HORSE RACING in Cuba. Havana’s ‘Oriental Park’ Story. (Photos) ** HISTORIA del Habanero ‘Oriental Park’.

CARRERAS DE CABALLOS EN CUBA. HISTORIA DEL HABANERO “ORIENTAL PARK”.

El que fuera un gran hipódromo en La Habana es hoy un almacén de automotores. Pudo ser reabierto en los 90, pero existe solamente en las leyendas y recuerdos de los vecinos de la zona.

Oriental Park Race Track

En la intersección de las calles 106 y 61, en la barriada marianense de Los Quemados, se levanta todavía el enorme pórtico coronado con tejas criollas que identifica la entrada del antiguo hipódromo Oriental Park. Por los alrededores circulan todavía innumerables leyendas sobre la disciplina de los potros y el desempeño de los jockeys.

Leyendas del pasado, porque el fanatismo por las carreras de caballos y su intrínseco régimen de apuestas y premiaciones no pudo menos que chocar con la voluntad del régimen castrista, y el férreo anhelo por concebir a un “hombre nuevo” inmune a los vicios y rezagos del pasado capitalista fue, sin dudas, el pretexto trascendental para clausurar ese deporte en el año 1967.

El Oriental Park Havana, fundado en 1915 y considerado “el mejor de América”, es hoy un almacén para automotores de la empresa Transimport. Si alguien se aproxima a la puerta, cámara en mano, los custodios le requerirán de inmediato, alertándole que está prohibido hacer fotos.

¿La razón?

“Las cogen para hacer contrarrevolución”.

Sin embargo, los vecinos de la zona no tienen miedo y ayudan a las pesquisas sobre la leyenda prohibida. Los más viejos aseguran que el Oriental Park tenía una pista de 8 furlongs (una milla terrestre), un graderío (grand stand) con capacidad para 8.000 espectadores, un casino, un Jockey Club y unos jardines que eran una preciosidad.

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Desde su cierre en 1967, testigos presenciales observaron como el casino fue convertido en teatro, la pista fue hormigonada, demolieron el Jockey Club, destruyeron los jardines exóticos y levantaron inmuebles que desgarraron su estilo clásico. En el término suroeste construyeron un conjunto de almacenes y, según fuentes anónimas, se proyecta transformar el grand stand en una expo para equipos pesados.

Antes de 1959 y durante la alcaldía del vilipendiado Francisco Orúbe, Marianao fue urbanizado y reanimado constructivamente, asimismo “la ciudad que progresa” ―como le llamaban―recibió una fuerte inyección financiera para propósitos sociales desde la pista del Oriental Park.

Paradójicamente, después de 1959 el Oriental Park fue administrado por el Instituto Nacional de Industria Turística (INIT), en vez del Instituto para Deportes (INDER) y, varios exempleados testimonian que “fue el centro laboral que más aportó al erario público y a la propia institución”.

Tras la última carrera, los caballos fueron trasladados a una finca localizada en El Wajay, dotada de un hipódromo de dos furlongs (400 metros), donde se obtienen valiosos ejemplares, que luego son vendidos subrepticiamente en el exterior. El comandante de la revolución Guillermo García Frías dirige la empresa fantasma.

Un exjockey monta y empuña el wipi

Evelio Díaz Marrero, un exchofer de guaguas jubilado de 85 años y residente en Guanabacoa, siempre está dispuesto a dialogar y polemizar sobre hipismo.

Sobrino de dos consagrados del deporte como José Marrero y Armando Ramón Marrero, llegó a La Habana en 1944 procedente de su natal Camagüey y trabajó como trotador de caballos en el Oriental Park hasta que sus tíos le indicaron “que ya estaba listo para ser jockey”.

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Durante 15 meses Evelio fue rival de glorias de ese deporte como Avelino Gómez, Fernando Fernández, Juan Posada, José Viñas y sus propios tíos, entre otros.

Durante su efímero desempeño como jinete ganó cerca de 50 carreras y sin petulancias califica de “magnífico” su récord, sin embargo no pudo continuar, porque fue un jockey muy pesado y tuvo que soportar severas angustias para adelgazar.

“Figúrate ―cuenta Evelio― solo podía comer un bistec y una ensalada al día, además tenía que hacer footing, subirme a los techos de los tejares o meterme en las salchicheras con un abrigo puesto para sudar”.

“Pasé mucho trabajo para bajar hasta 110 libras (peso requerido), sin embargo, algunos dueños preferían al jockey pesado para no ponerle handicap al caballo, un lastre de plomo colocado bajo montura, que según ellos le jodía el lomo”.

Evelio argumenta que la principal virtud del jockey es la astucia. Personalmente estudiaba los récord de los caballos que montaba para explotar al máximo sus posibilidades, del mismo modo manejaba muy bien el wipi con ambas manos.

“Las condiciones meteorológicas no representaban impedimento para las carreras”, apunta Evelio. Las carreras tenían que efectuarse lo mismo en días soleados que bajo aguaceros y caídas de rayos, y estas circunstancias hacían que el estado de la pista variara y posibilitaban que un caballo favorito en terreno seco quedara a la zaga en el fango.

Entre innumerables detalles Evelio alega que los jockeys ganadores recibían el 10% de los premios. En casos aislados se hicieron trampas, usándose “baterías” para aplicarle shocks eléctricos al caballo y acelerar su marcha.

Las transgresiones casi siempre fueron detectadas por los jueces, quienes realizaban controles antidoping a los caballos, utilizando muestras de saliva y orina, además de emplear la técnica del foto-finish para garantizar la limpieza de las lides, aunque agrega: “que había caballos que eran del carajo y mordían a sus rivales durante la carrera”.

Evelio tiene una memoria prodigiosa y es capaz de recordar nombres de caballos, características, colores y procedencias. Hace varios años viajó a los EEUU y visitó a su tío José Marrero, que ya cumplió 95 años. La última carrera que presenció en el Oriental Park fue en el año 1965.

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Pasiones sin prejuicios

Visitar el hogar donde Constancia, de 87 años, más conocida por “Mimí”, vive junto a sus hijos “Johnny” y “Kiki”, de 70 y 67 años respectivamente, es como volver a escuchar las fanfarrias del Oriental Park, el bullicio de las multitudes e imaginarnos como un caballo toma la delantera y los malogrados apostadores “rompen tickets”.

Los miembros de esta familia, negros humildes, nacieron y se criaron en las lindes del Oriental Park y subsistieron durante el capitalismo gracias a él. Sus pasiones por las carreras de caballos superan al fanatismo endémico por el béisbol, desmienten que la hípica sea un deporte elitista y discriminatorio.

Cuentan Johnny y Kiki, que durante su niñez y junto a sus contemporáneos del barrio, competían en carreras de carriolas que cada uno bautizada con el nombre de un caballo, y durante el recorrido adoptaban posturas de jockeys.

Kiki es entrenador de boxeo, pero afirma: “primero los caballos y después el pugilismo”. Atesora aún amarillentos programas de carreras que adquirió en el stand chico.

Junto a su hermano, trabajaron en las cuadras alimentando a los equinos y ambos inmortalizan a un caballo llamado Himan, que fue muy agresivo y la emprendía a mordiscones con cualquiera. Sin embargo, Kiki entabló amistad con la bestia a costa de los terrones de azúcar.

Al igual que Evelio, ambos hermanos tienen memorias prodigiosas y reproducen innumerables detalles y características sobre caballos y jockeys de la época.

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Johnny pormenoriza que el Oriental Park fue visitado por todos los presidentes de la República de Cuba, incluyendo a Fidel Castro. Allí estuvieron estrellas de cine como Kirk Douglas, Errol Flynn, Gary Cooper, Rita Hayworth y Arturo de Córdova, entre otros. El astro de los Trotamundos de Harlem, Wilt Chamberlain. Hampones como Meyer Lanski, Lucky Luciano y George Raft. Y con suma frecuencia vieron a Juan Manuel Márquez, el lugarteniente de la expedición del yate Granma.

Como datos curiosos aportan que el jockey negro José Peñalver fue el primer nacional en ganar una carrera en el Oriental Park, y que allí se efectuó una lid boxística en 1918, donde Jack Johnson (primer negro campeón del mundo en los pesos pesados) se tiró a la lona supuestamente noqueado y tapándose el sol con un brazo.

En los jardines del Oriental Park se encontraba la tumba de Happy Hopped, un corcel cuya leyenda puede servir de argumento para escribir un best-seller o el guión de una película. Y en el apartamento de los altos de una farmacia localizada en las calles 106 y 61 del propio barrio, residió Avelino Gómez, un jockey fuera de serie que murió en un accidente deportivo en Canadá, sitial donde erigieron un monumento a su memoria.

El trote de los jinetes sin cabeza

Un grupo de vecinos aseveran que a finales de los 90 un bróker canadiense se interesó en la reapertura del Oriental Park. El suceso exacerbó las esperanza y el entusiasmo de los fanáticos a la hípica. Kiki reconoce: “estábamos dispuestos a trabajar voluntariamente para que el hipódromo volviera a funcionar”. Pero, al parecer la negociación fracasó.

El 95 % de los consultados en la zona opinan que la prohibición de las apuestas y los sistemas de premios de este deporte fueron la causa del fiasco de las negociaciones. Un vecino del barrio, expresa: “Mientras los jinetes sin cabeza sigan trotando en este país, el Oriental Park continuará siendo una almacén para hierros”.

Vale certificar que, a criterio de un psicólogo que solicitó el anonimato, “la criminalización del juego y las apuestas en el deporte, luego de disminuir, acrecienta el interés, la curiosidad y la audacia de los psicodependientes”.

“En vez de prohibir el juego que es una tendencia incontrolable, deberían legalizarlo y de esta forma beneficiar a la sociedad a través de las recaudaciones obtenidas”, aseguró el especialista.

“Pero en Cuba las reglas no son diseñadas para garantizar prosperidad” ―indicó― “sino para mantener un establishment político incapaz de medir consecuencias…”

Y abundó: “Si hoy en la Isla existen seres deleznables y capaces de obligar a luchar hasta despedazarse a perros, gallos y pajarillos con el fin de probar suerte, esto es una clara evidencia de que las prohibiciones impuestas por el régimen fallaron, así como el disparatado sueño del ‘hombre nuevo'”.

DDC/Pablo Pascual Mendez, Habana/InternetPhotos/wwww.thecubanhistory.com
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor.

Una de las calles de La Habana. Cuba en Fotos.
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HORCE RACING IN CUBA. HISTORY OF THE ‘HABANERO’ ORIENTAL PARK

it was a great race track in Havana is now an automotive store . It could be reopened in the 90s, but exists only in legends and memories of the locals .

Oriental Park Race Track

At the intersection of the Streets 106th and 61th, in Marianao neighborhood of ‘Los Quemados’, still stands the huge portico crowned with tiled roofs , which marks the entrance to the ancient Oriental Park Racetrack . By around countless legends still circulate Colts discipline and performance of jockeys.

Legends of the past because the fanaticism for horse racing and betting and intrinsic awards scheme could not but offend the will of the Castro regime , and tight conceive a longing for the immune defects and lags “new man” the capitalist past was undoubtedly transcendental to close the sport in 1967 guise .

The Oriental Park Havana , founded in 1915 and considered “the best of America ,” is now a warehouse for automotive company Transimport . If someone approaches the door , camera in hand , the trustees will require immediately , alerting you that it is prohibited to take pictures .

The reason?

” To be used for counterrevolution.”

However, the locals are not afraid and help investigations into the forbidden legend. The older say the East Park had a clue 8 furlongs (one statute mile ) , bleachers (grand stand ) with capacity for 8,000 spectators , a casino, and a Jockey Club gardens were gorgeous .

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Since its closure in 1967 , witnesses observed as the casino was converted into a theater , the track was concreted , demolished the Jockey Club, the exotic gardens destroyed property and tore up his classic style. In the southwest end built a set of stores and , according to unnamed sources , is projected to transform the grand stand at an exhibition for heavy equipment .

Before and during the 1959 mayoral vilified Orube Francisco , Marianao was revived constructively urbanized and also “the city progresses ,” as they called him , received a strong financial boost for social purposes from Oriental Park track .

Paradoxically , after 1959 the Oriental Park was managed by the National Institute of Tourism Industry (INIT ) , instead of the Institute for Sports (INDER ), and several former employees testified that “it was the workplace that most contributed to the public treasury and own institution. ”

After the last race , the horses were moved to a farm located in the Wajay , equipped with a racetrack two furlongs (400 meters), where valuable items , which are then sold abroad surreptitiously obtained . Commander of the Revolution Guillermo García Frías directs the shell company .

Exjockey Story.

Evelio Diaz Marrero an ex-chauffeur buses retired 85 years and living in Guanabacoa , is always willing to talk and argue about horse racing .

Sobrino two sports as embodied and Armando José Ramón Marrero Marrero, arrived in Havana in 1944 from his native Camagüey and worked as a trotting horse in the Eastern Park until his uncle told him ” that was ready to be a jockey ” .

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Over 15 months Evelio was rival glories of the sport as Avelino Gomez, Fernando Fernández , Juan Posada, José Viñas and his own uncles , among others.

During his brief tenure as rider won about 50 races without petulance he describes as “magnificent” their record , but could not continue because it was a very heavy jockey and had to withstand severe anxieties diet .

” Imagine Evelio – account – only could eat a steak and a salad a day, also had to jog , climb on the roofs of tejares or get into the salchicheras with an overcoat to sweat .”

” It was very challenging to lose up to 110 pounds ( weight required ) , however , some owners I prefer to not put heavy handicap jockey for the horse, a lead ballast placed under saddle , which they fucked her spine .”

Evelio argues that the main virtue of the jockey is cunning. Personally studied the record for riding horses to exploit their full potential , just wipi handled very well with both hands.

” The weather conditions did not represent an impediment to the races ,” said Evelio . The races had to be made on the same day under sunny downpours and lightning strikes , and these circumstances made ​​the track conditions vary and made ​​possible a favorite horse stay dry land behind in the mud.

Among innumerable details Evelio jockeys alleges that the winners received 10% of the awards. In isolated cases, traps were made , being used ” batteries ” to apply electric shocks to the horse and accelerate their march .

Transgressions were almost always detected by the judges, who performed drug tests on horses using samples of saliva and urine, as well as using the technique of photo-finish to ensure the cleanliness of the battles , but adds : ” I had horses were the shit and biting his opponents during the race. ”

Evelio has a prodigious memory and is able to recall names of horses, features , colors and backgrounds. Several years ago traveled to the U.S. and visited his uncle Jose Marrero has been running for 95 years . The last race he witnessed in the Eastern Park was in 1965 .

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Passions unprejudiced

Visit the home where Constancia , 87 , better known as ” Mimi ” lives with their children, ” Johnny ” and ” Kiki ” , 70 and 67 respectively, is like to hear the fanfare East Park, bustle and imagine the crowds like a horse takes the lead and punters wastage ” break tickets” .

The members of this family, humble black , born and raised on the edge of East Park and existed under capitalism because of it. His passions for horse racing overcome the endemic fanaticism for baseball, deny that the horse is an elitist sport and discriminatory .

Johnny and Kiki have that during his childhood and his contemporaries with the neighborhood, competing in races strollers each named after a horse , and during the course adopted postures jockeys.

Kiki is a boxing trainer , but says : “First the horses and then pugilism .” Still treasures yellow racing programs acquired at booth guy .

Together with his brother , worked in the stables were feeding the horses and both immortalize a horse named Himan , who was very aggressive and undertook to mordiscones with anyone. But Kiki befriended the beast at the expense of sugar cubes.

Like Evelio , both brothers have prodigious memories and reproduce many details and features about horses and jockeys of the time.

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Johnny itemizes the Oriental Park was visited by all the presidents of the Republic of Cuba , including Fidel Castro. There were movie stars like Kirk Douglas, Errol Flynn, Gary Cooper , Rita Hayworth and Arturo de Córdova , among others. The star of the Harlem Globetrotters , Wilt Chamberlain. Thugs like Meyer Lanski , Lucky Luciano and George Raft . And very often they saw Juan Manuel Marquez, the lieutenant of the Granma yacht expedition .

As fun facts bring the black jockey Jose Penalver was the first country to win a race in the Eastern Park, and a boxing fight there took place in 1918 , where Jack Johnson ( first black world champion in the heavyweight ) went allegedly knocked to the canvas and covering the sun with one arm.

In the gardens of East Park Happy Hopped grave , a steed whose legend can be an argument for writing a best -seller or a movie script was . And in the apartment of a localized high street 106 and 61 from the district pharmacy, resided Avelino Gomez, a jockey who died off the charts in a sports accident in Canada, sitial where they erected a monument to his memory.

Headless Riders

A group of neighbors assert that the late 90 a Canadian broker is interested in the reopening of the East Park. The incident exacerbated the hope and enthusiasm of the fans to the horse . Kiki admits, ” we were willing to volunteer for the race track working again .” But apparently the negotiation failed.

95% of respondents in the view that the prohibition of gambling and reward systems of the sport were the cause of the fiasco of the negotiations. A resident of the neighborhood , says: “While the headless horsemen trotted continue in this country , Eastern Park will remain a storehouse for iron .”

It certify that , in the opinion of a psychologist who requested anonymity , ” the criminalization of gambling and betting in sport, after decreasing , increases the interest , curiosity and boldness of psicodependientes ” .

“Instead of banning the game which is an uncontrollable tendency should legalize it and thus benefit society through revenues obtained ,” said the specialist.

“But in Cuba the rules are not designed to ensure prosperity ,” he said , ” but to keep an incompetent political establishment to measure consequences … ”

And he explained : “If today on the island there are despicable and able to bind to fight until he shattered dogs, roosters and birds in order to try their luck beings, this is a clear evidence that the prohibitions imposed by the regime failed and the crazy dream of the ‘new man ‘ . ”

DDC / Pablo Pascual Mendez , Havana / InternetPhotos / wwww.thecubanhistory.com
THe Cuban History , Hollywood.
Arnoldo Varona , Editor.

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