HEMINGWAY returns to Cuba, his passion revived.
In 1934, just returned from an African safari and with just over $ 3,000 he had received in advance for some short stories, Ernest Hemingway went to a shipyard in Coney Island and became a stylish sports yacht that would baptize with Pilar name.
On July 19 of that year, Hemingway put towards Cuba, an island on settling up a few years later, aboard his new boat, specially equipped for one of his favorite hobbies, fishing.
Beginning a romance between writer, an island and a boat that ended up becoming literary inspiration and his only love and constant shelter until his death in 1961. Almost 81 years after that first trip in Pilar, Hemingway-his other grandchildren John and Patrick and other ships, have taken the same course from the same port of departure, Key West, and the same fate, Cuba. Is this a “historic and symbolic” journey, said John Hemingway this newspaper. And with a big load of memories and above all hope, he said, in the new era that began between the United States and the island with the announcement of the normalization of relations after more than half a century of antagonism, on 17 December.
The tour, which began Friday with the departure of the US fleet will continue on Monday with the participation of writer’s grandchildren, with another fifty American anglers in the Fishing Tournament “Ernest Hemingway” 65th birthday. Aboard his beloved Pilar, “Papa Hemingway” won three times, from 1953 to 1955, the tournament that ended up receiving his name and which was attended, for the last time, in 1960, at which time he met with Fidel Castro .
In recent years, some Americans Cuban participated in the tournament, one of the oldest in the world, according to its organizers, but had to fly first to the island for it. They have gone through decades and a radical change in US policy towards Cuba, so they could sail at least legally, emphasizes John Hemingway in their own boats to the island. A goal that has taken months of work and bureaucracy to obtain permits from the US government. Since the embargo remains in place, it requires a special license from the Commerce Department just for a ship departs US to Cuba and can return. And another from the Treasury Department to transport people.
But the effort was worth it, said Jeffrey Boutwell, the Latin America Working Group Education Fund, the organization that is behind this trip. “There is no other person that symbolizes the friendship between Cuba and the US on how it does Ernest Hemingway,” he recalled.
The first visit of Hemingway’s grandchildren to Cuba, in September last year, commemorated the 60th anniversary of Nobel laureate received his grandfather. Also they promoted the rapprochement between peoples and called for bilateral conservation efforts also expected to build bridges between Cuba and the US. Eight months later, and on 17 December by their desires begin to be fulfilled. It remains however the freedom to travel to Cuba from which Hemingway enjoyed remind both his grandson and Boutwell. Therefore, this trip also now acquires a vindictive tone are sure would have applauded the author of “The Old Man and the Sea”.
“Not only would approve, I’m sure I would have felt very indignant at the idea that Americans were forbidden to travel freely to Cuba,” Boutwell said. “No matter what might be the political differences or different governments, Hemingway would have been totally appalled by the US government restricted its citizens travel abroad.”
El Pais, Spain / Silvia Ayuso / InternetPhotos / www.thecubanhistory.com
The Cuban History, HOLLYWOOD.
Arnoldo Varona, Editor.
El Regreso de Hemingway a Cuba, su Pasión.
En 1934, nada más regresar de un safari por África y con los algo más de 3.000 dólares que había recibido de adelanto por unos relatos breves, Ernest Hemingway se dirigió a un astillero de Coney Island y se hizo con un elegante yate deportivo que bautizaría con el nombre de Pilar.
El 19 de julio de ese año, Hemingway ponía rumbo a Cuba, isla en la que acabaría instalándose unos años más tarde, a bordo de su flamante barco, especialmente equipado para una de sus aficiones favoritas, la pesca deportiva.
Comenzaba un romance entre el escritor, una isla y un barco que se acabó convirtiendo en inspiración literaria y en su único amor y refugio constantes hasta su muerte, en 1961. Casi 81 años después de ese primer viaje en el Pilar, otros Hemingway -sus nietos John y Patrick- y en otros barcos, han tomado el mismo rumbo desde el mismo puerto de partida, Key West, y con el mismo destino, Cuba. Es este un viaje “histórico y simbólico”, dijo John Hemingway a este periódico. Y con una gran carga de recuerdos y sobre todo esperanza, subrayó, en la nueva era que comenzó entre Estados Unidos y la isla con el anuncio de la normalización de relaciones tras más de medio siglo de antagonismo, el pasado 17 de diciembre.
El periplo, que comenzó el viernes con la partida de la flotilla estadounidense, continuará el lunes con la participación de los nietos del escritor, junto con otro medio centenar de pescadores aficionados norteamericanos, en el Torneo de la Pesca de Aguja “Ernest Hemingway”, que cumple 65 años. A bordo de su amado Pilar, “Papá Hemingway” ganó tres veces seguidas, de 1953 a 1955, el torneo que acabó recibiendo su nombre y en el que estuvo presente, por última vez, en 1960, momento en el que coincidió con Fidel Castro.
En los últimos años, algunos estadounidenses participaron en el torneo cubano -uno de los más antiguos del mundo, según sus organizadores- aunque tuvieron que volar primero a la isla para ello. Han tenido que pasar décadas, y un cambio radical en la política de EE UU hacia Cuba, para que pudieran zarpar -al menos de forma legal, subraya John Hemingway- en sus propios barcos hacia la isla. Un objetivo que ha costado meses de trabajo y burocracia para obtener los permisos del Gobierno estadounidense. Dado que el embargo sigue en pie, se requiere de una licencia especial del Departamento de Comercio tan solo para que un barco parta de EE UU hacia Cuba y pueda regresar. Y otra del Departamento del Tesoro para transportar a personas.
Pero el esfuerzo ha merecido la pena, sostuvo Jeffrey Boutwell, del Latin American Working Group Education Fund, la organización que está detrás de este viaje. “No hay otra persona que simbolice la amistad entre Cuba y EE UU de la forma en que lo hace Ernest Hemingway”, recordó.
La primera visita de los nietos de Hemingway a Cuba, en septiembre del año pasado, sirvió para conmemorar el 60 aniversario del Nobel de Literatura que recibió su abuelo. Además, promovieron el acercamiento entre los pueblos y abogaron por esfuerzos conservacionistas bilaterales con los que esperaban también tender puentes entre Cuba y EE UU. Ocho meses más tarde, y con el 17 de diciembre de por medio, sus deseos empiezan a cumplirse. Falta aún sin embargo la libertad para viajar a Cuba de la que disfrutó Hemingway, recuerdan tanto su nieto como Boutwell. Por ello, este viaje también adquiere ahora un tono reivindicativo que están seguros habría aplaudido el autor de “El viejo y el mar”.
“No solo lo habría aprobado, estoy seguro de que se habría sentido muy indignado ante la idea de que los estadounidenses tuvieran prohibido viajar libremente a Cuba”, afirmó Boutwell. “No importan cuáles pudieran ser las diferencias políticas o los diferentes gobiernos, Hemingway se habría sentido totalmente horrorizado por que el Gobierno estadounidense restringiera a sus ciudadanos los viajes al extranjero”.
El Pais, Spain/ Silvia Ayuso/InternetPhotos/www.thecubanhistory.com
The Cuban History, HOLLYWOOD.
Arnoldo Varona, Editor.