EL REY DE LOS INGENIOS DE CUBA.
Historia del Valle de los Ingenios Cubanos.
Es precisamente en la bella villa del Espíritu Santo, actual Sancti Spíritus, al centro del país, que acaba de cumplir 500 años el pasado mes de junio, donde vivió un destacado cubano que se llamara Justo Germán Cantero, y era considerado como el rey de los ingenios azucareros de Cuba.
Doctor en medicina, pianista, compositor, poeta, autor del libro “Ingenios de Cuba”, Cantero nació en Trinidad, Las Villas, Cuba el 27 de mayo de 1815. Protector de las artes. Fue Caballero Regidor y Alférez Real Perpetuo de Trinidad, Gentilhombre de Cámara con ejercicio y servidumbre, Caballero Gran Cruz de las Órdenes de Carlos III y de Isabel la Católica. Cruz de la Flor de Lis de la Vendée. Impulsor de la industria azucarera de Trinidad.
JUSTO GERMAN CANTERO Y SU ESPOSA.
El Teniente Gobernador de Trinidad, Pedro de la Peña, trató de incluirlo entre los inculpados de la causa que se le siguió al poeta ajusticiado mas tarde Plácido, cosa que no pudo lograr por ser Justo Germán personaje poderosísimo. Fue propietario del famoso Teatro Brunet desde 1849 y el cual se mantuvo en la familia hasta alrededor de 1883. Fue también dueño de la imprenta y el periódico “El Correo” desde 1851 hasta su muerte (1871).
El historiador y sociologo español Ramón de la Sagra, uno de los tantos huéspedes ilustres que Cantero atendiera, dijo que era “uno de aquellos hombres amables, ilustrados y cultos que merecen ser ricos por el uso que saben hacer de los bienes de fortuna”. Entre otros huéspedes ilustres que Cantero recibió se encontraron don Francisco Serrano y Dominguez, duque de la Torre y su esposa Antonia Domínguez de Guevara y Borrell, condesa de San Antonio y prima hermana de María Monserrate Fernández de Lara y Borrell, esposa de Cantero. Alexander von Humboldt y el naturalista alemán Juan Cristóbal Gundlach, considerado como el padre de la ornitología cubana, fueron ambos recibidos y hospedados por Cantero.
Justo Germán Cantero fue propietario de los ingenios Buena Vista, Guinia de Soto y La Caridad. La famosa campana inscrita “Ingenio de Buena Vista de Don Justo Germán Cantero”. “Fundida en Trinidad en 1846 por José Giroud”, se puede apreciar en su actual ubicación en el antiguo ingenio Manaca-Iznaga.
Su obra “Ingenios de Cuba” es considerada en la actualidad de gran valor y según algunos estudiosos el único ejemplar de que se tenga conocimiento se halla en la Biblioteca Nacional José Martí en La Habana.
Según la historiadora de la también conocida Villa del Yayabo, Monumento Nacional, María Antonieta Jiménez Margolles, Justo German Cantero vivió en Sancti Spiritus en la calle Independencia (antigua Real) y era dueño de cuatro centrales en el Valle de los Ingenios, Trinidad, Patrimonio Cultural de la Humanidad. También se le reconoce que junto a su esposa poseía varias viviendas en Trinidad, Casilda, así como dos quintas de recreo y algunos solares.
Su abolengo sobresalía entre los criollos que hicieron fortuna con el azúcar de caña, máxime cuando poseía los mayores ingenios de la zona central del país, entre ellos el Manaca Iznaga y el Buenavista.
Germán Cantero adquiere en 1843 el tren Derosne o máquina de vapor que instala en su ingenio Güinía de Soto, convirtiéndose en el primero en emplear ese adelanto tecnológico en Trinidad, tercera villa fundada por el Adelantado Diego Velázquez. Uno de sus mayores logros fue el de introducir en la Isla las técnicas más avanzadas del siglo XVIII para la producción de azúcar y miel.
ESCLAVOS EN SANCTI SPIRITUS.
Según la historiadora espirituana las grandes fortunas trinitarias y espirituanas estuvieron basadas en la trata negrera.
Puntualizó que en 1774 la población total de La villa del Yayabo ascendía a ocho mil 265 personas, de los cuales mil 295 eran esclavos, cifra que se incrementa en 1792 a dos mil 393.
Más del 90 por ciento de los negros estaban vinculados a la producción de azúcar y miel en 41 ingenios que producían, según datos de la época, el dos por ciento del total nacional.
Como testimonio curioso resalta que a finales del siglo XVIII empiezan a entrar chinos que van a formar parte de la dotación de cortadores de caña.
En los ingenios Mapos, Natividad y San Carlos, ubicados al sur de la capital territorial, se asentaron unos 900 chinos, muchos de los cuales morían a causa del cólera y otras enfermedades.
Mientras en el siglo XIX crece en población espirituana, comienza a declinar la producción de azúcar. A finales del mencionado siglo solo quedaban en pie tres ingenios, que se mecanizan y modernizan, logrando una gran producción de azúcar crudo.
EL VALLE DE LOS INGENIOS.
El Valle de los Ingenios o de San Luis también con título patrimonial de la UNESCO, se caracteriza por los vestigios de un pasado que forma parte de la historia cubana.
Es un tesoro único del desarrollo de la industria azucarera en la mayor de Las Antillas.
Se conservan numerosas ruinas de los ingenios, los barracones, las casas de verano y otras instalaciones.
Como señal del auge de la actividad en la zona, hacia 1827 disponía de 56 ingenios, los cuales utilizaban como mano de obra a poco mas de 11 mil esclavos, más del 40 por ciento de la población de la zona.
Datos históricos confirman que en el Valle de los Ingenios se han localizado más de 70 vestigios constructivos de sus antiguos ingenios; en 1840 llegaron a funcionar un total de 48 fábricas de azúcar.
Otro dato interesante es que en 1827 aparecían censados oficialmente 11 mil 697 esclavos, de los cuales la mayoría eran hombres.
Sin embargo, la crisis económica ocurrida de 1857 a 1866, unida a otros factores sociales, perjudicaron a la industria azucarera trinitaria.
En la revista Trinidad de Cuba, de la Editorial José Martí, se afirma que en el Valle llegaron a habitar unos 12 mil esclavos africanos y permanecen aún en el lugar descendientes de aquellos que fueron los protagonistas anónimos de la hazaña.
Según obra en el libro La Trinidad embrujo del Nuevo Mundo, en el Valle de los ingenios están las huellas del período de esplendor: pailas, torres, ruedas dentadas y mansiones como las del ingenio Guáimaro, construida por José María Borrel y Padrón, hijo de un capitán de corsario y padre del primer marqués de Guáimaro.
Sus frescos italianos, balaústres de madera y arcos de medio punto, son muestras del poderío económico de la familia que sólo acudía a la finca de visita, mientras las dotes de esclavos cuidaban y mantenían sus propiedades.
PL/RaulGarciaAlvarezInernetPhotos/www.thecubanhistory.com
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor.
THE KING OF THE SUGAR FACTORIES OF CUBA.
History of the Valley of the Cuban Sugar Mills.
It is in the beautiful village of the Holy Spirit, now Sancti Spiritus, the center of the country, just turned 500 years last June, where lived an important gentlemen of his time, he was a Cuban by the name of Justo Germán Cantero, regarded for all as the “King of Cuba’s sugar Factories”.
Medical doctor, pianist, composer, poet, author of “Cuban Mills in Cuba” Cantero was born in Trinidad, Las Villas, Cuba on May 27, 1815 Protector of the arts. It was Knight and Royal Ensign Perpetual Regidor of Trinidad, Gentleman of the Bedchamber with exercise and bondage, Knight Grand Cross of the Order of Carlos III and Isabella. Cruz de la Flor de Lis in the Vendee. Promoter of the sugar industry in Trinidad.
JUSTO GERMAN CANTERO Y SU ESPOSA.
The Governor of Trinidad, Pedro de la Peña, Lieutenant tried to include it among the defendants in the case against him following the poet Plácido later executed, which could not be achieved by Justo Germán powerful character. He owned the famous Teatro Brunet since 1849 and which remained in the family until about 1883 was also owner of the printing press and the newspaper “El Correo” from 1851 until his death (1871).
The Spanish historian and sociologist Ramón de la Sagra, one of many distinguished guests who attend Cantero, said it was “one of those nice men, enlightened and cultured rich deserve to be known for the use made of the goods of fortune.” Among other illustrious guests received Cantero Francisco Serrano y Dominguez, Duke de la Torre and his wife Antonia Domínguez de Guevara and Borrell, Countess of San Antonio and cousin Maria Monserrate Fernández de Lara and Borrell, wife Cantero found. Alexander von Humboldt and the German naturalist Johann Christoph Gundlach, considered the father of Cuban ornithology, were both received and hosted by Cantero.
Justo Germán Cantero was the owner of the mills Buena Vista, Guinia de Soto and La Caridad. The famous bell inscribed “Wit Buena Vista Don Justo Germán Cantero”. “Cast in Trinidad in 1846 by José Giroud” can be seen in its current location in the old-Iznagas Manaca.
His “Sugar Mills in Cuba” is currently considered of great value and according to some scholars the only example that comes to light is at the Jose Marti National Library in Havana.
According to the historian also known Yayabo Villa, National Monument, María Antonieta Jiménez Margolles, Justo Cantero German lived in Sancti Spiritus in Independence Street (former Royal) and owned four plants in the Valley of the Sugar Mills, Trinidad, Patrimony Cultural Heritage. It is also recognized that with his wife owned several homes in Trinidad, Casilda, and two recreational estates and some solar.
His ancestry Prominent among the natives who made their fortune with sugar cane, especially when it had the largest mills in the central region, including the Manaca Iznagas and Buenavista.
Germán Cantero acquired in 1843 Derosne steam train or you install on your wits Güinía de Soto, becoming the first to use this technological advancement in Trinidad, the third village founded by Diego Velázquez. One of his greatest achievements was to introduce the most advanced Island eighteenth century for the production of sugar and honey techniques.
SLAVES IN Sancti Spiritus.
According to the great historian Spiritus Spiritus Trinidadians and fortunes were based on the slave trade.
He noted that in 1774 the total population of the village of Yayabo amounted to eight thousand 265 people, of which 295 thousand were slaves, a figure that increased by two thousand 393 1792.
More than 90 percent of blacks were linked to the production of sugar and honey in 41 mills producing, according to the time, two percent of the national total.
A curious testimony notes that in the late eighteenth century begin to enter Chinese that will form part of the allocation of cane cutters.
In Mapos, Natividad and San Carlos mills, located south of the territorial capital, about 900 Chinese, many of whom were dying of cholera and other diseases settled.
While in the nineteenth century Spiritus population grows, begins to decline in sugar production. At the end of that century, only three mills still standing that are mechanized and modernized, making a big production of raw sugar.
THE VALLEY OF WITS.
The Sugar Mill Valley or San Luis also UNESCO equity instrument is characterized by the vestiges of a past that is part of Cuban history.
It is a unique treasure of the development of the sugar industry in the Caribbean Island.
Numerous ruins of the mills, barracks, summer houses and other facilities are maintained.
As a sign of the rise of activity in the area, around 1827 available 56 mills, which used as labor to little more than 11,000 slaves, more than 40 percent of the population in the area.
Historical data confirm that in the Valley of the Sugar Mills were located more than 70 construction vestiges of its former mills; in 1840 they came to run a total of 48 sugar factories.
Another interesting fact is that in 1827 appeared officially counted 11 000 697 slaves, most of whom were men.
However, the economic crisis that occurred from 1857 to 1866, together with other social factors, adversely affected the sugar industry Trinitarian.
In Trinidad de Cuba magazine, the Editorial José Martí, states that in the Valley came to inhabit some 12,000 African slaves and still remain in the descendants of those who were the movers and shakers of the feat instead.
Pots, towers, gears and mansions as wit Guáimaro built by María José Borrell y Padrón, son Depending work in the book The New World Trinidad spell in the valley of the mills in the footsteps of the boom period are privateer captain and father of the first Marquis of Guáimaro.
His Italian frescoes, wooden balusters and arches, are signs of economic strength in the family who just came to visit the farm, while the qualities of slaves tended and maintained their properties.
PL / RaulGarciaAlvarezInernetPhotos / www.thecubanhistory.com
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor