Shady Business Dealing in Cuba: Spaniard involved * Empresario español implicado en turbios negocios en Cuba.

Amid the anti-corruption crusade launched by the Cuban government, the Spanish businessman Vicente Blasco Amado seems to be protected by an official blessing that allows you to operate shady businesses and illegal banking transactions with impunity within the island.

Blasco’s survival as foreign entrepreneur in Cuba is an enigma, as indicated by testimony and documents obtained by CaféFuerte.

Spanish Businessman VICENTE BLASCO AMADO.

Blasco, 59 year-old from Valencia, began operations in Cuba around 1999 through the signing Blafer International SA, incorporated in Panama. He is married to Maria Lourdes Fernandez Gonzalez, 49, Cuban-born and naturalized Spanish.

The business was to sell cars and used engines and corporations CIMEX Cubalse under a consignment sale contract with the Cuban state enterprise Transimport.

“It was a sweet deal,” said an employee of the Ministry of Transport (MITRANS) aware of the Spanish business transactions. “The cars and engines sold in Cuba for five or seven times the price paid in the ‘desguazadoras’ of Spain to acquire them.”

According to the source, the cars and engines were purchased at $ 300 and $ 200 in Spanish trails where vehicles are thrown causing low art for more than 10 years of operation. The task was then Blafer International teams submit an initial repair and send them to Cuba for resale through Transimport.

With the business going, Blafer International had to overcome the obstacle imposed protectionist Cuban government purchases of cars to dealers should be established in the country. Blasco then devised to circumvent the restriction cutting by half the cars in Spain to introduce them to the island as “spare parts”.

“The work was Transimport reassembly of cars to sell to CIMEX and Cubalse cars like transfer from a state enterprise,” said the source. “That was the interplay”.

An estimated Blasco and amassed nearly $ 4 million in about five years of operations.

Reports of two former employees of Transimport CaféFuerte polled by Blasco agree that won the contract of sale on consignment through their relationships with an executive of the Ministry of Transport (MITRANS).

“Instead [of the contract], Blasco gave Blafer International jobs and paid a salary in dollars under the table,” said a testimoniante. “If that is not corruption Raul Castro to come tell me.”

Were unsuccessful attempts to locate CaféFuerte Blasco. An email address was not answered Blafer International.

Circumventing bureaucratic hurdles

International operations gained momentum Blafer dodging regulations and bureaucratic hurdles. On one occasion, he found a car lot brought from Spain without proper legal documentation, but the employer got rid of the mess with a spirit of solidarity initiative.

As it was not re-export business, decided to donate them to the Ministry of Public Health (MINSAP), with the additional request of three of the cars assigned to a hospital in the interior.

But the excesses did not stop there. Blasco became reckless and bought a lot of cars Lada engines in Zone Office, intending to export to Mexico, import them back to Cuba and take profit margin of $ 500 to each engine.

“That operation Lada engines was what put the lid to handle, the man had gone too far,” said an employee of Transimport living in Miami.

Then the alarm tripped and government, in early 2007, came an audit that led to the cancellation of the contract between International and Transimport Blafer.

It was assumed that after termination of the contract, step Blasco lost their work permits and temporary residence (Identity Card for Foreigners No.53051929343) in Cuba, as well as her Mercedes Benz and a rented apartment in signing Cubalse exclusive distribution of Miramar. Cubalse was dissolved in 2009.

According to the provisions in force in Cuba, the International Blafer bank account in the Banco Financiero Internacional (BFI) was also closed, but is still operating in dollars and euros. (Read More)

Sources: CafeFuerte/WilfredoCancio/InternetPhotos/TheCubanHistory.com
Empresario español implicado en turbios negocios en Cuba/The Cuban History/ Arnoldo Varona,Editor

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Empresario español implicado en turbios negocios en Cuba

En medio de la cruzada anticorrupción lanzada por el gobierno cubano, el empresario español Vicente Blasco Amado parece estar protegido por una bendición oficial que le permite operar turbios negocios y realizar transacciones bancarias ilegales con absoluta impunidad dentro de la isla.

La sobrevivencia de Blasco como empresario extranjero en Cuba es un verdadero enigma, según indican testimonios y documentos obtenidos por CaféFuerte.

EL EMPRESARIO ESPAÑOL VICENTE BLASCO AMADO.

Blasco, de 59 años y natural de Valencia, comenzó sus operaciones en Cuba hacia 1999 a través de la firma Blafer International S.A., constituida en Panamá. Está casado con Lourdes María Fernández González, de 49 años, cubana de nacimiento y naturalizada española.

El negocio consistía en revender autos y motores de segunda mano a las corporaciones CIMEX y Cubalse al amparo de un contrato de venta en consignación con la empresa estatal cubana Transimport.

“Era un negocio redondo”, afirmó un empleado del Ministerio de Transporte (MITRANS) al tanto de las transacciones del empresario español. “Los autos y motores se vendían en Cuba a cinco o siete veces el precio que pagaba en las ‘desguazadoras’ de España para adquirirlos”.

De acuerdo con la fuente, los autos y motores eran comprados en $300 y $200 dólares en rastros españoles donde se arrojan los vehículos que causan baja técnica por más de 10 años de explotación. La tarea de Blafer International era entonces someter los equipos a una reparación inicial y enviarlos a Cuba para revenderlos a través de Transimport.

Con el negocio en marcha, Blafer International tuvo que sortear la traba proteccionista que impuso el gobierno cubano: las compras de autos debían hacerse a concesionarios establecidos en el territorio nacional. Blasco ideó entonces sortear la restricción cortando por la mitad los autos en España para introducirlos en la isla como “piezas de repuesto”.

“El trabajo en Transimport era el reensamblaje de los autos para vendérselos a CIMEX y Cubalse como si fueran autos en traspaso desde una empresa estatal”, dijo la fuente. “Ese era el rejuego”.

Se estima que Blasco amasó así casi $4 millones de dólares en unos cinco años de operaciones.

Los reportes de dos ex empleados de Transimport consultados por CaféFuerte coinciden en que Blasco obtuvo el contrato de venta en consignación gracias a sus relaciones con un ejecutivo del Ministerio de Transporte (MITRANS).

“A cambio [del contrato], Blasco le dio empleo en Blafer International y le pagaba un salario en dólares por debajo de la mesa”, dijo un testimoniante. “Si eso no es corrupción que venga Raúl Castro a decírmelo”.

Fueron infructuosos los intentos de CaféFuerte para localizar a Blasco. Un correo electrónico a la dirección de Blafer International no fue respondido.

Sorteando escollos burocráticos

Las operaciones de Blafer International cobraron auge sorteando regulaciones y escollos burocráticos. En una oportunidad, se le detectó un lote de autos traídos de España sin la debida documentación legal, pero el empresario se deshizo del embrollo con una iniciativa de talante solidario.

Como no era negocio reexportarlos, decidió donarlos al Ministerio de Salud Pública (MINSAP), con la petición adicional de asignar tres de los autos a un hospital en el interior del país.

Pero los excesos no pararon allí. Blasco se volvió temerario y compró un lote de motores de autos Lada en la Oficina de Zona Franca, con intención de exportarlos a México, volverlos a importar a Cuba y sacar margen comercial de $500 a cada motor.

“Esa operación de los motores de Lada fue lo que le puso la tapa al pomo, el hombre se había pasado de la raya”, dijo un empleado de Transimport que vive en Miami.

Se disparó entonces la alarma gubernamental y, a comienzos del 2007, sobrevino una auditoría que determinó la cancelación del contrato entre Blafer International y Transimport.

Se suponía que tras la terminación del contrato, Blasco perdía de paso su permiso de trabajo y su residencia temporal (Carné de Identidad para Extranjeros No.53051929343) en Cuba, así como su auto Mercedes Benz y el apartamento alquilado a la firma Cubalse en el exclusivo reparto de Miramar. Cubalse fue disuelta en el 2009.

De acuerdo con las disposiciones vigentes en Cuba, la cuenta bancaria de Blafer International en el Banco Financiero Internacional (BFI) también debía cerrarse, pero sigue aún operando en dólares y euros. Lea Mas

Sources: CafeFuerte/WilfredoCancio/InternetPhotos/TheCubanHistory.com
Empresario español implicado en turbios negocios en Cuba/The Cuban History/ Arnoldo Varona,Editor

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