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TRAS LAS HUELLAS DE ANTONIO MACEO EN PANAMÁ.
A raiz de la firma del Pacto del Zanjón, Antonio Maceo, el Titán de Bronce, salió de Cuba a cumplir un exilio forzoso, etapa donde no hubo un solo segundo de reposo y en la cual siempre estuvo pensando en los destinos de su Patria esclavizada.
En ese ir y venir, que lo llevó a varias naciones latinoamericanas, entre ellas Jamaica, Honduras, Costa Rica, Perú y Panamá, entre otras, además de los Estados Unidos de Norteamérica, Maceo debió realizar diferentes actividades para poder sobrevivir a la penosa situación, y contribuir así a la manutención de su familia.
Tras el fracaso del último intento por traer a Cuba las expediciones que pudieran reavivar la llama de la ansiada independencia, a fines de 1886 el Héroe de Baraguá llegó al territorio istmeño de Panamá, donde se forjaba lo que sería un canal interoceánico, incorporándose a trabajar en la construcción de casas en la zona de Bas Obispo.
Había trabajo abundante y seguro en Panamá. Una compañía francesa construía la vía interoceánica y miles de caribeños encuentran allí empleo, entre ellos muchísimos veteranos de la contienda del 68 como Agustín Cebreco, Francisco Carrillo, José Maceo y otros patriotas. Máximo Gómez es uno de los capataces en las obras del canal y Maceo se convierte en contratista.
De acuerdo a las estadísticas francesas consultadas, hacia 1886 se consignaban oficialmente a unos 275 trabajadores de nacionalidad cubana en diversos campamentos canaleros, el grueso de los cuales provenían del Ejército Mambí.
Como narra José Luciano Franco en su obra Antonio Maceo, Apuntes para una historia de su vida, el Titán de Bronce no era un extraño en Panamá. Los altos dirigentes de la Compañía Universal del Canal Interoceánico de Panamá, de Francia, que construía el canal, de la que Ferdinand Lesseps era el máximo animador, lo conocían y trataban, especialmente Mister Boyer, ingeniero principal de la obra.
Hasta cierto punto, el trabajo abrumador era para él una manera de calmar sus dolores morales. Tiene cierto éxito económico, lo que le permite realizar varios giros de dinero a Mariana, la madre, y a su esposa, quienes se encuentran en Jamaica.
Para la Patria, siempre poseía un espacio. Acudía con periodicidad a Colón, a la tienda de su amigo Antonio Alcalá, cubano radicado allí, donde se reúne junto a otros sobresalientes patriotas para el debate político por la independencia.
En medio del duro bregar, se ceba la malaria en los trabajadores del canal. Hay muchos enfermos y los muertos se cuentan por centenares. No se libra Maceo del mal; la fiebre, que lo devora, le obliga a guardar cama durante varias semanas. No está del todo restablecido, cuando a comienzos de 1888 recibe un mensaje que le hace olvidar los pesares. Lo suscriben Martí y otros patriotas que inicia diciendo: “La hora parece llegada”.
Maceo no demora su respuesta: “Hoy como ayer pienso que debemos los cubanos todos, sin distinciones sociales de ningún género, deponer ante el altar de la patria esclava y cada día más infortunada, nuestras disensiones todas, y cuantos gérmenes de discordia hayan podido malévolamente sembrar en nuestros corazones los enemigos de nuestra noble causa…”.
No permanecerá inactivo el patriota a partir de ese momento. Encarga a José, su hermano, el quehacer de contratista en las obras del canal y parte hacia Perú, donde cree que recaudará fondos para la lucha. No los consigue. Sostiene largas pláticas con el ecuatoriano Eloy Alfaro y preparan un plan de cooperación que abarca asimismo la independencia de Puerto Rico.
Entre marzo y diciembre de 1888, regresa a Panamá a incorporarse en los trabajos del Canal pero se topa con el hecho de que la compañía constructiva está envuelta en un escándalo financiero, que trajo como consecuencia la suspensión de pagos y la consiguiente parada de la obra.
La emigración cubana en Panamá se disgrega. Gómez marcha hacia Santo Domingo, Flor Crombet va a Nueva York y los hermanos Maceo, Antonio y José, se dirigen a Kingston. Nuevos planes y proyectos vendrán en lo adelante para lograr el propósito que ha marcado el sentido de su vida: la independencia de Cuba.
Granma/Ángel F.Pérez Cabrera/Extractos/InternetPhotos/TheCubanHistory.com
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor.
ANTONIO MACEO FOOTPRINTS IN PANAMÁ.
After the signing of the Pacto del Zanjon, Antonio Maceo, Maceo, left Cuba to meet a forced exile stage where there was not a single second of rest and which was always thinking about the destiny of his enslaved country.
In this coming and going, which led to several Latin American nations, including Jamaica, Honduras, Costa Rica, Peru and Panama, among others, in addition to the United States, Maceo had different activities in order to survive the plight and thus contribute to the maintenance of his family.
After the failure of the latest attempt to bring Cuba expeditions that could rekindle the desired independence in late 1886 Hero Baraguá reached the Isthmian territory of Panama, where it was forged what would be a canal, joining work in the construction of houses in the Bas Obispo.
There was ample and safe working in Panama. A French company built the waterway and there are thousands of Caribbean jobs, including very many veterans of the war of 68 as Augustine Cebreco, Francisco Carrillo, José Maceo and other patriots. Maximo Gomez is one of the foremen in the works of the channel and becomes Maceo contractor.
According to French statistics consulted, around 1886 officially consignaban about 275 workers in various Cuban nationality canaleros camps, the bulk of which came from Mambí Army.
As José Luciano Franco narrates in his book Antonio Maceo, Notes for a history of his life, Maceo was no stranger to Panama. The senior leaders of the Universal Company of the Panama Interoceanic Canal of France, who built the canal, which Ferdinand Lesseps was the ultimate entertainer, knew him and treated, especially Mister Boyer, chief engineer of the work.
To some extent, the work was overwhelming for him a way to calm their moral pain. It has some economic success, which lets you make several money orders Mariana, mother, and wife, who are in Jamaica.
For the Fatherland, always had a space. Came regularly to Columbus to shop his friend Antonio Alcalá, Cuban settled there, where together with other outstanding patriots meets for political debate for independence.
In the midst of hard struggle, malaria feeds on the canal workers. Many sick and dead were hundreds. Maceo No evil is fought; fever, devouring, forces him to bed for several weeks. It is not entirely restored, when in early 1888 received a message that makes you forget the sorrows. I subscribe Martí and other patriots who starts saying, “The time seems arrival”.
Maceo not delay his response: “Today, as we think all Cubans, without social distinction of any kind, lay before the altar of the slave country and increasingly unfortunate day, all our disagreements and few seeds of discord have been maliciously planted in our hearts of our enemies … noble cause. ”
No patriot to remain inactive thereafter. Instructs Joseph, his brother, the work of contractor work on the canal and part to Peru, where he believes he will raise funds for the fight. Do not get them. Holds long talks with Ecuadorian Eloy Alfaro and prepare a plan of cooperation which also includes the independence of Puerto Rico.
Between March and December 1888, he returned to Panama to join in the work of Canal but runs into the fact that the construction company is involved in a financial scandal that resulted in the suspension of payments and therefore stop the work .
Cuban immigration in Panama was broken. March to Santo Domingo Gómez, Flower Crombet goes to New York and Maceo, José Antonio and brothers, they go to Kingston. New plans and projects come in ahead to achieve the purpose that marked the meaning of life: the independence of Cuba.
Granma / F.Perez Angel Cabrera /Excerpts/ InternetPhotos / TheCubanHistory.com
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor