CUBAN CHARACTERS: … Not Even the Chinese Doctor can Save You!..** PERSONAJES DE CUBA: .. No te Salva Ni el Medico Chino !.

CHARACTERS OF CUBA: .. NOT EVEN THE CHINESE DOCTOR CAN SAVE YOU! .

Although this phrase actually comes from Cham Bom-bia, Chinese botanist who became very popular in the late nineteenth century in our country, actually it was more of a Chinese doctor in our history.

The first of which there is established references Shi Kan Kom who enjoyed great prestige in the mid nineteenth century in Havana, where he lived on the street corner Rayo San José and his death occurred in 1885 followed a funeral with great pomp that were discussed throughout the city.

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Also in Santiago de Cuba, another Chinese doctor hispanicized botanical name Don Domingo Morales, the last cholera epidemic in our country (1867 – 1872) successfully treated his patients with axillary regions massage, Chinese medical practice contained in a work sixteenth century classic “T’uei na pi kieu, or Treaty of massages”.

Outstanding too was Liborio Wong, botanical doctor of Chinese farmers near Manzanillo. Wong, whose real name was Wong Seng, the Liberation Army joined since the beginning of the war and stood out as assistant captain of Major General Modesto Diaz, who fought valiantly and when they conducted the Pact of the Trench, was that he saved the honor of Cuba, to keep up with the forces of Major General Antonio Maceo in the Protest of Baraguá, which was considered a hero of the Ten Years’ War (1868-1878).

Although many other Chinese who excelled in curing patients using medicinal plants, the reason for this post is undoubtedly Cham Bom-Bia, who has transcended our popular imagination, being the best known of all exerted this “profession” and has been in our folklore the phrase “Do not save or Chinese Physician”.

He arrived in Havana in 1858, with a contract for agricultural work in the town of Colosseum, in the province of Matanzas. However, he managed to continue on to graduate Doctor of Medicine and immediately began to work as a rural doctor in the same place before doing its work in the field.

He is described as “tall man, live and penetrating little eyes somewhat oblique; with many long mustaches tartare fashioned, long slope chin and solemn scraggly goatee and broad gestures underlining its figurative language and bombastic “dressed like Westerners with a loose coat denim, because at that time was not conceived in Cuba doctor without hat and tuxedo.

Cham Bom-BIA, belonging to the Jaca ethnicity, south of China, like many of his compatriots, added to his Christian patronymic name John. For the record promoted to acquire Spanish citizenship in 1860 we held constant residence on the island since it was granted letter home in Havana in 1854.

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It beset by allegations of illegal practice of medicine moves to Matanzas, with office in Merchants Street corner San Diego in which city he worked with no less popularity than in Havana. A new indictment in 1872 makes moves to Cárdenas, as this city at that time seat of a large number of Chinese, which would guarantee wider acceptance.

In Cardenas, Perla del Norte, made his home where he had his own clinic to develop drugs, although also they made in a Chinese pharmacy that existed at number 211 Third Avenue, in the city.

His home was near the old fire station, on the streets Colonel Verdugo Avenue equine Vives. In Cardenas did wonderful cures of hospice medical fame of the city and Havana, restoring many of their customers health, the view, the use of its members. He died alone in her own home, so speculation that he was poisoned by an unfortunate family became sick while others claimed suicide.

It was the best known of the Chinese botanical doctors in Cuba. His real name was Chang Post Piang, but according to historians Leuchsenring Roig and Portell Vila, Cuban popular speech transformed in Cham Bom-Bia your means in Castilian “Yellow Sun”.

It can be considered, rather than vulgar quack like a remarkable man of science wide oriental culture, mixing his profound knowledge of the Cuban flora and Chinese herbalist wise as he was, with Western medical advances. However, in Cuba a tradition was formed in the use of medicinal plants, which reached its peak in the person of the sage Juan Tomas Roig Mesa.

In the course of his career performing with absolute detachment, charging fees to the rich, and conforming to tell the poor: “If you pay pa linelo me. If not, do not pay ”

MemoriasDeCuba / Derubin Jacomé / InernetPhotos.www.theCubanHistory.com
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor.

CUBA PHOTOS.
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PERSONAJES DE CUBA: .. NO TE SALVA NI EL MEDICO CHINO! .

Aunque esta frase realmente surge por Cham Bom-bia, botánico chino que alcanzó gran popularidad a finales del siglo XIX en nuestro país, en realidad hubo más de un médico chino en nuestra historia.

El primero del que existen referencias acreditadas es Kan Shi Kom que disfrutó de gran prestigio a mediados del siglo XIX en La Habana, donde residía en la calle Rayo esquina a San José y que a su muerte ocurrida en 1885 le siguieron unos funerales con gran pompa que fueron comentados en toda la ciudad.

También en Santiago de Cuba, otro médico botánico chino de nombre españolizado Don Domingo Morales, en la última epidemia de cólera en nuestro país (1867 – 1872) trataba a sus pacientes satisfactoriamente con masajes en las regiones axilares, práctica médica china recogida en una obra clásica del siglo XVI el “T’uei na pi kieu, o Tratado de los Masajes”.

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Destacado también lo fue Liborio Wong, médico botánico de agricultores chinos en las cercanías de Manzanillo. Wong, cuyo verdadero nombre era Wong Seng, se incorporó al Ejército Libertador desde comienzos de la contienda y se destacó como capitán ayudante del Mayor General Modesto Díaz, con quien combatió valientemente y cuando se llevó a cabo el Pacto del Zanjón, fue de los que salvó el honor de Cuba, al mantenerse junto a las fuerzas del Mayor General Antonio Maceo en la Protesta de Baraguá, por lo que fue considerado un héroe de la Guerra de los Diez Años (1868 – 1878).

Aunque muchos otros chinos que se destacaron en la cura de enfermos mediante el uso de plantas curativas, el motivo de esta publicación es sin dudas Cham Bom-biá, quien ha trascendido a nuestro imaginario popular, por ser el más conocido de todos los que ejercieron esta “profesión” y del que ha quedado en nuestro folklore la frase “No le salva ni el Médico Chino”.

Llegó a La Habana en 1858, con un contrato para realizar trabajos agrícolas en la localidad de Coliseo, en la provincia de Matanzas. No obstante, se las ingenió para continuar sus estudios hasta graduarse de Doctor en Medicina y de inmediato comenzó a ejercer como médico rural en el mismo lugar donde antes hacía sus labores en el campo.

Se le describe como “hombre de elevada estatura, de ojillos vivos y penetrantes algo oblicuos; con luengos bigotes a la usanza tártara, larga perilla rala pendiente del mentón y solemnes y amplios ademanes subrayando su lenguaje figurado y ampuloso” Vestía como los occidentales con una holgada levita de dril, pues en aquella época no se concebía en Cuba al médico sin chistera y chaqué.

Cham Bom-biá, perteneciente a la etnia Jaca, del sur de China, como tantos de sus compatriotas, agregó a su nombre el patronímico cristiano de Juan. Por el expediente promovido para adquirir la ciudadanía hispana en 1860 sabemos que tuvo residencia constante en la Isla desde que en 1854 se le concedió carta de domicilio en La Habana.

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Acosado por denuncias de ejercicio ilegal de la medicina se traslada a Matanzas, con consultorio en la calle de Mercaderes esquina a San Diego en cuya ciudad ejerció con no menos popularidad que en La Habana. Una nueva acusación hace que en 1872 se traslade a Cárdenas, por ser esta ciudad en aquella época asiento de un gran número de chinos, lo que le garantizaba una mayor aceptación.

En Cárdenas, Perla del Norte, estableció su hogar donde tenía su propio dispensario para elaborar los medicamentos, aunque también se los confeccionaban en una farmacia china que existía en la Tercera Avenida número 211, en dicha ciudad.

Su domicilio era muy cercano al antiguo cuartel de Bomberos, en las calles Coronel Verdugo equina a la Avenida de Vives. En Cárdenas realizó curas maravillosas de enfermos desahuciados por médicos de fama de aquella ciudad y de La Habana, devolviéndoles a muchos de sus clientes la salud, la vista, el uso de sus miembros. Falleció solitario en su propio domicilio, por lo que se hicieron conjeturas de que había sido envenenado por los familiares de un enfermo desafortunado, mientras otros alegaron el suicidio.

Fué el más conocido de los médicos botánicos chinos en Cuba. Su verdadero nombre era Chang Pon Piang, pero según los historiadores Roig de Leuchsenring y Portell Vilá, el habla popular cubano lo transformó en Cham Bom-biá que su significa en castellano “Sol Amarillo”.

Puede ser considerado, más que como vulgar curandero, como un notable hombre de ciencias de amplia cultura oriental, que mezclaba sus profundos conocimientos en la flora cubana y china, como sabio herbolario que era, con los adelantos médicos occidentales. No obstante, en Cuba se conformó una tradición propia en el uso de las plantas medicinales, que alcanzó su máxima expresión en la persona del sabio Juan Tomás Roig Mesa.

En el ejercicio de su carrera actuaba con absoluto desprendimiento, cobrando honorarios a los ricos, y conformándose con decirles a los pobres: “Si tiene linelo paga pa mí. Si no tiene, no paga”

MemoriasDeCuba/Derubín Jacomé/InernetPhotos.www.theCubanHistory.com
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor.

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