DEPORTES: FELICIDADES, ORESTES MIÑOSO!
La Habana, Cuba.
El caso de Orestes Miñoso y la refundación del Salón de la Fama son una oportunidad: las restricciones a los cubanos no deberán proceder nunca más de su propia tierra.
Ayer y hoy. Orestes Miñoso y José Dariel Abreu, dos estrellas de los Medias Blancas de Chicago.
A pesar de la discordancia acerca de la fecha de nacimiento de Saturnino Orestes Armas Miñoso Arrieta, conocido popularmente en Cuba por Miñoso y en Estados Unidos por el apodo de “Minnie”, todo indica que el pasado 29 de noviembre el legendario pelotero arribó a sus 89 años de edad.
La fecha es una oportunidad para rendirle un justo homenaje, para felicitarle por su elección al recién fundado Salón de la Fama del béisbol cubano, por su próxima exaltación en el Juego de las Estrellas que tendrá lugar el 29 de diciembre en Bayamo y para colaborar al rescate de la memoria beisbolera en la cultura popular.
Miñoso, como la casi totalidad de los niños cubanos, comenzó a jugar pelota en su barrio hasta que, en los años 40 del siglo pasado, la estructura integrada por cuatro circuitos beisboleros generalizó el juego en el país. Esta estructura incluyó a todos los estratos sociales y devino fuente de talentos: el circuito profesional, que se desarrollaba fundamentalmente en la capital; el semiprofesional, patrocinado por empresas que incluía jugadores de origen humilde, negros, blancos y profesionales veteranos; el de los centrales azucareros, que abarcaba a todas las provincias y estratos sociales; y el amateur, de clases medias y altas, que se desarrollaba en los clubes sociales sin presencia de negros.
Nuestro homenajeado, nacido en el municipio de Perico, Matanzas, comenzó en el equipo del vecino Central España, que formaba parte del circuito azucarero. Posteriormente jugó con equipos del circuito semiprofesional como el Cuban Mining Team de Oriente, el Partagás —en el que curiosamente la primera base la cubría una mujer— y el Ambrosía. Luego debutó en el circuito profesional con los Tigres de Marianao, donde jugó hasta 1960, con excepción de 1947 y 1948, debido al pacto que se suscribió entre la Asociación Nacional de Béisbol Profesional de Estados Unidos y la Liga Cubana, por el cual atletas de su talla no pudieron jugar en su propio país.
En 1947, Miñoso jugó con los New York Cubans que ganaron la Serie Mundial de las Ligas Negras en Estados Unidos. En 1948 comenzó en las Ligas Mayores con los Indios de Cleveland, equipo que el año anterior había roto la barrera racial en la Liga Americana y donde fue designado Novato del Año. En 1949 jugó en las Ligas Menores.
En 1951, Miñoso pasó a los Medias Blancas de Chicago, donde en las temporadas 1952-53 y 1956-57 recibió la placa de Jugador Más Valioso.
De 1958 a 1959 regresó a los Indios de Cleveland. Entre 1960 y 1961 volvió a jugar con los Medias Blancas. Y cada año regresaba a Cuba para jugar con el Marianao (según relata Roberto González en su libro La gloria de Cuba: historia del béisbol en la Isla, Miñoso tenía un Cadillac convertible que traía y llevaba a Estados Unidos en el trasbordador City of Havana, algo impensable para nuestros actuales peloteros.)
En 1962, “Minnie” estuvo con los Cardenales de San Luis. En 1963 con los Senadores de Washington. En 1964 retornó a los Medias Blancas. Entre 1965 y 1973 jugó en la Liga Mexicana, donde lo apodaron el “charro negro”. Y en 1976, ya con 53 años, jugó varios partidos con los Medias Blancas, donde terminó su carrera en el mundo de las bolas y los strikes en 1980.
De 5 pies y 10 pulgadas de estatura, y 175 libras de peso, poseedor de un brazo vigoroso, cubriendo la tercera base o el jardín izquierdo, en 1957 Miñoso fue líder en dobles; en 1960 líder en hits y en elevados de sacrificio; en tres oportunidades fue elegido Guante de Oro, líder en triples y en bases robadas (le llamaban el “cometa cubano”); en cuatro temporadas bateó más de 300, empujó más de 100 carreras y anotó más de 100; terminó con un promedio de bateo de 324 en 138 juegos; y en siete oportunidades fue seleccionado al Juego de las Estrellas de la Liga Americana.
En 1976, a la edad de 51 años, se convirtió en el segundo jugador de más edad en lograr un indiscutible en un partido de Ligas Mayores, y el 5 de octubre de 1980, con 57 años, se convirtió en el jugador de más edad en comparecer al plato. Jugó en las Ligas Mayores en las cinco décadas que van de la del 40 al 80. Brilló en la Liga Cubana, en las Ligas Independientes de Color y en las Mayores, se le reconoce como el primer jugador negro cubano y latinoamericano en aparecer en un partido Todos Estrellas.
Por su trayectoria, en 1983 fue exaltado al Salón de la Fama del béisbol cubano de la ciudad de Miami, y espera ser incorporado al Salón de la Fama de Cooperstown en la próxima elección.
La trayectoria de Orestes Miñoso, negro y pobre, nacido en un central azucarero, encierra muchas enseñanzas respecto al profesionalismo y la discriminación racial, dos temas de actualidad en la Cuba de hoy.
¿Adiós a las exclusiones?
La pelota nos llegó de Estados Unidos de la mano de cubanos blancos que vivieron o estudiaron en aquel país. Sin embargo, en Cuba, donde las guerras de independencia fomentaron la unidad entre todos los cubanos, a pesar de la persistencia de la discriminación racial, resultaba contradictorio e inaceptable que negros y blancos no pudieran participar y disfrutar de un entretenimiento que junto al baile y la música conformaban las raíces de la nación.
Por las razones anteriores, en la República las luchas cívicas y la conjunción de diferentes intereses terminaron por eliminar las barreras raciales en los campeonatos profesionales y en los circuitos semiprofesionales y de los centrales azucareros, lo que explica el alto número de cubanos, de origen humilde, negros y mulatos, que sobresalieron en el mejor béisbol del mundo.
Aunque la mayor parte de la población cubana es de tez blanca, el arraigo de la pelota en nuestra cultura posibilitó que la mayoría de los peloteros que emergieron desde las primeras décadas de la República fueran negros y mulatos que ascendieron hasta la pelota profesional.
Al abolirse el profesionalismo en 1960, implantarse fuertes restricciones a la emigración y perderse la oportunidad de jugar en los circuitos profesionales, se generó el éxodo. De forma paradójica, después de esas medidas —como apunta Roberto González Echevarría— hubo más profesionales cubanos en grandes Ligas que nunca, a pesar de una política dirigida a ignorarlos y calificarlos de “traidores a la patria”.
Así, la erradicación del profesionalismo o más bien, la sustitución de un tipo de profesionalismo por otro, bajo la égida del Estado, impidió que cientos de peloteros cubanos pudieran brillar como brilló Orestes Miñoso.
La enseñanza de lo ocurrido y la refundación del Salón de la Fama comprometen, no sólo a invitar al “cometa cubano” a pisar su tierra nuevamente para participar en su merecida exaltación, sino también a rendirle un grandioso homenaje que indique claramente que las exclusiones quedaron atrás, así como a profundizar los cambios iniciados para que nunca más las restricciones a los cubanos procedan de la tierra que los vio nacer.
DDC/Dimas Castellanos, La Habana/ InternetPhotos/TheCubanHistory.com
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor.
SPORTS: CONGRATULATIONS, ORESTES MIÑOSO!
La Havana, Cuba.
The case of Orestes Miñoso and the refounding of the Hall of Fame is an opportunity: restrictions on Cubans should never come from their own land .
Yesterday and today. Orestes and José Dariel Abreu Miñoso two stars of the Chicago White Sox.
Despite the disagreement about the date of birth of Saturnino Orestes Armas Miñoso Arrieta, popularly known in Cuba by Miñoso and the United States by the nickname “Minnie”, it appears that last November 29 legendary ballplayer arrived at their 89 years old.
The date is an opportunity to pay a fitting tribute to congratulate you on your election to the newly founded Hall of Fame Cuban baseball for his next exaltation in the All-Star Game to be held on December 29 in Bayamo and collaborate to rescue baseball memory in popular culture.
Miñoso, like almost all Cuban children, started playing ball in his neighborhood until, in the 40s of last century, the structure comprising four circuits beisboleros generalized the game in the country. This structure included all social strata and became a source of talent: the professional circuit, which is mainly developed in the capital; the semi-sponsored enterprises that included players from poor backgrounds, black, white and seasoned professionals; that of the sugar mills, covering all provinces and social strata; and amateur, middle and upper classes, which took place in social clubs without the presence of blacks.
Our honoree, born in the town of Perico, Matanzas, began in Central team neighbor Spain, part of the sugar circuit. Later he played semi-pro teams circuit as the Cuban Mining Team East, Partagas -in which interestingly the first base covering a woman and Ambrosia. Then he debuted on the professional circuit with the Tigers of Marianao, where he played until 1960, except for 1947 and 1948, due to the pact was signed between the National Association of Professional Baseball America and the Cuban League, whereby athletes its size could not play in their own country.
In 1947, Minoso played for the New York Cubans who won the World Series in the Negro Leagues in the United States. In 1948 he started in the Major Leagues with the Cleveland Indians team that last year he had broken the color barrier in the American League and where he was named Rookie of the Year. In 1949 he played in the Minor Leagues.
In 1951, Miñoso happened to the Chicago White Sox, where in seasons 1952-53 and 1956-57 he received MVP plate.
From 1958-1959 he returned to the Cleveland Indians. Between 1960 and 1961 he returned to play for the White Sox. And every year he returned to Cuba to play for Marianao (as related by Roberto González in his book La Gloria de Cuba, Miñoso had a Cadillac convertible and wore bringing the United States into the shuttle City of Havana, unthinkable for our current players.)
In 1962, “Minnie” was with the Cardinals. In 1963 with the Washington Senators. In 1964 he returned to the White Sox. Between 1965 and 1973 he played in the Mexican League, where he was nicknamed the “black charro”. And in 1976, already with 53 years, he played several games with the White Sox, where he ended his career in the world of balls and strikes in 1980.
5 feet 10 inches tall and 175 pounds, possessing a strong arm, covering third base or left field in 1957 Miñoso was a leader in doubles; in 1960 leader in hits and sacrifice flies; three times was elected Gold Glove leader in triples and stolen bases (they called the “Cuban Comet”); in four seasons he hit over 300, pushed over 100 runs and scored more than 100; finished with a 324 batting average in 138 games; seven times and was selected to the All-Star Game American League.
In 1976, at age 51, he became the second oldest player to achieve an indisputable in a game of MLB, and October 5, 1980, aged 57, became the oldest player to appear at the plate. He played in the major leagues in five decades ranging from 40 to 80. Shone in the Cuban League in the Negro Leagues and Major, is recognized as the first black player Cuban and Latin American to appear in a All-Star game.
For his career, in 1983 he was inducted into the Hall of Fame baseball Cuban Miami, and hopes to be incorporated into the Hall of Fame in Cooperstown in the next election.
The trajectory of Orestes Miñoso, black and poor, born in a sugar mill, contains many teachings regarding professionalism and racial discrimination Two current issues in Cuba today.
Farewell to the exclusions?
The ball came to us from the United States at the hands of white Cubans who lived or studied in that country. However, in Cuba, where wars of independence fostered unity among all Cubans, despite the persistence of racial discrimination, was contradictory and unacceptable that blacks and whites could not participate and enjoy entertainment with dancing and music formed the roots of the nation.
For the foregoing reasons, the Republic civic struggles and the combination of different interests eventually eliminate racial barriers in professional and semi-professional championships and sugar mills circuits, which explains the high number of Cubans, of humble origin , blacks and mulattos, who excelled at best baseball world.
Although most of the Cuban population is white complexion, the roots of the ball in our culture caused the majority of the players that emerged from the first decades of the republic were black and mulatto amounting to professional ball.
Al abolished professionalism in 1960, implemented severe restrictions on emigration and miss the chance to play on the professional tours, the exodus was generated. Paradoxically, after these measures Roberto González Echevarría points, as there were more professional Cubans in big leagues than ever, despite directed to ignore them and calling them “traitors” policy.
Thus, eradication of professionalism or rather, the substitution of one type of professionalism on the other, under the aegis of the State, prevented hundreds of Cuban players could shine like Orestes Miñoso shone.
The teaching of what happened and the refounding of the Hall of Fame committed not only to invite the “Cuban Comet” to step on their land again to participate in its deserved excitement, but also to pay a great tribute to clearly indicate that the exclusions were back, and deepen the changes initiated to never restrictions on Cubans come from the land of their birth.
DDC / Dimas Castellanos, Havana / InternetPhotos / TheCubanHistory.com
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor