THE SAD STORY OF “THE POPULAR MACORINA.”
Few Cubans have not hummed the chorus of that song that says, “Put your hand here, Macorina, pon, pon Macorina”. The phrase, rather than part of a melody, is a legend emerged in the early twentieth century has led to the Macorina, the first testimonial book on the history and myth behind the most famous prostitute in Cuba. The play, written by Miguel Ojeda Vila and published by Editorial Letras Cubanas in 2014, was distributed during the recently concluded Book Fair.
The author confesses unable to say exactly when heard for the first time this woman or the best known of its history, played by Abelardo Barroso musical version.
María Constanza Caraza Valdés, also known as María Calvo Nodarse, born in Guanajay the March 15, 1892, according to his baptismal game. “He belonged to an honorable family, as stated in my time, but my parents never understood my desire for freedom and love,” she said in an interview with journalist Guillermo Villarondo Bohemia in 1958.
https://youtu.be/DLkczFuwp-s
The clarification of the mystery of their two names will be given his nephew Caraza Evelio Valdés. The relative that his father disowned her to elope with a lover for the capital, and when he went to look for her, she refused to marry to “wash the family dishonor”. Later, the widow’s still young mother remarry, adopted the surname of his tutor.
Remembering that time, the Macorina also confesses the reporter: “Somehow or other I followed in Havana with my first love, the man I’ve always remembered and remember till I die We was wrong He could hardly ensure our economic security.! then appeared, almost without knowing it, the woman with promises of clothes, jewelry, furs, food, men and wellbeing. That was the beginning of another phase of my life, which gave rise to the nickname, the Danzon and are that I hate. ”
Among his admirers, President of the Republic José Miguel Gómez was, among other figures of high standing and wealthy.
Confirmation of your nickname is reflected in his own words: “It was as simple as La Fornarina was a popular cabaret singer in Havana One night I walked me through the sidewalk Louvre and a drunkard shouted:.. ‘Macorina’ confusing Fornarina name. The popularity of the event was so great that since all Cuba called me that. ”
The Macorina was the first woman who drove a car in Cuba and perhaps in Latin America. “In 1917, who dared to take skirts manage? But I did not care who would praise me or vituperaran”. This gives us a measure of his temperament towards society at that time.
The economic crisis of the 20s and 30s was the beginning of his material decline. Men who formerly worshiped and protected their lavish life no longer showed interest in her. Among them, the President José Miguel Gómez was, among other figures of high standing and wealthy.
The Macorina says early in the century obtained revenues of more than a thousand dollars a month, plus 14 family support, but losing favor with their lovers had to sell their properties, nine cars, four houses “palatial” and all objects personal courage he possessed, to be an absolute misery.
“In 1917, to take skirts who dared to handle? But I did not care who would praise me or vituperaran ”
The luxury property owned were located, in his confidences, Calzada and B, Line and 8, both in El Vedado, Havana and Compostela and San Miguel, among Belascoaín and Gervasio. However, according to research by the author of the work, lay in other directions, as Jovellar 123, Apodaca 23, where he died, and Prince 155, site that was nestled who ran the brothel.
Vila Ojeda’s work also addresses the different versions of the song. Here also appear contradictions, as its composition to Thomas Corman, Antonio María Romeu, Armando Romeu Marrero is attributed, though others conclude that the author is unknown. Its main interpreter has been already mentioned Abelardo Barroso with orchestra sensation Abelardo Valdes, but has had several versions of other singers and groups.
Among the testimonies gathered by the author of the work, are those of Casimira Lamas, a close friend of the Macorina, Celina Infanzón Valdés, Daniel Cabrera Rivero and Dolores Fuentes Lincheta. Also Leonela and Francisca Orquín, last neighboring intimate than held his mansion in Old Havana, and José María López Prieto, El Gallego, who was a driver for the biographee appear.
14yMedio, La Habana/Jorge L. González SuarezInternetPhotos/TheCubanHistory.com
The Cuban History, Holywood.
Arnoldo Varona, Editor.
LA TRISTE HISTORIA DE “LA POPULAR MACORINA”
Hay pocos cubanos que no han tarareado el estribillo de esa canción que dice: “Ponme la mano aquí, Macorina, pon, pon Macorina”. La frase, más que parte de una melodía, es toda una leyenda surgida a principios del siglo XX que ha dado lugar a La Macorina, el primer libro testimonial sobre la historia y el mito que está detrás de la prostituta más célebre de Cuba. La obra, escrita por Miguel Ojeda Vila y publicada por la editorial Letras Cubanas en 2014, se distribuyó durante la recién finalizada Feria del Libro.
El propio autor confiesa no poder precisar con exactitud cuándo oyó hablar por vez primera de esta mujer o de la versión musical más conocida de su historia, interpretada por Abelardo Barroso.
María Constanza Caraza Valdés, también conocida como María Calvo Nodarse, nació en Guanajay el 15 de marzo de 1892, según su partida bautismal. “Pertenecía a una familia honorable, como se decía en mi época, pero mis padres nunca comprendieron mis ansias de libertad y de amor”, señaló ella misma en una entrevista concedida al periodista de Bohemia Guillermo Villarondo en 1958.
https://youtu.be/DLkczFuwp-s
La aclaración de la incógnita de sus dos nombres la brinda su sobrino Evelio Caraza Valdés. El pariente cuenta que su padre renegó de ella al fugarse con un enamorado para la capital, y cuando fue a buscarla, ella se negó a contraer nupcias para “lavar la deshonra familiar”. Más adelante, al enviudar su madre todavía joven y volver a casarse, adoptó los apellidos de su tutor.
Al recordar aquellos momentos, la Macorina confiesa también al reportero: “Mal que bien seguí en La Habana con mi primer amor, el hombre que siempre he recordado y recordaré hasta mi muerte. ¡Nos iba mal! Él apenas podía garantizar nuestra seguridad económica y entonces apareció, casi sin yo saberlo, aquella mujer con sus promesas de ropas, joyas, pieles, comida, hombres y bienestar. Eso fue el comienzo de la otra etapa de mi vida, la que dio origen al mote, al danzón y al son que tanto odio”.
Entre sus admiradores, se encontraba el presidente de la República José Miguel Gómez, además de otras figuras de alta posición y adineradas.
La confirmación de su apodo aparece reflejada en sus propias palabras: “Fue así de sencillo. La Fornarina era una popular cupletista en La Habana. Una noche yo me paseaba por la Acera del Louvre y un borrachín me gritó: ‘Macorina’, confundiendo el nombre de Fornarina. La popularidad del suceso fue tan grande que desde entonces toda Cuba me llamó así”.
La Macorina fue la primera mujer que condujo un auto en Cuba y tal vez en Latinoamérica. “En 1917, ¿quién que llevara faldas se atrevía a manejar? Pero a mí me daba igual que me elogiaran o vituperaran”. Esto nos da una medida de su temperamento frente a la sociedad de esa época.
La crisis económica de las décadas del 20 y 30 fue el comienzo de su decadencia material. Los hombres que antes la adoraban y protegían su fastuosa vida ya no mostraban interés por ella. Entre ellos, se encontraba el presidente de la República José Miguel Gómez, además de otras figuras de alta posición y adineradas.
La Macorina afirma que a principios del siglo obtenía ingresos por más de mil dólares mensuales, además de mantener a 14 familiares, pero al perder los favores de sus enamorados tuvo que vender sus propiedades: nueve automóviles, cuatro casas “palaciegas” y todos los objetos de valor personal que poseía, hasta quedar en una absoluta miseria.
“En 1917, ¿quién que llevara faldas se atrevía a manejar? Pero a mí me daba igual que me elogiaran o vituperaran”
Los lujosos inmuebles que poseyó se encontraban situados, según sus propias confidencias, en Calzada y B, Línea y 8, ambos en El Vedado, Habana y Compostela y en San Miguel, entre Belascoaín y Gervasio. Sin embargo, según la investigación efectuada por el autor de la obra, radicó en otras direcciones, como Jovellar 123, Apodaca 23, lugar donde falleció, y Príncipe 155, sitio en el que estaba enclavado el prostíbulo que regenteaba.
La obra de Ojeda Vila también aborda las diferentes versiones del tema musical. Aquí también aparecen contradicciones, pues se atribuye su composición a Tomás Corman, Antonio María Romeu, Armando Romeu Marrero, aunque otros concluyen que es de autor desconocido. Su principal intérprete ha sido el ya mencionado Abelardo Barroso con la orquesta Sensación de Abelardo Valdés, aunque ha tenido varias versiones de otros cantantes y agrupaciones.
Entre los testimonios recogidos por el autor de la obra, se encuentran los de Casimira Lamas, amiga íntima de La Macorina, Celina Valdés Infanzón, Daniel Cabrera Rivero y Dolores Fuentes Lincheta. Aparecen también Leonela y Francisca Orquín, últimas vecinas íntimas que mantuvo en su morada de La Habana Vieja, y José María López Prieto, El Gallego, que fue chofer de la biografiada.
14yMedio, La Habana/Jorge L. González Suarez/InternetPhotos/TheCUbanHistory.com
The Cuban History, Holywood.
Arnoldo Varona, Editor.