History of CubaTHE DUKE Hernandez: I will not ask permission to enter Cuba * EL DUQUE Hernández: No voy a pedir permiso para entrar en Cuba.

They had never talked with each other, but they are united by a passion and loyalty towards Industrial, the flagship team of Cuban baseball for the last 50 years.

Orlando “Duke” Hernandez *, one of the largest Cuban baseball legends of all time, and Leonardo Padura, currently the most popular living writer of the island, was finally found in Miami months ago. And the issue that prevailed in the conversation could not be other than baseball, the fervor industrialist and anecdotes of an era in which Padura had stopped dreaming of blue flannel dress while the Duke was beginning to peek into beisboleros pickets, inspired by the exploits of a man who fought tooth and nail every play in the field: Arnaldo Hernandez, his father, who died in 2001.

The meeting was pending for years, when the Duke was shining in the majors and sought Padura interview. When the star pitcher retirement was announced in August 2011, Padura sent from Havana farewell text under the title of “Cool Hand Luke”, recognizing his chivalry sports and membership in the Cuban culture, despite silences and omissions officers.

Since then the pending appointment, which led sports journalist and public relations Omar Claro. The dialogue flowed for nearly two hours, recalling episodes of Duke in the World Series with the New York Yankees and Chicago White Sox, and talking about the present and future of the ball on the island. They left some names of old friends and had a passage Padura Arnaldo, Old Duke, an afternoon in a game at the stadium Mazorra, versatile player when the cap was placed next to the curve will fall in place more hurt the hitters.

Duke gave him a YANKEES shirt WITH THE NUMBER 26 to PADURA.

The Duke and gave him a shirt signed by the Yankees with his traditional number 26 and, in return, Padura, who on October 9 is serving 57 years, gave him a copy of his latest novel, The Man Who Loved dogs, a book widely reported within and outside the island. Indeed, the Duke meet (? 46 or 42?) This October 11th.

I took the opportunity to complete an interview with the Duke unfinished on his new career as creator and head coach of a baseball academy for children in Benny Babcock Park in Hialeah and other issues that currently occupy their days and longings. Their energies are now concentrated in the Duke Sports Association, a league for boys aged five to 14 who soon has managed to add more than 400 junior players following the teachings of his idol.

There is something else that perhaps unaware of many of his supporters inside and outside Cuba. In leisure, The Duke and his brother Livan Hernandez-holder still majors with the Milwaukee Brewers have gotten himself to play golf, with results that begin to occupy headlines not only for its philanthropic contributions to the community . This year the Duke finished in 25th place out of 175 top amateur golfers from the United States, Canada and Puerto Rico, while Livan is considered, according to Golf Digest magazine as the active athlete from another sport to play better golf.

These are the confessions of the Duke, Knight of the box, Cuban and for all time. READ MORE

Sources: CafeFuerte/WilfredoCancio/InternetPhotos/TheCubanHistory.com
El Duke Hernandez: No voy a pedir permiso para entrar en Cuba/ The Cuban History/ Arnoldo Varona, Editor

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EL DUKE HERNANDEZ: YO NO VOY A PEDIR PERMISO PARA ENTRAR EN CUBA

No habían conversado nunca entre ellos, aunque ambos están unidos por una fidelidad apasionada e incanjeable hacia Industriales, el equipo más emblemático de la pelota cubana de los últimos 50 años.

Orlando “Duke” Hernández*, una de las mayores leyendas del béisbol cubano de todos los tiempos, y Leonardo Padura, hoy por hoy el más popular escritor vivo de la isla, se encontraron finalmente en Miami meses atrás. Y el tema que primó en la conversación no podía ser otro que el béisbol, el fervor industrialista y las anécdotas de una época en la que Padura ya había dejado de soñar con vestir la franela azul mientras el Duke comenzaba a asomarse a los piquetes beisboleros, inspirado en las hazañas de un hombre que peleaba a brazo partido cada jugada sobre el terreno: Arnaldo Hernández, su padre, fallecido en el 2001.

El encuentro estaba pendiente desde hacía años, cuando el Duke brillaba en las Grandes Ligas y Padura buscaba entrevistarlo. Cuando el retiro del estelar lanzador se anunció, en agosto del 2011, Padura le envió desde La Habana un texto de despedida bajo el título de “La leyenda del indomable”, reconociendo su hidalguía deportiva y su pertenencia a la cultura cubana, a pesar de los silencios y las omisiones oficiales.

Desde entonces estaba pendiente la cita, que propició el periodista deportivo y relacionista público Omar Claro. El diálogo fluyó por casi dos horas, rememorando episodios del Duke en las series mundiales con los Yankees de Nueva York y los Medias Blancas de Chicago, y hablando del presente y el futuro de la pelota en la isla. Salieron algunos nombres de viejos amigos y Padura contó un pasaje de Arnaldo, el Viejo Duke, una tarde en un partido en el estadio de Mazorra, cuando el versátil pelotero se colocó la gorra de lado para que la curva le cayera en el lugar que más le dolía a los bateadores contrarios.

EL DUKE LE OBSEQUIÓ A PADURA UNA CAMISETA DE LOS YANKEES CON EL NÚNERO 26.

El Duke le obsequió y firmó una camiseta suya de los Yankees con el tradicional número 26 y, en reciprocidad, Padura, quien este 9 de octubre está cumpliendo 57 años, le dedicó un ejemplar de su más reciente novela, El hombre que amaba a los perros, un libro de amplia repercusión dentro y fuera de la isla. Por cierto, el Duke cumple (¿46 o 42?) este 11 de octubre.

Aproveché la ocasión para completar una entrevista inconclusa con el Duke sobre su nueva etapa como artífice y entrenador principal de una academia de béisbol para niños en el Benny Babcock Park de Hialeah y otros temas que ocupan actualmente sus días y sus anhelos. Sus energías están concentradas ahora en El Duke Sports Association, una liga para muchachos de entre cinco y 14 años que en poco tiempo ha logrado sumar a más de 400 noveles jugadores tras las enseñanzas de su ídolo.

Hay algo más que tal vez desconocen muchos de sus seguidores dentro y fuera de Cuba. En los ratos de ocio, El Duke y su hermano Liván Hernández -todavía titular de Grandes Ligas con los Cerveceros de Milwaukee- se han metido de lleno a jugar golf, con resultados que comienzan a ocupar titulares no sólo por sus contribuciones filantrópicas a la comunidad. Este año El Duke termino en el lugar 25 de los 175 primeros golfistas amateurs de Estados Unidos, Canadá y Puerto Rico, mientras que Liván está considerado, según la revista Golf Digest, como el deportista activo de otro deporte que mejor juega golf.

Estas son las confesiones de El Duke, caballero del box, cubanísimo y para todos lo tiempos. LEER MAS

Sources: CafeFuerte/WilfredoCancio/InternetPhotos/TheCubanHistory.com
El Duke Hernandez: No voy a pedir permiso para entrar en Cuba/ The Cuban History/ Arnoldo Varona, Editor

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