LETTERS FROM CUBA * Cartas desde Cuba.

PRICES AND TAXES

The last Council of Ministers announced that one of its objectives is to “establish the principles for the formation of prices to the public with a comprehensive approach,” saying “monetary equilibrium between incomes and retail trade turnover.”

The subject is essential for a good part of the citizens, especially for those living in a state salary in Cuban pesos, despite which should pay some staples in convertible pesos, equivalent to the dollar.

The retired teacher Yatang Magdalena has a monthly retirement of U $ D 12.50 and has to buy some of the staples with a 240% tax (Raquel Perez)

It is true that many of these items to be imported and the government ensures that the national economy is not able to subsidize them as it did for decades. However, this is not the only element that inflated retail prices.

Since Cubans were allowed to use the dollar established a 240% tax on all products sold in hard currency. Then he said the goal was to redistribute, using the money from that tax to subsidize the poorest.

Recalling the filmmaker Titon, one could say that the script was not bad but the staging was a disaster. The measure was applied to all products, even the basic necessities, some of which are only sold in the store network exchange.

The disappearance or reduction of subsidies required all citizens to buy part of their family inputs in those stores, where, due to the 240% – a liter of soybean oil are equivalent to the salary costs of several days of work.

Then there are the fines applied by shopkeepers, supermarkets where I saw no import products that cost 500% more than in the country of origin.

Recently the government announced the unification of the prices of 100 essential items, so that now all stores are obliged to sell currency at exactly the same price.

It seems quite logical that now establish a system of price formation that takes into account the income of the people. One could also think of eliminating or minimizing the tax burden on the staples.

To achieve really redistribute wealth, taxes should weigh only on luxury goods, those that are not necessary to live. Apply them to the milk, oil, soap or meat ends up being a punishment for the poor.

Kiosks have been opened in all the districts to sell convertible currency, simply stand on one of them to see that many of those who shop there are humble people who save every penny to buy the most necessary.

A few days ago people complained that detergent scarce hard currency stores. Actually the problem was that only large packages offered and the fact is that many Cubans can barely pay the $ 0.50 it costs the least.

The gradual disappearance of the ration book is perhaps a measure economically reasonable but if subsidies are removed should be ensured that no one, not even the state stores, speculating with people food.

Citizens can understand the need to pay a value that includes the international cost of oil, transport and business expenses but artificially multiply by 2.4 to get the final price seems excessive.

In other countries the value added tax may approach 20% and is a negligible slice carried the States, given that VAT applies to everything that is sold in a country, from one liter of milk to a house.

To improve the situation in Cuba, the Cabinet would not even have to modify the script, it would suffice to raise taxes on luxury goods, ensuring the lowest possible prices for staples.

If the announced “comprehensive approach” price includes “income of the population” will surely have the wholehearted support of the majority of Cubans feel that reforms are no longer an economic abstraction and begin to benefit their daily lives.

Sources: FernandoRavsberg/BBC/UK/TheCubanHistory.com
CartasDesdeCuba/ The Cuban History/ Arnoldo Varona, Editor

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PRECIOS E IMPUESTOS

La maestra retirada Magdalena Yatang tiene una jubilación mensual de U$D 12,50 y tiene que comprar algunos de los productos de primera necesidad con un 240% de impuesto.

El último Consejo de Ministros anunció que uno de sus objetivos es “establecer los principios para la formación de precios a la población con un enfoque integral”, asegurando “el equilibrio monetario entre los ingresos de la población y la circulación mercantil minorista”.

El asunto es clave para una buena parte de los ciudadanos, sobre todo para aquellos que viven de un salario estatal en pesos cubanos, a pesar de lo cual deben pagar algunos productos de primera necesidad en pesos convertibles, equivalentes al dólar.

La maestra retirada Magdalena Yatang tiene una jubilación mensual de U$D 12,50 y tiene que comprar algunos de los productos de primera necesidad con un 240% de impuesto

Es verdad que muchos de esos artículos deben importarse y el gobierno asegura que la economía nacional ya no tiene capacidad para subvencionarlos como hizo durante décadas. Sin embargo, este no es el único elemento que infla los precios minoristas.

Desde que se autorizó a los cubanos el uso del dólar se estableció un impuesto del 240% a todos los productos vendidos en moneda dura. Entonces se dijo que el objetivo era redistribuir, utilizando el dinero de ese gravamen para subvencionar a los más humildes.

Recordando al cineasta Titón, se podría decir que el guión no era malo pero la puesta en escena fue un desastre. La medida se aplicó a todos los productos, incluso a los de primera necesidad, algunos de los cuales solo se venden en la red de tiendas de divisas.

La desaparición o reducción de las subvenciones obligó a todos los ciudadanos a comprar parte de sus insumos familiares en esas tiendas, donde -debido a ese 240%- un litro de aceite de soya les cuesta el equivalente al salario de varios días de trabajo.

Además están las multas que aplican los tenderos, hay supermercados donde he visto productos de importación que cuestan un 500% más que en el país de origen.

Recientemente el gobierno anunció la unificación de los precios de 100 artículos de primera necesidad, de tal forma que ahora todas las tiendas de divisas están obligadas a venderlos exactamente al mismo precio.

Parece bastante lógico que ahora se establezca un sistema de formación de precios que tenga en cuenta los ingresos de la gente. También se podría pensar en eliminar o reducir al mínimo la carga impositiva sobre los productos de primera necesidad.

Para lograr realmente redistribuir riquezas, los impuestos deberían pesar solo sobre los productos suntuarios, aquellos que no son imprescindibles para vivir. Aplicárselos a la leche, el aceite, el jabón o las carnes termina siendo un castigo para los más pobres.

Se han abierto kioscos en todos los barrios para vender en moneda convertible, basta pararse en uno de ellos para comprobar que muchos de los que compran ahí son personas humildes que ahorran cada centavo para adquirir lo más necesario.

Hace unos días la gente se quejaba de que escaseaba el detergente en las tiendas de divisas. En realidad el problema era que solo se ofrecían paquetes grandes y lo cierto es que muchos cubanos apenas pueden pagar los US$0,50 que cuesta el más pequeño.

La paulatina desaparición de la libreta de racionamiento tal vez sea una medida económicamente razonable pero si se eliminan las subvenciones debería garantizarse que nadie, ni siquiera las tiendas del Estado, especulen con los alimentos de la gente.

Los ciudadanos pueden comprender la necesidad de pagar un valor que incluya el costo internacional del aceite, el transporte y los gastos comerciales pero multiplicarlo artificialmente por 2,4 para obtener el precio final parece excesivo.

En otros países del mundo el Impuesto al Valor Agregado puede rondar el 20% y es una tajada nada despreciable la que se llevan los Estados, teniendo en cuenta que el IVA se aplica a cada cosa que se vende en un país, desde un litro de leche hasta una casa.

Para mejorar la situación en Cuba, el Consejo de Ministros no tendría ni siquiera que modificar el guión, bastaría con aumentar los gravámenes de los artículos suntuarios, garantizando el mínimo precio posible a los productos de primera necesidad.

Si el anunciado “enfoque integral” de los precios contempla “los ingresos de la población” seguramente tendrá el apoyo sincero de la mayoría de los cubanos, sentirán que las reformas dejan de ser una abstracción económica y empiezan a beneficiar sus vidas diarias.

Sources: FernandoRavsberg/BBC/UK/TheCubanHistory.com
CartasDesdeCuba/ The Cuban History/ Arnoldo Varona, Editor

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