the field that do not need strengthening?
How to choose the leaders of the National Series if not all play the same number of games?
When will we understand that concentrate in the same league, for about two months, to no more than 15 elite pitchers available to us, will not undo the obvious technical flaws that drag our hitters from an early age?
Have they internalized the ethical arguments wielded colleagues to remain silent before the imposition of the new structure, which adhere to the ethics matter, first and foremost, to be faithful to the principles and fearlessly expose what they really think?
Raising the quality of Cuban baseball is an urgent task, but give flying blind and destroy something that worked well, it’s more like an act of irresponsibility. Elevate the roof of our baseball is certainly a prime target, but now more than ever we run the serious risk of collapse in our head, if not repaired, once and for all, in their battered foundations.
Sources: DesdeMiPalco/RogerioManzano/Periódico26/Vázquez/InternetPhotos/TheCubanHistory.com
Cuba’s Serie Nacional/Otra Vuelta a la tuerca/The Cuban History/ Arnoldo Varona, Editor
SERIE NACIONAL: OTRA VUELTA DE TUERCA A LA SINRAZON
La improbable elevación del techo del béisbol nacional no asegurará automáticamente los títulos internacionales.Paseada por toda Cuba en las últimas semanas, y del mismo modo rechazada en la mayoría de las provincias, la nueva estructura de la Serie Nacional es ya una lamentable realidad.
El intento de legitimar una variante que a fin de cuentas ha venido solo a resucitar la fallida experiencia de la Copa Revolución, encontró apoyo y defensores, pero sobre todo críticas y oposición a lo largo de todo el archipiélago; y sin embargo, acaba de ser presentada como la panacea que curará las heridas del béisbol cubano.
Si bien la polémica propuesta aporta cambios positivos, como la eliminación de las zonas y por ende la clasificación de los ocho mejores elencos del país; al mismo tiempo propone escenarios, como mínimo, preocupantes.
Y es que a no pocos alarma el hecho de que ocho territorios de este país podrían disfrutar solamente de los 21 juegos que su elenco efectúe como local y que sus aficiones tendrán que esperar diez meses para volver a animar a los suyos; a menos que su insaciable hambre beisbolera se vea colmada por el exiguo bocado que sería apoyar a uno o dos, quizás hasta tres o cuatro de sus ídolos, mientras estos dejan todo en el terreno para hacer campeón al equipo que, probablemente, haya sido su principal rival histórico.
Inevitable es, entonces, colmar de interrogantes esta página: ¿Qué sucederá con los 200 peloteros que, al menos esta temporada, irán al limbo por casi un año? ¿Cómo solucionar el problema en campañas venideras, si la idea de una Liga de Desarrollo paralela al nuevo torneo selectivo, multiplicaría el esfuerzo económico del país, y los límites del presupuesto, ya se sabe, son inflexibles? Si en definitiva triunfa la iniciativa de ajustarse a las nuevas categorías internacionales y la Serie de Desarrollo se convierte en un torneo sub-21, ¿qué hacer con las decenas de jugadores que exceden esa edad, pero acumulan una preocupante inexperiencia competitiva?
Si ha quedado demostrado, desde su surgimiento a finales de los años 80, que la postemporada es el momento clave del deporte y probablemente de cualquier actividad recreativa en el país, ¿cómo explican los teóricos del cambio en la pelota cubana el hecho de que se hayan reducido de siete a tres las series de play off para definir al campeón nacional? O dicho de otra forma: lo que hasta hace poco era un carrusel de emociones que se extendía por todo un mes, pudiera verse reducido a poco más de una semana si se produjeran tres barridas.
¿Cómo se las arreglarán las direcciones provinciales de deportes para repartir poco más de 20 juegos entre los intereses que giran alrededor de jugar en sus instalaciones principales y las demandas de sus municipios? ¿Adónde irá a parar el carácter de fiesta de pueblo de la Serie Nacional; adónde su condición de mayor espectáculo socio-cultural en esta isla eminentemente beisbolera?
¿Qué hacer con posiciones como la inicial y el campo corto, en las cuales contamos con hasta una docena de buenos peloteros, si solo ocho podrán jugar la segunda fase y sería poco práctico elegir refuerzos en demarcaciones del campo que no haga falta reforzar?
¿Cómo elegir a los líderes de la Serie Nacional si no todos jugarán la misma cantidad de partidos?
¿Cuándo comprenderemos que concentrar en una misma Liga, durante unos dos meses, a los no más de 15 lanzadores de élite con los que contamos, no hará desaparecer los evidentes defectos técnicos que arrastran nuestros bateadores desde edades muy tempranas?
¿Habrán interiorizado los colegas que esgrimen argumentos éticos para callar ante la imposición de la nueva estructura, que apegarse a la ética pasa, en primerísimo lugar, por ser fieles a los principios y exponer sin temor lo que en realidad pensamos?
Elevar la calidad de la pelota cubana es una tarea urgente; pero dar palos de ciego y destruir algo que funcionaba bien, se parece más a un acto de irresponsabilidad. Encumbrar el techo de nuestro béisbol es ciertamente un objetivo de primer orden, pero hoy más que nunca corremos el serio riesgo de que se nos desplome en la cabeza, si no reparamos, de una vez por todas, en sus maltrechos cimientos.
Sources: DesdeMiPalco/RogerioManzano/Periódico26/Vázquez/InternetPhotos/TheCubanHistory.com
Cuba’s Serie Nacional/Otra Vuelta a la tuerca/The Cuban History/ Arnoldo Varona, Editor