THE SECRET STORY OF THE ARGENTINE’S MONTONEROS IN CUBA.
The ex-colonel, Filiberto Castiñeiras, “Felo” to his friends, he is still a marked man. Three years after landing in Key West after fleeing Cuba by boat, still leads with extreme secrecy. No phone (only receive messages through a beeper), does not reveal your address, refuses to be photographed and asked to be dispensed to mention exactly where the meeting took place.
His caution is due, he says, to relatives in Cuba have been reported more than once for his alleged and premature death, a harassment for a man who has spent 25 years in the security of the MININT, the Cuban Interior Ministry, is the kind of message that should not be taken lightly.
Unlike other defectors from Castro’s security apparatus who have made a cottage industry of their criticism of the Cuban regime, Castiñeiras has chosen to remain silent. These days he is writing a book based on his experiences in collaboration with the Cuban writer Norberto Fuentes, another exile recently while earning a living from their mobile kiosk.
Felo contacted montonero loot while serving as executive assistant Brigadier General Martínez Gil, head of the Special Forces, an elite unit that responded to the command of Abrantes, then deputy interior minister in charge of national security. This unit served as liaison for relief operations to the revolutionary movements, which explains the decision to send the money there.
One of the unsolved mysteries of the infamous seventies is the fate of the $ 60 million paid to Argentine Montoneros rescue concept for the kidnapping of the brothers Juan and Jorge Born.
Is there money Montoneros in Cuba? The Castro regime has repeatedly denied having control over those funds.
Some of the most persistent versions indicated (and to some extent, still exist) that at least 50 million had been deposited in the National Bank of Cuba and still find there.
Cuban side, most of the people associated with the original operating money management have died, have been dismissed or went into exile.
Jose Abrantes, a former interior minister and head of the Cuban security services, under whose jurisdiction the operation took place funds Montoneros movement, was sentenced to 20 years imprisonment in 1989, in the midst of purging that culminated with the shooting of General Arnaldo Ochoa, and died in prison in 1991. Colonel Tony de la Guardia, who led the operation of money laundering, was sentenced along with Ochoa and executed in 1989.
Brigadier General Pascual Martinez Gil, head of the Special Troops, was arrested in the same case and sentenced to 12 years in prison (recently released). Former Ambassador of Cuba in Argentina Emilio Aragonés Navarro, later President of Banco Financiero Internacional, who oversaw the initial operation funds transfer, was removed and stripped of all civil service. And Filiberto Castiñeiras Giabanes, the intelligence officer responsible for liaison with the Montoneros leadership and managing them, these days wandering around somewhere in Florida, selling fast food and drinks from a truck.
A former Cuban intelligence officer who was responsible for managing $ 42 million bailout of the brothers Juan and Jorge Born, the largest kidnapping in the country’s history-breaks silence to reveal the fate of those funds. “All the money was withdrawn from Cuba by Firmenich, Yáquer and lost,” he says. His account sheds light on a fact that occurred over 20 years ago, still leads to suspicions and disputes.
Prison and Exile
Born in Havana 51 years ago, was 14 when the revolution was installed on the island. He joined the military in 1965, Personal Security Division and attained the rank of colonel in 1988.
Falling Abrantes, as a corollary to the executions of Ochoa and de la Guardia, dragged his own. Accused of “abuse of authority”, was sentenced to two years in jail and shared a cell with Abrantes and former Transport Minister Diocles Torralba, also convicted in the same episode.
Released from prison on parole after a year, spent a long period of unemployment until he got used to Friochave, a joint venture with Spanish capital, which imported air conditioners for the island.
But pressure from state security to stop her work led him to decide to leave Cuba. He did it in August 1993, in a boat 21 feet long, with a group of relatives. After a thrilling journey amidst a raging sea, were collected at sea by a cruise ship.
The conversation with Castiñeiras sheds light for the first time, detailed the fate montoneros funds transferred to Cuba in the early seventies.
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CubaEuropa/Castineiras/InternetPhotos/TheCubanHistory.com
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor.
LA HISTORIA SECRETA DE LOS MONTONEROS ARGENTINOS EN CUBA.
El ex-coronel, Filiberto Castiñeiras, “Felo” para sus amigos, se siente todavía un hombre marcado. Tres años después de haber desembarcado en Cayo Hueso tras huir de Cuba en una embarcación, aún se conduce con extremo sigilo. No tiene teléfono (sólo recibe mensajes a través de un beeper), no revela su dirección, se niega a ser fotografiado y pide que se prescinda de mencionar el lugar exacto donde se produjo este encuentro.
Su cautela obedece, según afirma, a que sus familiares en Cuba han sido notificados más de una vez de su presunta y prematura muerte, un hostigamiento que para un hombre que ha pasado 25 años en la seguridad del Minint, el Ministerio del Interior cubano, es la clase de mensaje que no debe tomarse con ligereza.
A diferencia de otros desertores del aparato de seguridad castrista que han hecho una pequeña industria de sus críticas al régimen cubano, Castiñeiras ha elegido guardar silencio. En estos días se encuentra escribiendo un libro basado en sus experiencias en colaboración con el escritor cubano Norberto Fuentes, otro exiliado reciente, mientras se gana la vida con su quiosco ambulante.
Felo entró en contacto con el botín montonero cuando servía como ayudante ejecutivo del brigadier general Martínez Gil, jefe de las Tropas Especiales, una unidad de élite que respondía al mando de Abrantes, entonces viceministro del Interior a cargo de la seguridad del Estado. Esta unidad servía de enlace para operaciones de ayuda a los movimientos revolucionarios, lo que explica la decisión de mandar allí el dinero.
Uno de los misterios no resueltos de la infame década del setenta es el destino de los 60 millones de dólares pagados a los montoneros argentinos en concepto de rescate por el secuestro de los hermanos Juan y Jorge Born.
¿Existe dinero de los montoneros en Cuba? El régimen de Fidel Castro ha negado reiteradamente tener control sobre esos fondos.
Algunas de las versiones más persistentes indicaban (y en alguna medida, todavía subsisten) que por lo menos 50 millones habían sido depositados en el Banco Nacional de Cuba y que aún se encontrarían allí.
Del lado cubano, la mayoría de las personas vinculadas con el operativo original del manejo del dinero han muerto, han sido destituidos o partieron al exilio.
José Abrantes, ex ministro del Interior y jefe de los servicios de seguridad cubanos, bajo cuya jurisdicción se desarrolló la operación de movimiento de los fondos montoneros, fue condenado a 20 años de prisión en 1989, en medio de la purga que culminó con el fusilamiento del general Arnaldo Ochoa, y murió en prisión en 1991. El coronel Tony de la Guardia, quien encabezó la operación de lavado de dinero, fue condenado junto a Ochoa y ejecutado en 1989.
El brigadier general Pascual Martínez Gil, jefe de las Tropas Especiales, fue arrestado en la misma causa y condenado a 12 años de prisión (recientemente fue puesto en libertad). El ex embajador de Cuba en la Argentina Emilio Aragonés Navarro, posteriormente presidente del Banco Financiero Internacional, quien supervisó la operación inicial de transferencia de fondos, fue destituido y despojado de toda función pública. Y Filiberto Castiñeiras Giabanes, el oficial de inteligencia encargado del enlace con los dirigentes montoneros y de administrar esos fondos, deambula en estos días por algún lugar de la Florida, vendiendo comidas rápidas y bebidas desde un camión.
Un ex oficial de inteligencia cubano que tuvo a su cargo el manejo de 42 millones de dólares del rescate de los hermanos Juan y Jorge Born -el mayor secuestro en la historia del país- rompe el silencio para revelar el destino de esos fondos. “Todo el dinero fue retirado de Cuba por Firmenich, Yáquer y Perdía”, asegura. Su testimonio arroja luz sobre un hecho que, ocurrido hace más de 20 años, sigue dando lugar a suspicacias y disputas.
Prisión y exilio
Nacido en La Habana hace 51 años, tenía 14 cuando la revolución se instaló en la isla. Ingresó en las Fuerzas Armadas en 1965, en la división de Seguridad Personal, y alcanzó el grado de coronel en 1988.
La caída de Abrantes, como corolario de los fusilamientos de Ochoa y De la Guardia, arrastró la suya propia. Acusado de “abuso de autoridad”, fue sentenciado a dos años de prisión y compartió la celda con Abrantes y con el ex ministro de Transportes Diocles Torralba, también sentenciado en el mismo episodio.
Excarcelado bajo libertad condicional al cabo de un año, pasó un largo período de desocupación hasta que logró emplearse en Friochave, una empresa mixta con capital español, que importaba equipos de aire acondicionado para la isla.
Pero las presiones de la seguridad del Estado para que dejara el trabajo lo llevaron a tomar la decisión de salir de Cuba. Lo hizo en agosto de 1993, en una embarcación de 21 pies de eslora, junto a un grupo de familiares. Tras una travesía estremecedora en medio de un mar embravecido, fueron recogidos en alta mar por un buque crucero.
La conversación con Castiñeiras echa luz, por primera vez, sobre el destino detallado de los fondos montoneros transferidos a Cuba a comienzos de los setenta.
SEGUNDA PARTE. EL BOTIN DE LOS MONTONEROS EN CUBA. (EN ESPAñOL) MARQUE AQUI.
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The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor.