REMEMBERING HAVANA’S FAMOUS “LOS AIRES LIBRES”.
“Los Aires Libres” (The Free Aires) del Prado began in Prado and Dragones Street, right next to it was situated the Hotel Saratoga to Calle San José and Prado, where is located the movie theater Payret. This site Saratoga had a spacious site where glass was a dais with Speaker Outside piano, bass and rhythm, accompanying the most famous vocal performers of Cuba.
There interpret Rita Montaner his “The Peanut Vendor” Simons, Orquesta Anacaona achieved great successes and even our Great Elena Burke sang before leaving the quartet’s Aida .. No wonder Errol Flynn was a regular ..
Paradoxically, one of the sections of that enclave rooted in Cuban popular culture has now been renamed Sidewalk Gallega, and nothing less than a tribute to the Spanish fascist Manuel Fraga. The least we can conclude is that government authorities in Havana have found it more reassuring and call it by its original name, given the state of tension that makes them the term “free air”.
The Free Aires del Prado were unavoidable point of concurrency for two or three generations earlier habaneros the triumph of the revolution. The most acclaimed popular bands of the island showed there every night, four pallets located along the wide avenue del Prado, with corresponding spaces for dancing. There were dozens of bars serving drinks and light food, always outdoors, in an atmosphere of perennial party.
There they sang the greats of our popular music, from Rita Montaner Benny Moré. From there they conquered their ancient renown orchestras as Anacaona and Dreaming. As was the proverbial gained popularity at that site that was to become de rigueur stop for foreign tourists traveling to the city, with the difference that then never went from curious visitors, not like today, privileged guests and quasi patterns the host people.
This place received the coup de grace in the early nineties, but it was not long before even a shadow of what had been until 1959. The establishments that gave highlight were slowly disappearing. Back in the sixties, but far from that decade, his remains were to some tables, fewer still on the sidewalk, still protected by umbrellas that characterized the enclave, although very little had to do since his previous . Even the name was lost, as we called him The Paragüitas.
MemoriasDeMiBarrrio / Galiano / internetPhotos / www.thecubanhistory.com
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor.
AQUEL FAMOSO “LOS AIRES LIBRES” HABANERO.
Los Aires Libres del Prado comenzaban en la calle Dragones y Prado, justo a un costado estaba situado el Hotel Saratoga hasta la calle San José y Prado, donde se encuentra ubicado el cine teatro Payret. Este sitio del Saratoga tenía un portal espacioso donde estaba una tarima de cristal con bocinas para el exterior con piano, contrabajo y ritmo, acompañando a los intérpretes vocales más famosos de Cuba.
Allí interpreto Rita Montaner su “El manisero” de Simons, la Orquesta Anacaona alcanzó grandes éxitos y hasta nuestra Gran Elena Burke cantó antes de irse al cuarteto las de Aida.. No por gusto Errol Flynn era asiduo..
Resulta paradójico que uno de los tramos de aquel arraigado enclave de la cultura popular cubana haya sido rebautizado actualmente con el nombre de Acera Gallega, y nada menos que como homenaje al fascista español Manuel Fraga. Lo menos que podríamos concluir es que a las autoridades del gobierno en La Habana les ha resultado más tranquilizador llamarle así que por su nombre original, dado el estado de tensión en que les pone el término “aires libres”.
Los Aires Libres del Prado fueron punto ineludible de concurrencia para dos o tres generaciones de habaneros anteriores al triunfo de la revolución. Las más aclamadas orquestas populares de la isla se presentaban allí cada noche, en cuatro tarimas ubicadas lo largo de la amplia avenida del Prado, con sus correspondientes espacios para el baile. Había decenas de bares que servían bebidas y comestibles ligeros, siempre al aire libre, en un ambiente de perenne fiesta.
Allí cantaron los grandes de nuestra música popular, desde Rita Montaner a Benny Moré. Desde allí conquistaron su fama antiguas orquestas como Anacaona y Ensueño. Tan proverbial fue el renombre ganado por aquel sitio que llegó a convertirse en parada de rigor para los turistas extranjeros que viajaban a la ciudad, con la diferencia de que entonces jamás pasaron de ser visitantes curiosos, y no como hoy, huéspedes privilegiados y cuasi patrones del pueblo anfitrión.
Este lugar recibió el tiro de gracia a inicios de los años noventa, pero ya desde mucho antes no era ni la sombra de lo que había sido hasta 1959. Los establecimientos que le daban resalte fueron desapareciendo poco a poco. Ya en los sesenta, pero mucho más a partir de esa década, sus restos consistían en algunas mesas, cada vez menos, todavía en las aceras, aún protegidas por los paraguas que caracterizaban el enclave, aunque muy poco tenía que ver ya con su precedente. Hasta el nombre había perdido, pues le llamábamos Los Paragüitas.
MemoriasDeMiBarrrio/Galiano/internetPhotos/www.thecubanhistory.com
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor.