When the Cuban President Raul Castro opened the container terminal at the port on the north coast of Cuba, described the initiative and special business area adjacent as “a major project for the national economy.”
Official documents promised great incentives for investors: foreign companies would be given more control to set wages in factories in the area.
A year later, the Cuban government has not yet announced a single foreign investment. Officials insist that the interest is high, but in recent years have been more foreign investors to come out of Cuba that you have arrived.
Several agents say business has rejected a particular government not open beyond a slot to economic and political system, to keep out free markets and broader freedoms.
“Basically, it’s all about maintaining control,” said Ted Piccone, a researcher at the Brookings Institution who studies the Cuban economy. “You’re seeing what works best, while maintaining social and economic controls”.
Strategy.
Castro’s agreement with the United States in December to release political prisoners and normalize relations seems to them to several experts who, in essence, is an economic decision.
The drives both the need for a new source of growth, as a desire to postpone, at least for now, more fundamental questions about how deeply the government intends to push for reforms.
It is clear that the country needs a stimulus: it is expected that economic growth is only 1.3% this year, below the government’s target of 2.2%, despite more than five years of new policies that allow Cubans open small businesses, working abroad, and buy and sell property and vehicles.
Moreover, some analysts say Venezuela, Cuba’s main benefactor, has no choice but to reduce subsidized oil deliveries to the island, due to its own crisis caused by the global decline in prices of black gold.
That could threaten to throw Cuba to blackouts and severe hardship following the collapse of the Soviet Union.
Changes.
However, according to many economists, the plan of President Barack Obama to allow more interaction between the two countries could not be the lifeline he expects Cuba, unless overcome its own resistance to change too.
“America can not solve the problems of bureaucratic tangle of Cuba,” said Richard Feinberg, Professor of International Political Economy at the University of California at San Diego.
To reap the benefits of what Obama offers, from the sale of telecommunications to credit cards, “Cuba must travel to a country where the safest bet is to do nothing to one that embrace new ideas even threaten control communist “said Feinberg.
Initially, it may be that Cuba could postpone this challenge. US firms that offer educational trips to Cuba, under current regulations, maintain that the interest skyrocketed since the announcement.
In insightCuba, a travel agency in New Rochelle, New York, have tripled calls and interest in Internet. “People are excited by the news,” said Tom Popper, President of insightCuba. “Visitors are saying they want to go now, before it changes Cuba”.
About 400,000 Americans, mostly Cuban-Americans travel each year to the island. If that amount is doubled, and if each visitor spends an average of $ 1,000 sum, Cuba wins additional $ 400 million US.
United States is prepared to help. Obama’s new policy does not lift the trade embargo. However, the plan includes provisions that allow Americans to export agricultural equipment to small Cuban farmers, private residential construction materials, goods for use by Cuban entrepreneurs in the private sector, and telecommunications equipment, including cellular phones and infrastructure to expand access to the Internet.
Furthermore, if the United States eliminated Cuba from its list of state sponsors of terrorism, a possibility raised by Obama, Cuba could also apply for funding to the International Monetary Fund or other credit and pay for things like tractors and trucks entities.
The Nation / Damien Cave / InternetPhotos / TheCubanHistory.com
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor.
CONSERVAR CONTROL EN CUBA REQUIERE CRECIMIENTO ECONÓMICO.
Cuando el presidente cubano, Raúl Castro, inauguró la terminal para contenedores en el puerto en la costa norte de Cuba, describió la iniciativa y la zona especial de negocios adyacente como “un proyecto trascendental para la economía nacional”.
Documentos oficiales prometieron grandes incentivos para los inversionistas: a las compañías extranjeras se les daría mayor control para fijar salarios en las fábricas dentro de la zona.
Un año después, el Gobierno cubano todavía no anuncia una sola inversión extranjera. Funcionarios insisten en que es alto el interés, pero en los últimos años, han sido más los inversionistas extranjeros que han salido de Cuba que los que han llegado.
Varios agentes de negocios dicen que los ha rechazado un gobierno determinado a no abrir más allá de una ranura al sistema económico y político, para mantener a raya los mercados libres y las libertades más generales.
“Básicamente, todo se trata de conservar el control”, comentó Ted Piccone, un investigador en la Institución Brookings, quien estudia la economía cubana. “Está viendo lo que funciona mejor, mientras mantiene controles sociales y económicos”.
Estrategia.
El acuerdo de Castro con Estados Unidos en diciembre para liberar presos políticos y normalizar relaciones les parece a varios expertos que, en esencia, es una decisión económica.
La impulsa tanto la necesidad de una fuente nueva de crecimiento, como un deseo de postergar, al menos por ahora, cuestiones más fundamentales sobre cuán profundamente pretende el gobierno impulsar las reformas.
Es claro que el país necesita un estímulo: se espera que el crecimiento económico sea de solo 1,3% este año, por debajo del objetivo gubernamental del 2,2%, a pesar de más de cinco años de nuevas políticas que permiten que los cubanos abran pequeños negocios, trabajen en el extranjero, y compren y vendan propiedades y vehículos.
Además de eso, algunos analistas dicen que Venezuela , el principal benefactor de Cuba, no tiene otra opción más que reducir sus entregas de petróleo subsidiado a la Isla, debido a su propia crisis causada por la caída mundial en los precios del oro negro.
Eso podría amenazar con lanzar a Cuba a los apagones y las graves privaciones que siguieron al colapso de la Unión Soviética.
Cambios.
Sin embargo, según varios economistas, el plan del presidente Barack Obama de permitir mayor interacción entre ambos países pudiera no ser la línea de vida que espera Cuba, a menos que supere su propia resistencia a cambiar también.
“Estados Unidos no puede resolver los problemas de la maraña burocrática de Cuba”, comentó Richard Feinberg, profesor de Economía Política Internacional en la Universidad de California, en San Diego.
Para cosechar los beneficios de lo que ofrece Obama, desde la venta de telecomunicaciones hasta tarjetas de crédito, “Cuba debe transitar de un país donde la apuesta más segura es no hacer nada a uno en el que las nuevas ideas se abracen aunque amenacen el control comunista”, manifestó Feinberg.
Inicialmente, podría ser que Cuba pudiera postergar ese reto. Las firmas estadounidenses que ofrecen viajes educativos a Cuba, de conformidad con las normativas actuales, sostienen que se disparó el interés desde el anuncio.
En insightCuba, una agencia de viajes en New Rochelle, Nueva York, se han triplicado las llamadas y el interés en Internet. “La gente está emocionada por la noticia”, comentó Tom Popper, el presidente de insightCuba. “Los visitantes están diciendo que quieren ir ahora, antes de que cambie Cuba”.
Unos 400.000 estadounidenses, en su mayoría cubano-estadounidenses, viajan cada año a la Isla. Si se duplica esa cantidad, y si cada visitante gasta una suma promedio de $1.000, Cuba ganará $400 millones adicionales de Estados Unidos.
Estados Unidos está preparada para ayudar. La nueva política de Obama no levanta el embargo comercial. No obstante, su plan incluye disposiciones que les permiten a los estadounidenses exportar equipo agrícola a pequeños agricultores cubanos, materiales para construcciones residenciales privadas, bienes para el uso de emprendedores cubanos del sector privado, y equipo de telecomunicaciones, incluidos teléfonos celulares y la infraestructura necesaria para expandir el acceso a Internet.
Además, si Estados Unidos elimina a Cuba de su lista de Estados que patrocinan el terrorismo, una posibilidad que planteó Obama, Cuba también podría solicitar financiamiento al Fondo Monetario Internacional o a otras entidades crediticias y pagar cosas como tractores y camiones.
La Nación/Damien Cave/InternetPhotos/TheCubanHistory.com
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor.