ARCHIVES: ON HOW FIDEL CASTRO ORDERED TO SPY ON HIS “FRIEND” U.S. SENATOR GEORGE McGOVERN.
By Juan Reynaldo Sánchez. * .
Perhaps the former Democratic presidential candidate George McGovern never knew, but his friendly visit in 1975, the first of eight that took place on the island, was specially crafted by Cuban intelligence to penetrate his inner circle.
McGovern lost the race for the White House with Richard Nixon in 1972, relying on its international policy agenda for normalizing relations with the government of Fidel Castro. By May 1975 McGovern decided to visit Cuba in fellowship and outreach plan.
At Hotel Tropicoco
McGovern and his guests had asked the Cuban government to stay in a hotel away from the center of the city of Havana. Was chosen and set ‘Tropicoco hotel’ in Santa María del Mar, east of the city. In addition, as a transport a bus of turísmo in order that during the tours that guests would perform around the island were all located in the same vehicle and can converse with each other and provide the comforts onboard bar was used, health services and waiters.
However, the fundamental objective of Cuban intelligence, headed by Colonel Carlos Ramirez and the official (pseudonyms used) Department North America, located in the building line and A, Vedado, was that both fronted officials of the Ministry of Foreign Affairs (Foreign Ministry), could also swap, hear and learn about the members of this delegation.
We, the officers of the personal security, were traveling in another car, a black Ford with registration of the Foreign Ministry, dressed in civilian clothes.
In the rooms of the second floor of the Hotel Tropicoco, which hosted the American delegation, were completely covered with microphones and recording equipment. To do a command post KT (telephone check) in the office of the hotel management, which only had access to the intelligence official and personal security was installed; no other staff, neither the administrator or other employee had access to this place. So all the senators and their secretaries and aides privately converse would be recorded.
Beauty inclines.
But intelligence activities went far beyond. Among Cubans who were appointed to meet the visiting delegation had a Cuban translator very special qualities. It was a beautiful girl, with a sculpted body and all the attributes to captivate the male gaze, and Colonel Ramirez wasted no time in developing a strategy. He planned to propose to his superiors work approach fine translator senators, and if some of them showed interest in it, because then it would deploy more than a work approach and an activity of penetration would be implemented if possible.
But life often surprises him the most profiled calculations. It turned out that when everything was ready to throw the bait of female seduction, Ramirez had to turn back at full speed and discard the plan with the translator, as she had intimate relations with an official of the Ministry of Interior Lucindo Alfredo del Rosal Martínez more by token boss Arms in this military. It was known that Lucindo knew and maintaining certain relationships with General Jose Abrantes, in those key moments of State Security, and was unlikely to agree to let his girlfriend arrived at intimate, if applicable, with another man, strategic task by many of the country that the story is involved.
But Ramirez was a tenacious officer and continued in the attempted penetration of Americans. He determined then propose the use of another translator, and young male, who was also part of the group of Cuban workers.
In my presence it was approved and spoke to the young. In fact, the boy did not show much interest in this mission that was set before him, and near him was summed up in a daughter of a senator who traveled to Cuba with his father.
Approach to the foot of the fire
Eventually the translator was convinced more for pressure and threats than by his own will.
To promote the rapprochement with the senator’s daughter an evening campfire on the beach, where would be music, drinks and even charcoal-grilled seafood was devised.
The approach of the translator with the American girl became a fact; whether Cuban intelligence succeeded in penetrating the inner circle of the senator is still a mystery to me, since the bulk of the American delegation returned to the United States after visiting Varadero and my function ended with the group. McGovern remained in Havana while touring sites of interest along with Fidel Castro.
Hostility and surveillance of politicians, academics, scientists and students in American universities is a constant work of Cuban intelligence that continues to this day. The establishment on American soil penetrating agents and agents of influence which operate even without enmascararse- constitute a latent threat to the United States.
Fidel Castro has never believed in friends or goodwill gestures.
* Author: Juan Reynaldo Sánchez bodyguard and safety official of Fidel Castro from 1968 to 1994, with the rank of lieutenant colonel. He was removed and served prison in Cuba. He managed to leave the island in 2008 and currently resides in Miami. His testimonial book ‘The Hidden Life of Fidel Castro’, in collaboration with journalist Axel Gylden, was published this year in France by Michel Lafon publishing.
Agencies/CafeFuerte/Excerpts/InternetPhotos/www.thecubanhistory.com
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor.
ARCHIVO: DE COMO FIDEL CASTRO ORDENÓ ESPIAR A SU “AMIGO” EL SENADOR NORTEAMERICANO GEORGE McGOVERN.
Por Juan Reynaldo Sánchez.*
Tal vez el ex candidato presidencial demócrata George McGovern nunca lo supo, pero su visita de amistad en 1975, la primera de las ocho que realizaría a la isla, fue especialmente trabajada por la inteligencia cubana para penetrar su círculo íntimo.
McGovern había perdido la carrera por la Casa Blanca ante Richard Nixon en 1972, apostando en su agenda de política internacional por una normalización en las relaciones con el gobierno de Fidel Castro. McGovern decidió visitar Cuba en plan de acercamiento y fraternidad, en mayo de 1975.
En el Hotel Tropicoco
McGovern y sus invitados habían solicitado al gobierno cubano hospedarse en un hotel alejado del centro de la ciudad de La Habana. Se escogió y se propuso el hotel Tropicoco en la playa Santa María del Mar, al este de la ciudad. Además, como medio de transporte se utilizó un ómnibus de turísmo con el objetivo de que durante los recorridos que los invitados realizarían por la isla estuvieran todos localizados en el mismo vehículo, pudiendo conversar unos con otros y brindarles a las comodidades a bordo de bar, servicios sanitarios y camareros.
Sin embargo, el objetivo fundamental de la inteligencia cubana, encabezada por el Coronel Ramírez y el oficial Carlos (seudónimos utilizados) del Departamento América del Norte, ubicado en el edificio de Línea y A, en el Vedado, era que ambos, con fachada de funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX), también pudieran intercambiar, oír y obtener información sobre los integrantes de esta delegación.
Nosotros, los oficiales de la seguridad personal, viajábamos en otro automóvil, un Ford negro y también con matrícula del MINREX, vestidos en ropa de civil.
Las habitaciones del segundo piso del Hotel Tropicoco, donde alojó la comitiva estadounidense, estaban totalmente cubiertas con micrófonos y equipos de grabación. Para ello se instaló un puesto de mando del KT (chequeo telefónico) en la oficina de la administración del hotel, a la cual solamente tenían acceso los oficiales de la inteligencia y los de la seguridad personal; ningún otro personal, ya fuera el administrador ni otro empleado tenía acceso a este local. De manera que todo lo que los senadores, así como sus secretarios y ayudantes conversaran en privado sería grabado.
La belleza inclina
Pero la actividad de inteligencia iba mucho más allá. Entre los cubanos que fueron designados para atender a la delegación visitante había una traductora cubana de cualidades muy especiales. Se trataba de una muchacha preciosa, con un cuerpo escultural y todos los atributos para cautivar las miradas masculinas, y el Coronel Ramírez no perdió tiempo para trazar una estrategia. Ideó proponer a sus superiores un trabajo de acercamiento de la bella traductora a los senadores, y si algunos de ellos mostraba interés en ella, pues entonces se desplegaría algo más que un trabajo de acercamiento y se implementaría una actividad de penetración si fuera posible.
Pero la vida suele darle sorpresas a los cálculos más perfilados. Y resultó que cuando ya todo estaba listo para tirar la carnada de la seducción femenina, Ramírez tuvo que dar marcha atrás a toda velocidad y desechar el plan con la traductora, pues ella mantenía relaciones íntimas con un oficial del Ministerio del Interior Lucindo Alfredo del Rosal Martínez, por más señas jefe Armamentos en esta institución militar. Era sabido que Lucindo conocía y mantenía ciertas relaciones con el General José Abrantes, en aquellos momentos jefe de la Seguridad del Estado, y era improbable que estuviera de acuerdo en dejar que su novia llegara a intimar, si fuera el caso, con otro hombre, por mucha tarea estratégica de la patria que se tratara el cuento.
Pero Ramírez era un oficial muy tenaz y continuó en el intento de penetración de los norteamericanos. Determinó entonces proponer la utilización de otro traductor, varón y joven, que también formaba parte del grupo de asistentes cubanos.
En mi presencia se aprobó y se habló con el joven. En realidad, el muchacho no mostró mucho interés en esta misión que se le proponía, y que se resumía en acercársele a una hija de un senador que viajó a Cuba acompañando a su padre.
Acercamiento al pie de la fogata
Al final el traductor fue convencido, más por presión y amenazas que por su propia disposición.
Para propiciar el acercamiento con la hija del senador se ideó una fogata nocturna en la playa, donde habría música, bebidas y hasta mariscos asados al carbón.
El acercamiento del traductor con la joven norteamericana se convirtió en un hecho; si la inteligencia cubana logró penetrar el círculo íntimo del senador es todavía para mí una incógnita, pues el grueso de la delegación norteamericana regresó a Estados Unidos después de visitar Varadero y mis funciones con el grupo terminaron. McGovern permaneció en La Habana mientras recorría sitios de interés junto a Fidel Castro.
La hostilidad y la vigilancia sobre políticos, académicos, científicos y alumnos de universidades estadounidenses es una constante del trabajo de la inteligencia cubana que se prolonga hasta nuestros días. El establecimiento en suelo norteamericano de agentes de penetración y agentes de influencia -que operan incluso sin necesidad de enmascararse- constituyen un peligro latente para Estados Unidos.
Fidel Castro no ha creído nunca en amigos ni en gestos de buena voluntad.
* Author: Juan Reynaldo Sánchez perteneció al cuerpo de seguridad personal de Fidel Castro entre 1968 y 1994, con grado de teniente coronel. Fue destituido y cumplió prisión en Cuba. Logró abandonar la isla en el 2008 y actualmente reside en Miami. Su libro testimonial La vida oculta de Fidel Castro, en colaboración con el periodista Axel Gylden, se publicó este año en Francia por la editorial Michel Lafon.
Agencies/CafeFuerte/Excerpts/InternetPhotos/www.thecubanhistory.com
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor.