It all starts on January 2, 1847, with the twelfth moon, at 47 years of Emperor Tu Kong and when more than 300 Chinese coolies embarked on Oquendo frigate in the port of Amoy. They were dressed in their pants and shirts rough and very broad, and its conical hat of woven bamboo, the ideal outfit for a good farmer. All with the illusion of return, loaded with glory and money, family poverty alleviation. Their destination was a Spanish possession hectic warm Caribbean Sea.
One hundred forty-two days later, on June 3, 1847, the 206 survivors of the massive cruise entering the harbor of Havana, watching with glee the narrow mouth of the bay, its defenses magnificent stone and bright green trees that city of dreams and endless sunshine.
Just ten days after the arrival of Oquendo with its load of new slaves, the bay of Havana received a second shipment of 365 Chinese also came out of Amoy, aboard the Duke of Arguile.
Thus, despite nearly a fifth of coolies died during the voyage, in 1853 had already entered Cuba over 5000, and between 1853 and 1873 were imported 132.453 other conditions of contract. The vast majority of them were men, as shown by the census of 1861. A woman for every 681 men. Given this situation, it was easy for any woman loves getting Isla and economic support Chinese. From that time the saying … “you get yourself a Chinese to get you a room” …
Already in 1858, in Ditch Rayo corner, just where then would be the center of Havana’s Chinatown, Cheng Leng, an Asian who was reputed to ladino and carrying documents for Luis Perez, opened a small house of Chinese meals. His example was followed by many. Thereafter, around the trench, Dragons, San Nicolas, Rayo streets, began to settle a number of Chinese vendors of meats, fruits, vegetables, meat, clothing, hardware and earthenware …
It was born Chinatown in Havana.
By 1870 the presence of some wealthy Chinese emigrants from California USA, Chinese “Californians” in March of that year opened the first import house effects Asia is evident in Havana. Their owners were Weng Act Youy Ton Lan Shan and bankers. The following month, on the corner of Sol y Villegas, the house with San Tong, the second largest Chinese trade, founded with capital of 50,000 pesos is installed.
And in 1874, in Dragones No. 40, opens the first great Chinese restaurant in Havana, with Asian dishes invented in San Francisco, as traders were well aware that their authentic menus dried and smoked fish, rice and green vegetables, they seasoned with celery, ginger, sesame seeds and salt orphans would be a failure for the Western taste.
This creates the “Chinese food” that would make famous worldwide.
MemoriasDeCuba / Derubín Jacomé / InternetPhotos / www.thecubanhistory.com
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor.
LOS CHINOS VIVIENDO EN CUBA.
Todo comienza el 2 de enero de 1847, con la duodécima luna, a los 47 años del emperador Tu Kong y cuando más de 300 culíes chinos embarcaron en la fragata Oquendo, en el puerto de Amoy. Iban vestidos con sus pantalones y camisas bastas y muy anchas, y su sombrero cónico de bambú tejido, el atuendo ideal para un buen agricultor. Todos c
on la ilusión del regreso, cargados de gloria y de dinero, para mitigar la miseria familiar. Su destino era una cálida posesión española del agitado Mar Caribe.
Ciento cuarenta y dos días después, el 3 de Junio de 1847, los 206 sobrevivientes de la ingente travesía entraban en el puerto de La Habana, observando con júbilo la boca estrecha de la bahía, sus magníficas defensas de piedra y los árboles verdísimos de aquella ciudad de sueños y sol eterno.
Apenas diez días después de la llegada del Oquendo con su carga de nuevos esclavos, la bahía de La Habana recibía un segundo cargamento de 365 chinos, salidos también de Amoy, a bordo del Duke of Arguile.
De este modo, y a pesar de que casi la quinta parte de los culíes morían durante la travesía, en 1853 ya habían entrado a Cuba más de 5 mil, y entre 1853 y 1873 se importaron otros 132,453 en condiciones de contratados. La gran mayoría de ellos eran hombres, como lo demuestra el censo de 1861. Una mujer por cada 681 hombres. Ante esa situación, era fácil para cualquier mujer de la Isla conseguir los amores y el soporte económico de un chino. De esa época el dicho…“búscate un chino que te ponga un cuarto”…
Ya en 1858, en Zanja esquina a Rayo, justo donde luego estaría el mismo centro del barrio chino habanero, Cheng Leng, un asiático que tenía fama de ladino y portaba documentos a favor de Luis Pérez, abrió una pequeña casa de comidas chinas. Su ejemplo fue seguido por muchos. A partir de entonces, en los alrededores de las calles Zanja, Dragones, San Nicolás, Rayo, comenzaron a asentarse una serie de chinos vendedores ambulantes de viandas, frutas, verduras, carne, prendas, quincallería y loza…
Había nacido el barrio chino de La Habana.
Hacia 1870 se hace evidente en La Habana la presencia de algunos chinos adinerados emigrados de California USA, chinos “californianos”, que en marzo de ese año abren la primera casa importadora de efectos de Asia. Sus dueños eran los banqueros Ley Weng, Youy Shan y Lan Ton. Al mes siguiente, en la esquina de Sol y Villegas, se instala la casa Con San Tong, el segundo gran comercio chino, fundado con un capital de 50 mil pesos.
Y en 1874, en Dragones No. 40, abre sus puertas el primer gran restaurante chino de La Habana, con platos asiáticos inventados en San Francisco, pues los comerciantes sabían bien que sus auténticos menús de pescado seco y ahumado, arroz y vegetales verdes, sazonados con apio, jengibre, ajonjolí y huérfanos de sal, serían un fracaso para el gusto occidental.
Se crean así las “comidas chinas” que se harían famosas en todo el mundo.
MemoriasDeCuba/Derubin Jacomé/InternetPhotos/www.thecubanhistory.com
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor.