Eusebio Leal Spengler, (born 11 September 1942, in Havana, Cuba), is the Havana City Historian, director of the restoration program of Old Havana and its historical center, UNESCO World Heritage Site, Deputy to the National Assembly of the Popular Power in the IV, V and VI Legislature, Ambassador of Good Will of the United Nations, the University of Havana and has his masters in Latin American, Caribbean, and Cuban Studies. He is President of the Commission of Monuments in the City of Havana and a specialist in Archeological Sciences. His son, Javier Leal, runs a travel agency and an art gallery in Barcelona, Spain.
“CHEF LEAL”
Author: Alejandro Rios, commentator, film critic..
Once, on my way to work at the Palacio del ‘Segundo Cabo of the Old Havana’ , I could see Eusebio Leal snatched a broom to a public sweeper to tell her that I needed to work harder. The City Historian gave a spirited cepillazos against street and handed the implement cleaning lady , publicly embarrassed .
During the Book Fair in Guadalajara dedicated to Cuba in 2003 I ran into a former official of the Cuban Book Institute , which at that time occupied a publishing house founded by Leal, and wanted to convince me as to this character by breaking down barriers that divided Cuban families .
Eusebio Leal, always gray uniform ” Mao ” is projected, austere, as a cultist proletarian humanism. I can not alienate , however , its flattering addiction Cuban dictators , who , incidentally, occasionally teach the instruments of torture to not pass ready on your hectic business life.
Last week I spoke to the workers of Tourist Habanaguanex , where he serves as one of its executives, to discuss reforms and his speech in defense of traditional Cuban food remains a classic of impudence .
Along with their top leaders spoke , of course , difficult times. He said , in an admonitory tone and church key , as they do so , the great national culinary traditions to foreign visitors because they want to know ” how to eat and how Cubans.”
Chilean tourists said some had felt pleasantly pleased with fried plantains . Then regretted that many authentic Cuban food had disappeared from the table of the homes and restaurants of the island , not to mention , of course , the name of the ” wizards ” that made it so difficult and painstaking act of prestidigitation .
Eusebio asked to apathetic chefs : ” What is the majarete restaurant where atole , stew , corn flour with crab or pork ? ”
It seems that in his most recent trip to the United States was only in Washington, where he was feted as a great character, but it was not time to fly incognito to Miami and find out where they had gone to the elusive food mentioned .
As if thinking of what Miami has preserved for the enjoyment of future Cuban palate , the historian had a fit of nostalgia, and reported a list of dream in the midst of national insecurity : the best stuffed potatoes were Guanabacoa , the sausage Village El Congo , banana shakes Artemis, the torticas Moron , the Cremitas Cascorro milk and pancake Jamaica .
Be known that his verbal incontinence does rant like that joke old lady who asked tip steak and other cuts the butcher of the revolution and this will ripostaba : ” Not that there years ago what you ask me , but I Astonish good memory you have yet. ”
In a country where every citizen receives a battered and worse bread baked daily by the ration book , Leal requested to reformulate its making a likeness of his countrymen who always ate . On the other hand , demanded the rescue of lost recipe chicken , rice and sweet Creole , with that fervor that characterized its verb .
At this point in his disquisition , Nitza Villapol see it as trying to convince his audience that the tortilla yogurt was something possible.
Author: Alejandro Rios, commentator and film critic, host of La Mirada Indiscreta program , America TeVe channel in Miami, Florida.< / strong >
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Let’s talk about EUSEBIO LEAL, “Havana City Historian”
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor
Foto por Cecilia Habanera, Ricardo Luis Leoncini, Sonia Nizza and Caccamese Fabio. Capitolio Nacional en reparación.
EUSEBIO LEAL SPENGLER.
Eusebio Leal Spengler, (nacido el 11 de septiembre de 1942, en La Habana, Cuba), es el Historiador de La Habana, director del programa de restauración de La Habana Vieja y su centro histórico, Patrimonio de la Humanidad, el diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular en la IV, V y VI Legislatura, Embajador de Buena Voluntad de las Naciones Unidas, la Universidad de la Habana y tiene su maestría en América Latina, el Caribe y Estudios Cubanos. Es Presidente de la Comisión de Monumentos de la Ciudad de La Habana y especialista en Ciencias Arqueológicas. Su hijo, Javier Leal, dirige una agencia de viajes y una galería de arte en Barcelona, España.
“CHEF LEAL”.
Autor: Alejandro Rios, comentarista, critico de cine..
.. Cierta vez, camino a mi trabajo en el Palacio del Segundo Cabo de la Habana Vieja, pude ver cómo Eusebio Leal le arrebataba una escoba a una barrendera pública para indicarle que necesitaba hacer su labor con más ahínco. El Historiador de la Ciudad dio unos enérgicos cepillazos contra la calle y le devolvió el apero de limpieza a la señora, abochornada públicamente.
Durante la Feria del Libro de Guadalajara dedicada a Cuba en el 2003 me tropecé con un ex funcionario del Instituto Cubano del Libro, que en ese momento se ocupada de una editorial fundada por Leal, y me quiso convencer de cuanto hacía el personaje por derribar las barreras que dividían a la familia cubana.
Eusebio Leal, siempre de uniforme gris “Mao”, se proyecta, austero, como un proletario de culterano humanismo. No lo puedo distanciar, sin embargo, de su apego lisonjero a los dictadores cubanos, quienes, por cierto, de vez en cuando le enseñan los instrumentos de tortura para que no se pase de listo en su agitada vida empresarial.
La pasada semana disertó ante los trabajadores de la Compañía Turística Habaguanex S.A., donde funge como uno de sus ejecutivos, para hablar de las reformas y su perorata en defensa de la comida tradicional cubana queda como un clásico de la procacidad.
A la par de sus jefes máximos habló, por supuesto, de tiempos difíciles. Afirmó, en tono admonitorio y en clave eclesiástica, como suele hacerlo, de las grandes tradiciones culinarias nacionales porque a los visitantes extranjeros les interesa saber “cómo y de qué manera comen los cubanos”.
Dijo que unos turistas chilenos se habían sentido gratamente satisfechos con los tostones fritos. Luego lamentó que muchas comidas cubanas auténticas habían desaparecido de la mesa de los hogares y de los restaurantes de la isla, sin mencionar, por supuesto, el nombre de los “magos” que hicieron tan difícil y minucioso acto de prestidigitación.
Eusebio preguntó ante sus impávidos chefs: “¿En qué restaurante está el majarete, dónde el atole, el guiso de maíz, la harina con cangrejo o con cerdo?”
Todo parece indicar que en su más reciente viaje a los Estados Unidos sólo estuvo en Washington, donde fuera agasajado como un gran personaje, pero no le alcanzó el tiempo para volar de incógnito a Miami y averiguar a dónde habían ido a parar los elusivos alimentos que menciona.
Como si estuviera pensando en lo que Miami ha resguardado para deleite del futuro paladar cubano, el historiador tuvo un arranque de nostalgia, y refirió una lista de ensueño en medio de la precariedad nacional: las mejores papas rellenas eran de Guanabacoa, la butifarra del pueblo de El Congo, los batidos de plátano de Artemisa, las torticas de Morón, las cremitas de leche de Cascorro y el panqué de Jamaica.
Será que su conocida incontinencia verbal lo hace desvariar como aquella viejecita del chiste que le pedía punta de filete y otros cortes al carnicero de la revolución y este le ripostaba: “No es que no exista hace años lo que usted me pide, sino que me asombra la buena memoria que tiene todavía”.
En un país donde cada ciudadano recibe un maltrecho y peor horneado pan diario por la libreta de racionamiento, Leal ha pedido que reformulen su hechura a semejanza del que siempre comieron sus compatriotas. Por otra parte, exigió el rescate de recetarios perdidos de pollos, arroces y dulces criollos, con ese fervor que caracteriza su verbo.
A estas alturas de su disquisición, lo veo como Nitza Villapol, tratando de convencer a su público que la tortilla de yogurt era algo posible.
Author: Alejandro Rios, Comentarista y crítico de cine, presentador del programa La Mirada Indiscreta, del canal América TeVe. Miami, Florida.
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Let’s talk about EUSEBIO LEAL, “Havana City Historian”
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor