PASOS SECRETOS COMO EL VATICANO MANEJÓ LA NEGOCIACIÓN CUBA-EEUU.
En poco menos de un año, los muros de San Pedro se convirtieron en un gran confesionario diplomático donde ningún secreto pudo filtrarse. Fue allí donde más rápidamente se avanzó en el tramo final de las negociaciones más importantes de la política regional del último cuarto de siglo: Estados Unidos y Cuba estaban poniendo fin a un largo congelamiento de sus relaciones bilaterales.
“Pequeños pasos para sembrar la fraternidad de los pueblos”. Así definió Francisco el trabajo realizado durante meses por los embajadores y emisarios norteamericanos, cubanos y vaticanos que fueron clave en la normalización diplomática. La participación del Papa en ese “deshielo” -como le gusta decir a la diplomacia vaticana- fue clave. Fue él quien empujó y motivó a ambas partes a concretar uno de los puntos más difíciles en las negociaciones: la liberación de prisioneros que purgaban largas condenas en sus países, acusados de espionaje.
El plenipotenciario de EEUU en el Vaticano, Kenneth Hackett, fue otro de los factores determinantes en el proceso. Fue él quien actuó de intermediario y quien abrió las puertas para el primer encuentro de alto nivel: John Kerry, secretario de Estado, mantuvo una cumbre secretísima en enero pasado con su par eclesiástico ante la Santa Sede, el cardenal Pietro Parolin, una de las figuras de mayor influencia en Roma.
Para entonces, las conversaciones con Cuba ya habían comenzado. Varias reuniones habían tenido lugar en la capital canadiense bajo riguroso secreto. Kerry puso al tanto a Parolin y comenzó a diseñarse la participación del Papa como intermediario válido. Estaban dadas las condiciones para que Francisco recibiera a Barack Obama y juntos hablaran sobre ese tema tan sensible para América Latina. El 27 de marzo fue la audiencia privada entre los líderes mundiales.
No hubo testigos, pero el embajador Hackett hizo una jugada de cortesía con el resto de sus colegas en el Vaticano a los pocos días: invitó a todos a un desayuno formal, donde intercambiarían opiniones sobre la presencia del hombre más poderoso del mundo en la capital cristiana. El emisario de Washington expresó la satisfacción que mostró Obama al retirarse en el Air Force One. Y deslizó una intriga: ambos jefes de Estado habían hablado sobre temas sensibles más allá de Medio Oriente y cuestiones formales de los católicos en EEUU. Cuba, Alan Gross y un posible intercambio de prisioneros. NInguna palabra más salió de la boca de Hackett.
Tras ese encuentro entre Obama y Francisco, fue el Papa quien tomó una iniciativa acorde con su filosofía de los “pequeños pasos”. Hacia junio, el Sumo Pontífice envió sendas cartas al presidente norteamericano y al dictador Raúl Castro en las que los empujaba a llegar a un buen puerto en las conversaciones. No sólo impulsaba el intercambio de prisioneros, sino que también los alentó a “progresar en la relación bilateral”, paralizadas desde 1961.
La información era manejada por escasísimas funcionarios. Y fue en octubre cuando se pautó la más importante de las reuniones bilaterales con presencia vaticana. Fue en la Santa Sede y estuvo compuesta por un grupo de técnicos de Estados Unidos y Cuba. Allí garabatearon los últimos detalles de lo que sería la hoja de ruta que seguirían ambos países hasta el anuncio formal. En esa cumbre hizo falta de la austucia y la inteligencia del cardenal Parolin. El secretario de Estado vaticano fue el factótum para que las naciones concretaran un acuerdo.
Agencies/AP/AFP/InternetPhotos/www.TheCubanHistory.com
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor.
SECRET STEPS TAKEN BY THE VATICAN IN CUBA-US NEGOTIATION.
In less than a year, the walls of San Pedro became a diplomatic confessional where no secret could be filtered. It was there that faster progress was made in the final stretch of the most important negotiations of regional policy of the last quarter century: the United States and Cuba were ending a long freeze their bilateral relations.
“Small Steps to sow brotherhood of peoples”. So the work defined Francisco for months and US ambassadors, Cuban and Vatican emissaries who were instrumental in the diplomatic normalization. The participation of the Pope in the “thaw” as he likes to say to Vaticana diplomacy was key. It was he who pushed and encouraged both sides to realize one of the most difficult points in the negotiations: the release of prisoners who were serving long sentences in their countries, accused of espionage.
The Plenipotentiary of USA in the Vatican, Kenneth Hackett, was one of the determining factors in the process. It was he who acted as intermediary and who opened the doors for the first high-level meeting: John Kerry, Secretary of State, kept a top secret summit in January with their ecclesiastical pair to the Holy See, Cardinal Pietro Parolin, one of the most influential figures in Rome.
By then, talks with Cuba had already begun. Several meetings took place in the Canadian capital under strict secrecy. Kerry put to both Parolin and began participation Papa designed as a valid intermediary. They were ripe for Francis received Barack Obama and together speak on that subject as sensitive for Latin America. The March 27 was the private audience among world leaders.
There were no witnesses, but Ambassador Hackett made a play complimentary with other colleagues at the Vatican a few days: he invited everyone to a formal breakfast, where they exchanged views on the presence of the most powerful man in the capital Christian. Washington emissary expressed satisfaction that showed Obama to withdraw on Air Force One and slid intrigue. Two heads of state had discussed sensitive beyond the Middle East and formal issues of Catholics in the US issues. Cuba, Alan Gross and a possible prisoner exchange. No word came from the mouth of Hackett.
After the meeting between Obama and Francisco was the Pope who took the initiative in keeping with its philosophy of “small steps”. By June, the Pope sent letters to the US president and dictator Raul Castro in which pushed them to come to fruition in the talks. Not only drove the exchange of prisoners, but also encouraged them to “advance the bilateral relationship,” paralyzed since 1961.
The information was handled by very few officials. And it was in October when was prescribed the most important bilateral meetings with Vatican presence. It was in the Vatican and was composed of a group of experts from the US and Cuba. There they scribbled the final details of what would be the roadmap that both countries would continue until the formal announcement. At that summit was missing from the austucia and intelligence of Cardinal Parolin. The Vatican secretary of state was the handyman for nations to materialize an agreement.
Agencies / AP / AFP / InternetPhotos / www.TheCubanHistory.com
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor.