CUBA: NI SIQUIERA, A NADIE SE LE PEDIRA DISCULPAS.
55 años después, con una Cuba arruinada y una cultura empresarial destruida, el régimen anuncia que todos los servicios volverán a ser privados. A ninguna de las miles de familias perjudicadas se les devolverá ni siquiera el cascarón vacío donde estuvo su negocio.
Medio siglo después, el Paradero de Camarones no ha olvidado los nombres originales de las cosas; por eso mencionan a sus antiguos dueños cuando las señalan: el Bar de Roberto, la Barbería de Felipe Marín, el Garaje de Luzbel Cabrera, la Carnicería de Rao, la Tienda de Luis Bada, el Cine de Chena…
Tengo recuerdos muy nítidos de aquellos emprendedores frente a las ruinas de sus sueños. Una vez, en el bar de mi tío Roberto Yero, había una larga cola para comprar guarapo. Ya él se había tomado los dos rones de “por las tardes” y reaccionó molesto cuando me vio al final de la larga fila.
—¿Cómo tu vas a hacer cola en algo que era de nosotros, Camilito? —me dijo mientras me tiraba del brazo—. ¿Tú estás loco, chico? Ve a la casa y dile a Helemenia [su esposa] que te haga una limonada.
Mi tío Rao Yero nunca dejó de cortar filetes, alfileres, palomillas, hígados y ternillas en el aire. Sus brazos se agitaban como dos cuchillos, mientras él manoteaba sus recuerdos, frustraciones y rabias. “Antes hasta el más pobre comía carne por las tardes —repetía una y otra vez—. Ahora todos estamos comiendo mierda a partes iguales”.
Pero quizás el caso más triste fue el de Chena, quien aceptó la humillación de convertirse en el portero de su propio cine por tal de seguir abriéndolo todas las noches. Un tarde me llevó una enorme caja de regalo: Eran las fotos de la cartelera, una estremecedora colección de los rostros que habían hecho reír y llorar a mi pueblo por décadas.
La idea de intervenir todos los negocios, abolir a los pequeños empresarios y hacer que el Estado se encargara hasta de remendar zapatos, fue del argentino Ernesto Guevara (quien también tiene el tristísimo “mérito” de ser el extranjero que más cubanos ha fusilado).
55 años después, con una Cuba arruinada y una cultura empresarial destruida, el régimen anuncia que todos los servicios volverán a ser privados. A nadie le pedirán disculpas. A ninguna de las miles de familias arruinadas se les devolverá nada, ni siquiera el cascarón vacío donde estuvo su negocio.
Nadie asumirá la responsabilidad por algo que obligó a los cubanos a pasar innumerables y absurdas carencias por más de medio siglo. Ya sabemos que el bienestar de los cubanos es lo que menos le importa a la anciana dictadura, tan concentrada como está en sobrevivir a su propia muerte.
Mientras tanto, en el Paradero de Camarones se seguirá llamando a las cosas por su nombre: el Bar de Roberto, la Barbería de Felipe Marín, el Garaje de Luzbel Cabrera, la Carnicería de Rao, la Tienda de Luis Vada, el Cine de Chena…
El Fogonero/Camilo Venegas, Santo Domingo/InternetPhotos/TheCubanHistory.com
CUBA: NI SIQUIERA, A NADIE LE PEDIRAN DISCULPAS.
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor
La Habana, Cuba. Cuba en Fotos.
CUBA: NOT EVEN, THEY WILL APOLOGISED.
55 years later, with a ruined Cuba and an entrepreneurial culture destroyed, the regime announced that all services will again be private. None of the thousands of affected families are not even return the empty shell where was your business.
Half a century later, the whereabouts of shrimps has not forgotten the original names of things; why mention their former owners when the state: Roberto’s Bar, the Barbershop Felipe Marin, Lucifer Garage Cabrera, the Butcher Rao Bada’s Shop Luis, the Chena Film …
I have very clear memories of those entrepreneurs facing the ruins of their dreams. Once in the bar of my uncle Robert Yero, there was a long queue to buy guarapo. Since he took the two rums “evenings” and responded annoyed when I saw the end of the long line.
– How you are going to line up in something that was ours, Camilito? -I said as I pulled the arm. Are you crazy, man? Go home and tell Helemenia [his wife] makes you a lemonade.
My uncle Rao Yero never stopped filleting, pins, brackets, livers and gristle in the air. His arms flailed as two knives as he flailed his memories, frustrations and rages. “Before even the poorest ate meat in the evening he repeated again and again. Eating shit Now we all equally.”
But perhaps the saddest case was that of Chena, who accepted the humiliation of becoming the keeper of his own film for that to keep opening every night. One afternoon I took a huge gift box: Were the photos of the billboard, a chilling collection of faces that had made her laugh and mourn my people for decades.
The idea of intervening all businesses, abolish small businesses and make the state to take care of mending shoes, was the Argentine Ernesto Guevara (who also has the sad “merit” being abroad has more Cubans shot).
55 years later, with a ruined and destroyed Cuba corporate culture, the regime announced that all services will again be private. Nobody will ask apology. None of the thousands of families are ruined returns nothing, not even the empty shell where was your business.
No one will take responsibility for something that forced the Cubans to spend countless shortcomings and absurd for over half a century. We know that the welfare of the Cuban people is the least matters to the old dictatorship, as is so focused on surviving his own death.
Meanwhile, the whereabouts Shrimp will continue calling things by their name: the Bar of Roberto, the Barbershop Felipe Marin, Garage Lucifer Cabrera, the Butcher of Rao, the shop Luis Vada, the Film Chena …
The FOgonero/Camilo Venegas, Santo Domingo / InternetPhotos / TheCUbanHistory.com
CUBA: NOT EVEN, THEY WILL APOLOGISED.
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor