History of CubaTHE KING OF MELODY * El Rey de la Melodia. (Video).

We saw him many times in the neighborhood of los sitios, in Centro Habana. He walked with elegance and rhythm that tall and bony guy, invariably dressed white guayabera pants and wearing a Panama hat and authentic, like a tropical Quixote. Was Joseíto Fernandez, The King of Melody, the creator of the famous Guajira Guantanamera Cuban musical piece, along with The manisero, Simons, and the troupe, Lecuona, most widespread in the world.

            That tune is Guajira Guantanamera neither. You mean this is not a native of the Cuban province of Guantanamo and belongs to the music genre known as Guajira. Fernandez Joseíto created in 1928, at a time when as a singer began sones, and premiered on radio in 1935. It was, after 1940, the subject identified his orchestra until three years after the singer was hired by a firm exclusively for the interpreted soap on the radio program The event of the day, it staged acts of crime reporting. A repentista poet composed the tenths or spinels that recreated the criminal event, and sang them Joseíto incorporating the familiar refrain of “Guantanamera, Guajira Guantanamera”. That became so popular that, although the program disappeared in 1957, still hears that someone sang Guantanamera when you have been involved in an unfortunate incident.

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            Is not that the Guantanamera is now touring the world and which is repeated on the island but the verses leading José Martí. In the 50 Julian Orbon, Spanish composer resident in Havana, the Simple Verses versionó with the Apostle of the Independence of Cuba, whose metric is in line with the eight-bar verses that played Joseíto. In 1962, the musician Hector Angulo, scholarship in the U.S. by the Revolutionary Government, sang that version in a summer camp there. Just listened to Pete Seeger and recorded shortly after the title of Guantanamera.

            It would be from that recording ventured some musicologists say Guajira Guantanamera was a tune made by the people, an air of folk who had appropriated Joseíto. There was no such thing. This is not a genre anonymous as guaguancó or are, but a guajira-are written in sets of two by four, unlike Anckermann guajiras of which took elements of point and key Spanish roots and are written in six-eight bars. The fact that no literary testimony proved similar to another tune, confirming its originality, but has twists and point-like cadences, guajira and son.

There is something more important and definitive. The version sung by Seeger has the melodic elements that are seen in the version of the Guantanamera record for Victor Fernandez Joseíto did with his orchestra in 1941. In that year, the author recorded the title of my biography and subtitle of Guajira Guantanamera.

            To Joseíto was always an honor Martí verses were incorporated into its melody. He himself came to sing in that version and did as usually done in the island: incorporating new stanzas casuistically Marti and suppressing others, unlike Seeger’s version, which always includes the same verses. He said on one occasion that was always a song Guantanamera protest, complaint, because picking the sadness and misery of a people and that asking welfare and justice for the people, also claimed them for himself.

            Because that man of integrity, accommodating and friendly, habanero to death, had a very humble that he never forgot. He was born on September 5, 1908 and died on October 11, 1979, thirty nine years ago.

Sources: CiroBianchiRoss/InternetPhotos/www.thecubanhistory.com
El Rey de la Melodia/ The Cuban History/ Arnoldo Varona, Editor

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EL REY DE LA MELODIA

Lo vimos muchas veces por el barrio de Los Sitios, en Centro Habana. Caminaba con elegancia y ritmo aquel hombre alto y huesudo que, vestido invariablemente de guayabera y pantalón blancos y tocado con un jipijapa auténtico, parecía un Quijote tropical. Era Joseíto Fernández, El Rey de la Melodía, el creador de la famosísima Guajira guantanamera, la pieza musical cubana, junto con El manisero, de Simons, y La comparsa, de Lecuona, más difundida en el mundo.

Esa melodía no es guajira ni tampoco guantanamera. Quiere decir esto que no es oriunda de la provincia cubana de Guantánamo ni pertenece al género musical conocido como guajira. Joseíto Fernández la creó en 1928, en tiempos en que se iniciaba como cantante de sones, y la estrenó en la radio en 1935. Fue, a partir de 1940, el tema que identificó a su orquesta hasta que tres años después el cantante era contratado en exclusiva por una firma jabonera para que la interpretara en el programa radial El suceso del día, que escenificaba hechos de la crónica roja. Un poeta repentista componía la décimas o espinelas que recreaban el suceso criminal, y Joseíto las cantaba incorporándole el conocido estribillo de “Guantanamera, guajira guantanamera”. Aquello llegó a ser tan popular que, aunque el programa desapareció en 1957, todavía se oye decir que a alguien le cantaron la Guantanamera cuando se ha visto envuelto en un incidente desafortunado.

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No es esa la Guantanamera que hoy recorre el mundo ni la que se repite en la Isla. Sino la que lleva versos de José Martí. En los años 50 Julián Orbón, compositor español avecindado en La Habana, la versionó con los Versos sencillos del Apóstol de la Independencia de Cuba, cuya métrica se ajustaba a las coplas de ocho compases que interpretaba Joseíto. En 1962, el músico Héctor Ángulo, becado en EE UU por el Gobierno Revolucionario, cantó esa versión en un campamento de verano de ese país. Así la escuchó Pete Seeger y la grabó poco después con el título de La guantanamera.

Sería a partir de esa grabación que algunos musicólogos se aventuraron a decir que Guajira guantanamera era una tonada hecha por el pueblo, un aire folclórico del que Joseíto se había apropiado. No hubo tal cosa. No se trata de un género anónimo, como el guaguancó o el son, sino de una guajira-son escrita en compases de dos por cuatro, a diferencia de las guajiras de Anckermann, que tomó elementos del punto y de la clave de raíces españolas y están escritas en compases de seis por ocho. El hecho de que ningún testimonio literario pruebe su similitud con otra tonada, confirma su originalidad, aunque tenga giros y cadencias parecidos al punto, la guajira y el son.

Hay algo más importante y definitivo. La versión cantada por Seeger tiene los elementos melódicos que se aprecian en la versión de la Guantanamera que para la disquera Víctor hizo Joseíto Fernández con su Orquesta Típica en 1941. En ese mismo año, su autor la registraba con el título de Mi biografía y el subtítulo de Guajira guantanamera.

Para Joseíto fue siempre un honor que versos de Martí se incorporaran a su melodía. Él mismo llegó a cantarla en esa versión y lo hizo como habitualmente se hace en la Isla: incorporando casuísticamente nuevas estrofas martianas y suprimiendo otras, a diferencia de la versión de Seeger, que incluye siempre los mismos versos. Afirmó en una ocasión que la Guantanamera fue siempre una canción protesta, de denuncia, porque recogía la tristeza y la desgracia de un pueblo y que al pedir bienestar y justicia para ese pueblo, los reclamaba también para sí.

Porque aquel hombre íntegro, complaciente y amable, habanero hasta la muerte, tuvo un origen muy humilde que nunca olvidó. Nació el 5 de septiembre de 1908 y murió el 11 de octubre de 1979, hace ahora treinta nueve años.

Sources: CiroBianchiRoss/InternetPhotos/www.thecubanhistory.com
El Rey de la Melodia/ The Cuban History/ Arnoldo Varona, Editor

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