The popular reception that had the baseball Ariel Contreras during his visit to Cuba shows the gap between the resolutions that stigmatized as a “deserter” and feelings of people, especially fans of the ball.

I found it interesting that on the blogs linked to government published an interview with Contreras explaining that in his contract with the NY Yankees are required by a paragraph specifying that athlete never be forced to play against Cuba.

As it turns out the “deserter” was not as “traitor”, even with $ 32 million in his pocket and playing in the majors goes longing again represent his country in any international fair, said that “if it happens, then I quiet retreat “.

I would love to return to Cuba to interview Duque Hernandez. I met him at worst days, when he was banned from playing baseball, accused of masterminding the “desertion”. He always denied but the penalty served to give the final step and go to U.S.

Also I have wanted to meet Enrique, a doctor friend who went to a conference and did not return to Chile. Several times he attempted to visit Cuba but was always rejected, the old migration decisions marked him as a “deserter.”

It’s actually a very human health, those who always have time for their patients and to the litany of friends of his patients. My own wife owes his life to his clinical expertise to detect and meningitis is strong.

So whatever he said to the official version, for us Henry was never ever a deserter and we feel betrayed. It is true that we would have liked to have more time but no one has the right to force another person to live where they want.

Thanks to the new immigration law may visit, seeing family, friends, and wander the streets of the city. Surely your trip will not have the national and international connotation was that of Contreras but for us it will be even more important.

I do not think that immigration reform is a panacea but the leap forward is so great that makes me dizzy. We surprised everyone who thought that doctors would not be included given the economic importance of their work to the island.

But we were not the only ones surprised. Several dissidents who were forbidden to travel before perplexed received their passports and thus the possibility of going to ny country that visa, which is not at all difficult for a Cuban dissident.

And the movement is large. This week I found a lady selling eggs in the agricultural market of Monaco, in Havana. He tells me that he had already visited Ecuador and is planning a trip to El Salvador, invited by some acquaintances.

Another friend asked me borrow $ 50 because it was going to Mexico and was missing to complete the passport and travel costs. When I asked how he got the visa and told me no need to ask any permission to travel, you just passport.

The man did not know that it is essential to obtain a visa and do not have the heart to tell him that every time they would be more inaccessible. At the end of the day they get it and many others have the right to dream of travel, after five decades steeplechase.

Those at either end, predicted a flood of migration have been perplexed. Cuba is full of people, the vast majority of professionals still in their posts and the airport has not collapsed or jams air.

Cubans who go in search of greener pastures not doubt me, as do the Uruguayans, Mexicans, Dominicans and the Spanish, who lately seem determined to replay the story of his grandparents in Latin America.

The big difference is that now the Cubans will also return, you just make a trip to the island every 24 months to keep their residence. And now not return as deserters or traitors but as citizens with the same rights as the rest.

Undoubtedly immigration reform has dark areas but humanly momentous change. There will be time to start the engine of criticism, for now I enjoy sharing a beer with Henry or re-interviewing the Duke.

Sources: Reencuentro/BBC/FernandoRavsberg/Cuba/InternetPhoto/thecubanhistory.com
CartasdesdeCuba/ The Cuba History/ Arnoldo Varona, Editor

EL REENCUENTRO

El recibimiento popular que tuvo el beisbolista Ariel Contreras durante su visita a Cuba muestra el abismo existente entre las resoluciones que lo estigmatizaron como “desertor” y los sentimientos de la gente, en particular de los aficionados de la pelota.

Me pareció interesante que en los blogs ligados al gobierno se publicara una entrevista con Contreras donde se explica que en su contrato con los Yankees de NY hay un acápite exigido por el deportista donde se especifica que nunca lo obligarían a jugar contra Cuba.

Al final resulta que el “desertor” no era tan “traidor”, incluso con US$32 millones en el bolsillo y jugando en las Grandes Ligas anda añorando volver a representar a su país en alguna justa internacional, dice que “si sucediera, entonces me retiro tranquilo”.

A mí me encantaría volver a entrevistar en Cuba al Duque Hernandez. Lo conocí en peores días, cuando se le prohibió jugar beisbol, acusado de planear la “deserción”. Él siempre lo negó pero la sanción sirvió para que diera el paso definitivo y se fuera a EE.UU.

También tengo ganas de encontrarme a Enrique, un médico amigo que fue a un congreso a Chile y no regresó. Varias veces hizo el intento de visitar Cuba pero siempre fue rechazado, las antiguas resoluciones de migración lo señalaban como un “desertor”.

En realidad es un médico muy humano, de esos que siempre tienen tiempo para sus pacientes y para la retahíla de amigos de sus pacientes. Mi propia esposa le debe la vida a su pericia clínica para detectar y trata una fuerte meningitis.

Así que dijera lo que dijera la versión oficial, para nosotros Enrique nunca fue un desertor y jamás nos sentimos traicionados. Es verdad que nos hubiera gustado tenerlo más tiempo pero nadie tiene derecho a obligar a otra persona a vivir donde no quiere.

Gracias a la nueva ley de migración podrá visitarnos, ver a sus familiares, amigos y pasear por las calles de la ciudad. Seguramente su viaje no tendrá la connotación nacional e internacional que tuvo el de Contreras pero para nosotros será aún más importante.

No creo que la reforma migratoria sea la panacea pero el salto hacia adelante es tan grande que da vértigo. Nos sorprendió a todos los que creíamos que los médicos no estarían incluidos dada la importancia económica que tiene su trabajo para la isla.

Pero no fuimos los únicos sorprendidos. Varios disidentes a los que antes se les prohibía viajar recibieron perplejos sus pasaportes y por ende la posibilidad de ir a ualquier país que les de visa, algo que no resulta nada complicado para un opositor cubano.

Y el movimiento es general. Esta semana me encontré a una señora que vendía huevos en el mercado agropecuario del Mónaco, en La Habana. Me cuenta que ya había visitado Ecuador y está planeando un viaje a El Salvador, invitada por unos conocidos.

Otro amigo me pidió US$50 prestado porque se iba a México y le faltaban para completar los costos de pasaporte y viaje. Cuando le pregunté cómo había conseguido la visa me dijo que ya no hace falta pedir ningún permiso para viajar, que basta con el pasaporte.

El hombre no sabía que es imprescindible obtener una visa y no tuve corazón para decirle que cada vez estas serían más inaccesibles. Al fin y al cabo muchos lo consiguen y los demás tienen derecho a soñar con viajar, tras cinco décadas de carrera de obstáculos.

Los que, en uno u otro extremo, predecían una avalancha migratoria se han quedado perplejos. Cuba sigue llena de gente, la gran mayoría de los profesionales continúan en sus puestos y el aeropuerto no ha colapsado ni hay atascos aéreos.

Que se irán cubanos en busca de mejores horizontes no me cabe la menor duda, igual que lo hacen los uruguayos, los mexicanos, los dominicanos y los españoles, que últimamente parecen decididos a reeditar la historia de sus abuelos en Latinoamérica.

La gran diferencia es que ahora los cubanos también podrán regresar, les basta hacer un viaje a la isla cada 24 meses para no perder su residencia. Y ya no regresarán como desertores o traidores sino como ciudadanos con los mismos derechos que el resto.

Sin dudas la reforma migratoria tiene zonas oscuras pero el cambio es humanamente trascendental. Ya habrá tiempo para arrancar el motor de la crítica, por ahora pienso disfrutar compartiendo una cerveza con Enrique o volviendo a entrevistar al Duque.

Sources: Reencuentro/BBC/FernandoRavsberg/Cuba/InternetPhoto/thecubanhistory.com
CartasdesdeCuba/ The Cuba History/ Arnoldo Varona, Editor

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