“Hacerse el sueco” en Cuba significa no darse por enterado de lo evidente y creo que con las críticas a las nuevas regulaciones aduanales más de uno se ha convertido en escandinavo como por arte de magia, buscando un cabeza de turco sobre el cual descargar la ira.
La Aduana General de la República ha recibido críticas a mansalva, aun cuando todos en Cuba sabemos que semejantes resoluciones no pueden provenir de una institución cuya función se limita a hacer cumplir las regulaciones que aprueba el gobierno.
Además tampoco las normas que se aplicarán resultan tan extremistas si se las compara con las de otros países. Viajar con 5 pares de zapatos es más que suficiente por mucho que se quiera caminar y hasta al más limpio le basta llevar decenas de jabones en la maleta.
Los precios de algunos productos provocan el contrabando.
(Fotos de Raquel Perez).
Para comprar este pedazo de queso hacen falta 2 meses de salario íntegro de un trabajador del Estado.
El problema no radica en lo que la Aduana nos permite entrar al país sino en lo que nosotros –cubanos y extranjeros residentes- necesitamos traer para llenar el enorme bache que produce la escasez y/o los altísimos precios existentes en el mercado interno.
Juro solemnemente que a mí no me place viajar desde España con las 4 gomas de mi automóvil bajo el brazo. No es fácil buscarlas y empaquetarlas, además de encontrar un taxi con suficiente capacidad para llevarme al aeropuerto sin protestas.
Hacer la cola en los vuelos hacia la isla desde cualquier parte del mundo es como meterse en una convención de vendedores ambulantes, cargados de las mercancías más insólitas, muebles, interruptores eléctricos, repuestos de autos, bombillos de luz, televisores, bombas de agua o prótesis mamarias.
Lo que falla no son las regulaciones aduanales sino el comercio interno y el gobierno debe aceptar que viene fallando desde siempre. Prácticamente el país no ha tenido un solo momento de abastecimiento pleno, sin escasez ni racionamiento.
Un viejo chiste dice que si Jesucristo hubiera sido cubano nunca lo hubieran crucificado porque aquí cuando no falta el martillo escasean los clavos o se pierde la madera. De hecho no hay un lugar en toda Cuba donde se pueda comprar un par de tablas legalmente.
Los cubanos traen desde el extranjero las cosas más extrañas, desde gomas de automóviles hasta pañales desechables
El mercado negro enseguida se apropia del espacio, dudo que haya otro país con uno tan pujante y moderno como el de Cuba. Tiene incluso webs como ‘Revolico’ o ‘Por la livre’ donde se oferta todo, al doble de lo que cuesta fuera y a la mitad de lo que vale en Cuba.
Da igual que se trate de un tubo de pasta de dientes o de una laptop de última generación, todo será más barato que en las tiendas del Estado, es que los mercaderes le suben apenas un 100% mientras que el gobierno le aplica un impuesto del 240%.
La mayor parte de la ropa y zapatos que venden el Estado es mercancía vieja, cara y de mala calidad. Un par de zapatos puede durar un mes y no hay donde protestar cuando se rompen porque la defensoría del consumidor en Cuba es una utopía.
(Fotos de Raque Perez).
Estos refrigeradores en las tiendas de Europa cuestan 600 euros y en las de Cuba se venden al doble del precio.
Con las nuevas regulaciones aduaneras el gobierno ha puesto la carreta delante de los bueyes, prohibiendo la importación antes de ser capaz de crear un sistema comercial que satisfaga mínimamente las necesidades de consumo de los ciudadanos.
Nadie debe temer que la importación ponga en crisis el comercio para eso basta con la propia ineficiencia de las autoridades encargadas de abastecer el mercado. Es que ni siquiera son capaces de mantener en las tiendas de forma permanente las frazadas para limpiar pisos.
Lo peor es que estas medidas solo afectarán al ciudadano que viaja de vez en cuando pero no detendrá el contrabando duro porque este entra al país de forma cotidiana en las maletas de las tripulaciones de aviación o en pacas, con el visto bueno de aduaneros corruptos.
CartasDesdeCuba/Fernando Ravsberg/Fotos de Raquel Perez/www.thecubanhistory.com
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor.
CUBA: “PRETENDING TO BE SWEDISH”. strong>
“Become the Swedish” in Cuba means not take notice of the obvious and I think the criticism of the new Customs regulations more than one has become Scandinavian as if by magic, looking for a scapegoat on which to download the anger.
The General Customs of the Republic has been criticized at close range, even when everyone in Cuba know that such resolutions can not come from an institution whose role is limited to enforcing the regulations approved by the government.
Also not apply the rules are so extreme when compared with other countries. Travelling with 5 pairs of shoes is more than enough for a long walk and you want the cleanest to bring you dozens of soaps just in case.
Prices of some products provoque the smuggling.
(Fotos de Raquel Perez).
To purchase this piece of cheese needed 2 months full salary of a state worker. strong>
The problem lies not in what Customs allowed to enter the country but what we-Cubans and foreign residents, we need to bring to fill the huge hole produced shortages and / or existing soaring prices in the domestic market.
I solemnly swear that I did not place I travel to Spain with 4 tires my car under his arm. Not easy find and package them, besides finding a taxi with sufficient capacity to take the airport without complaining.
Queuing on flights to the island from anywhere in the world is like walking into a convention of street vendors, loaded with the most unusual goods, furniture, electrical switches, auto parts, light bulbs, televisions, water pumps or breast prostheses.
What is missing are the customs regulations but domestic trade and the government must accept that is always failing. Practically the country has not had a moment of full supply, no shortage or rationing.
An old joke says that if Jesus Christ were Cuban would not have crucified him because here they do not lack the scarce hammer nails or wood is lost. In fact there is a place across Cuba where you can buy a pair of tables legally.
Cubans brought from abroad the strangest things, from automobile tires to disposable diapers
The black market immediately appropriates the space, I doubt there is another country with one as strong and modern as that of Cuba. It even websites like Revolico or Porlalivre where everything is offered at twice the cost and half out what goes in Cuba.
Never mind that it is a tube of toothpaste or a laptop generation, all will be cheaper than in state stores, is that merchants will rise 100% just as the government applies a tax 240%.
Most of the clothes and shoes that sell merchandise the state is old, expensive and of poor quality. A pair of shoes can last a month and no where to complain when they break because of consumer advocacy in Cuba is a utopia.
(Fotos de Raque Perez).
These coolers in stores cost 600 euros in Europe and those of Cuba are sold at double the price. strong>
With the new customs regulations the government has put the cart before the horse, banning the import before being able to create a trading system that minimally meet the consumption needs of citizens.
No one should fear that the crisis put import trade for that just the very inefficiency of the authorities to supply the market. Is that they are not even able to keep permanently stores blankets to clean floors.
What’s worse is that these measures only affect the citizen traveling from time to time but will not stop the smuggling hard because it enters the country on a daily basis in the suitcases of aviation crews or bales, with the approval of corrupt customs.
CartasDesdeCuba / Fernando Ravsberg / Photos Raquel Perez / www.thecubanhistory.com
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor.