Take jacket over the shoulders in what was, beyond the films and posters produced under its aegis, his contribution to revolutionary iconography. No beard, no starry beret, not wide-brimmed hat or military uniform: a jacket over his shoulders in the manner of ladies starting to feel cold but for the world would miss this party on the terrace. Among the machangonería rebel, his is the chill.
Alfredo Guevara just died, the one who had power to decide which was filmed in Cuba, controversial figure throughout his life. Following the signing of the law 169, creating the Cuban Institute of Cinematographic Art and Industry (ICAIC) of March 20, 1959, Guevara went to control virtually all import, export, display and film production in the country.
“It is said that Alfredo Guevara who won in the 50’s the president of the FEU to Fidel Castro and then Castro was asking how it was possible that this man with bridle and could not speak in public, could beat him. He won because he had the Communist Youth support, which then had a very solid framework. Thereafter, Fidel Castro Guevara approached and asked him to please give him a hand with the education of Raul Castro, and is when it gets Guevara to invite Raul to a congress of the youth, organized by the Communist International in Prague. That’s how Alfredo took Raul unver his wing and I started him to get into the communist world. then they were invited to Moscow, returned boat and became good friends. ”
Fidel Domenech. Nikolai Leonov and Raul Castro on their way back from the Praga “Congress” in 1953 when Leonov, with diplomatic front, was going to Mexico/ Cuban Baracutey)
The closeness to Fidel and Raul Castro from the 50’s, of those who had been a mentor to advise the reading of Marx and Lenin and take the path of Marxism, was instrumental in his appointment to head the Institute.
“By that time, Fidel Castro was a voracious reader of Benito Mussolini and Primo de Rivera. Alfredo’s advice was: ‘Marx and Lenin Leete are those things clear’ …”
“It seemed completely stupid persecute homosexuals and especially send them to concentration camps. He was smarter than the morons. He liked to be surrounded by beautiful men. He had never shot against power and did what he could.”
As central authority of the new body, the Institute closed doors to old pre-revolutionary cinema figures, preventing many professionals could continue working in the sector. It was well known his confrontation with Ricardo Vigon, co-founder of Cine Club Havana (1948) and the first Cinematheque of Cuba (1951), whom he had not sufficient knowledge to work in the film industry. To some who were already working in the ICAIC, expelled, while others such as Guillermo Cabrera Infante marched through confrontations with Guevara.
During the most crude repression of homosexuals in the 60s and 70s, Guevara had a somewhat paradoxical position: protected all who were under his domain, but did not dare to criticize, publicly or privately , homophobic and criminal policies of the leaders of the Cuban Revolution. However, iron supported the censure suffered by the writer Virgilio Piñera and sent ICAIC cameras filming the autoinculpación the Padilla after his imprisonment.
His first term in ICAIC was not without controversy: in addition to that there were about PM (1961), was followed held with the leader Blas Roca from the communist newspaper Today (1963) regarding what is considered an exhibition of films decadent-La dolce vita, including-that Guevara defended, and the last following the film’s production Cecilia, who led Humberto Solas in 1982 and it was so expensive, that cost him his reverend put President of ICAIC.
In what appears to be his last plea to the dictator Castro Guevara asked him as chairman of the International Festival of New Latin American Cinema, which began to occupy since 1999. Refugee such convenience, the old apparatchiks began compiling and publishing a voluminous books and cheesy unpronounceable titles. When you are unable to think, two years ago, dismissed the entire staff of the Office of Latin American Film Festival, who accompanied him in organizing the event for nearly two decades.
Scarce three months ago, Alfredo Guevara declared that the Cuban Institute of Cinematographic Art and Industry (ICAIC), which he founded in 1959, was an obsolete institution. “I designed the organization, but I say, ‘This does not work anymore'” he told The New York Times. Just three years ago, the dictator Fidel Castro admitted that the Cuban model no longer worked: “The Cuban model does not even work for us,” Castro told The Atlantic.
Alfredo Guevara was an apparatchik applied, rebellious and winding. He paced his sack on his shoulders as a sort of challenge to that macho world around him. He had the virtue of creating a film industry in Cuba. Actually created the most powerful propaganda machine that had the revolution. With him infected with ideological nonsense half the world. May he rest in peace!. Without him less scoundrels remain.
Sources: Various / Zayas / Ponte / InternetPhotos / www.thecubanhistory.com
Alfredo Guevara, political commissar of the Cuban cinema dead
The Cuban History, Arnoldo Varona, Editor strong>
Muere Alfredo Guevara, comisario político del cine cubano
Lleva la chaqueta sobre los hombros en lo que constituyó —más allá de las películas y los carteles producidos bajo su égida— su aporte a la iconografía revolucionaria. No barba, no boina estrellada, no sombrero alón ni uniforme militar: una chaqueta sobre los hombros a la manera de las señoras que empiezan a sentir frío pero por nada del mundo se perderían esta fiesta en la terraza. Entre la machangonería rebelde, lo suyo es el escalofrío.
Acaba de morir Alfredo Guevara, quien tuvo poder suficiente para decidir qué se filmaba en Cuba, figura controversial toda su vida. Seguidamente a la firma de la ley 169 de creación del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), del 20 de marzo de 1959, Guevara pasó a controlar prácticamente toda la importación, exportación, la exhibición y la producción cinematográficas en el país.
“Se cuenta que Alfredo Guevara le ganó en los años 50’s la presidencia de la FEU a Fidel Castro y entonces este se preguntó cómo era posible que ese hombre con frenillo y que no sabía hablar en público, podía ganarle. Y le ganó porque tenía el apoyo de la juventud comunista, que entonces tenía un entramado muy sólido. A partir de entonces, Fidel Castro se acercó a Guevara y le pidió que por favor le diera una mano con la educación de Raúl Castro, y es cuando consigue que inviten a Raúl a un congreso de las juventudes, organizado por la Internacional Comunista en Praga. Así fue cómo Alfredo se llevó a Raúl y lo empezó a meter en el mundo comunista. Luego fueron invitados a Moscú, regresaron en barco y se hicieron muy amigos”.
Fidel Domenech. Nikolai Leonov y Raúl Castro en su viaje de regreso del ” Congreso” en 1953 cuando Leonov, con fachada diplomática, iba hacia México/ Baracutey Cubano)
La cercanía con Fidel y Raúl Castro desde los años 50, de quienes había sido mentor al aconsejarles la lectura de Marx y Lenin y llevarlos por el camino del marxismo, fue decisiva para su nombramiento al frente del Instituto.
“Por esa época, Fidel Castro era un lector voraz de Benito Mussolini y de Primo de Rivera. El consejo de Alfredo fue: ‘léete a Marx y a Lenin que son los que tienen las cosas claras’…”
“Le parecía completamente estúpido perseguir a los homosexuales y sobre todo mandarlos para campos de concentración. Él era más inteligente que los imbéciles. Le gustaba estar rodeado por hombres bonitos. Él nunca se hubiera tirado contra el poder e hizo lo que pudo”.
Como autoridad central del nuevo organismo, cerró las puertas del Instituto a viejas figuras del cine prerrevolucionario, impidiendo que muchos profesionales pudieran seguir trabajando en el sector. Fue muy conocido su enfrentamiento con Ricardo Vigón, cofundador del Cine Club de La Habana (1948) y de la primera Cinemateca de Cuba (1951), de quien dijo no tenía los conocimientos suficientes para trabajar en la industria cinematográfica. A unos que ya colaboraban en el ICAIC, los expulsó; mientras que otros como Guillermo Cabrera Infante se marchaban por enfrentamientos con Guevara.
Durante los momentos más crudos de represión a los homosexuales en las décadas de los 60 y 70, Guevara mantuvo una postura un tanto paradójica: protegió a todos los que estaban bajo su feudo, pero no se atrevió a criticar, ni en público ni en privado, las políticas homófobas y criminales de los dirigentes de la revolución cubana. Sin embargo, apoyó la censura más férrea que sufrió el escritor Virgilio Piñera y envió las cámaras del ICAIC a filmar la autoinculpación del poeta Heberto Padilla, después de su encarcelamiento.
Su primer mandato en el ICAIC no estuvo exento de polémica: además de la que hubo alrededor de PM (1961), le siguió la que sostuvo con el dirigente Blas Roca desde el periódico comunista Hoy (1963) a propósito de lo que se consideró como una exhibición de películas decadentes —La dolce vita, entre ellas— que Guevara defendía; y la última a raíz de la producción del filme Cecilia, que dirigió Humberto Solás en 1982 y que fue tan costosa, que le costó su reverendísimo puesto al presidente del ICAIC.
En lo que parece ser su última súplica al dictador, Guevara le pidio a Castro el puesto de presidente del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, que empezó a ocupar desde 1999. Refugiado en esa comodidad, el viejo apparátchik empezó a recopilar y a publicar unos voluminosos libros de títulos impronunciables y cursis. Cuando se le creía sin poder, hace dos años, destituyó a todo el personal de la Oficina del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, que lo acompañó en la organización del evento durante casi dos décadas.
Hace escasos tres meses, Alfredo Guevara declaraba que el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), fundado por él en 1959, era una institución obsoleta. “Yo diseñé la organización, pero digo, ‘esto no funciona más'”, aseguró a The New York Times. Apenas tres años atrás, el dictador Fidel Castro reconocía que el modelo cubano no funcionaba más: “El modelo cubano ya no funciona ni para nosotros”, dijo Castro a The Atlantic.
Alfredo Guevara fue un apparátchik aplicado, rebelde y sinuoso. Paseaba su saco sobre sus hombros como una especie de desafío a ese mundo machista que lo rodeaba. Tuvo la virtud de crear una industria de cine en Cuba. En realidad creó el aparato de propaganda más poderoso que tenía la revolución. Con él infectó con boberías ideológicas a medio mundo. Que descanse en paz!”. Sin el ya quedan menos canallas.
Sources: Various/Zayas/Ponte/InternetPhotos/www.thecubanhistory.com
Alfredo Guevara, political commissar of the Cuban cinema dead
The Cuban History, Arnoldo Varona, Editor