DOUBTS ABOUT THE RETURN OF RAÚL CASTRO TO CATHOLICISM: The Catholic Digest.

“If General is serious about returning to the Church, then it would be one of the most famous conversions of history, at the height of Paul of Tarsus”.

After a recent meeting with Pope Francis at the Vatican, the Commander in Chief of the military regime of Cuba, Raul Castro said: “I will continue to pray and return to church again, if the Pope continues in this line” He added: “I’m not kidding.”

Can this be true? Castro, 83, is at an age in which, often, people think about their eternal destiny. While bearing in mind that he presides over a regime that is not only officially atheist but has persecuted the church for decades, and that the policies carried out are now deeply hostile to the social doctrine of the Church. Alexander writes Lucie-Smith, a Catholic priest, doctor of theology and editor of The Catholic Herald.

With regard to the social doctrine of the Church, where to start. There are many examples that Cuba is the antithesis of what a country should be that doctrine. Take the question of the death penalty. Remember the old story a decade ago in August. Some Cubans, desperate to escape the country, poverty and repression, hijacked a ferry, which unfortunately ran out of fuel before it reached Florida. Three of them were summarily executed by firing squad after a very short and obviously without due process trial. The case is emblematic of the way in which Cuba treats its people.

If the General is serious about returning to the Church, then it would be one of the most famous conversions of history, at the height of Paul of Tarsus. As a lapsed Catholic all you have to do is go to confession. That would be to start! But it would be repudiating the past sixty years or so in the history of Cuba, or more precisely, to repudiate the past six decades of his own personal history, which has been closely linked to the Communist regime. A repudiation may effectively mean not only the end of his participation in the Cuban regime, but the end of the regime itself. The Cuban government has a foundation of their sins support of Castro and his fellow brothers and therefore can not survive without the perpetuation of those sins.

Anyone wishing to return to the Church must renounce sin that has kept him away from the Church. To return to the Church, Castro must recognize and acknowledge that the repression of the past half century is a crime against humanity and against God.

He speaks of prayer: it is encouraging when we pray we see God face to face and shows us a reflection of ourselves, which is often not a pretty picture. To pray is to be driven to change. If Mr. Castro began to pray, he may be driven to change.

Although Castro tells us that is not kidding, the suspicion is that he is playing with us. Men on the verge of repentance and conversion not have much time to the brink. They are driven by the power of the Holy Spirit to lie on Divine Mercy.

If Mr. Castro is playing, the motive was political. The Pope will be visiting Cuba in a few months. The visit will be watched carefully in America. He knows the story of the conversion can attract a lot of attention, attention away from the repressive nature of the Marxist regime. That would be a shrewd political move.

A conversion would be a sign of surrender to the forces of the regime of civility and divinity. But talk of a conversion could simply extend the life of this regime.

Author: Fr.Alexander Lucie-Smith
Alexander Lucie-Smith is a Catholic priest, doctor of moral theology and consulting editor of The Catholic Herald.

Catholic Digest / Trad. Armando de Armas / InternetPhotos.TheCubanHistory.
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor

Parrandas de Remedios. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.

DUDAS SOBRE EL REGRESO AL CATOLICISMO DE RAÚL CASTRO: The Catholic Digest.

“Si el General habla en serio acerca de regresar a la Iglesia, entonces sería una de las conversiones más famosas de la historia, a la altura de Pablo de Tarso”.

Después de una reciente reunión con el papa Francisco en el Vaticano, el General en Jefe del régimen militar de Cuba, Raúl Castro dijo: “Voy a continuar orando y volveré a la Iglesia una vez más, si el Papa continúa en esta línea”, y agregó: “Yo no estoy bromeando”.

¿Puede esto ser cierto? Castro, de 83 años, está en una edad en la que, a menudo, la gente piensa acerca de su destino eterno. Aunque es preciso tener presente que él preside un régimen que no sólo es oficialmente ateo sino que ha perseguido a la Iglesia por décadas, y que las políticas que lleva a cabo actualmente son profundamente hostiles a la doctrina social de la Iglesia. Escribe Alexander Lucie-Smith, sacerdote católico, doctor en Teología y editor de The Catholic Herald.

Con respecto a la doctrina social de la Iglesia, por dónde empezar. Hay muchos ejemplos de que Cuba es la antítesis de lo que en un país debe ser esa doctrina. Tome la cuestión de la pena de muerte. Recuerde esta vieja historia de hace una década en agosto. Algunos cubanos, desesperados por escapar del país, de la miseria y la represión, secuestraron un transbordador, que lamentablemente se quedó sin combustible antes de que llegara a la Florida. Tres de ellos fueron sumariamente ejecutados por un pelotón de fusilamiento, después de un proceso judicial muy corto y obviamente sin garantías procesales. El caso es emblemático de la forma en que Cuba trata a su gente.

Si el General habla en serio acerca de regresar a la Iglesia, entonces sería una de las conversiones más famosas de la historia, a la altura de Pablo de Tarso. Como católico no practicante todo lo que tiene que hacer es ir a confesión. Eso sería para empezar! Pero se trataría de repudiar los últimos sesenta años más o menos de la historia de Cuba, o más precisos, de repudiar las últimas seis décadas de su propia historia personal, que ha estado íntimamente relacionada con la del régimen comunista. Un repudio tal significaría efectivamente no sólo el final de su participación en el régimen cubano, sino el final del propio régimen. El gobierno cubano tiene como fundamento de su sustentación los pecados de los hermanos Castro y sus compañeros y, por tanto, no puede sobrevivir sin la perpetuación de esos pecados.

Cualquiera que desee volver a la Iglesia debe renunciar a los pecados que lo ha mantenido lejos de la Iglesia. Para volver a la Iglesia, Castro tiene que reconocer y admitir que la represión de la última mitad del siglo es un crimen contra la humanidad y contra Dios.

Él habla de la oración: es alentador, cuando oramos vemos a Dios cara a cara y nos muestra un reflejo de nosotros mismos, que a menudo no es un cuadro bonito. Orar es estar impulsado a cambiar. Si el señor Castro comienza a orar, él puede ser impulsado a cambiar.

Aunque Castro nos informa que no está bromeando, la sospecha es que él está jugando con nosotros. Hombres al borde del arrepentimiento y la conversión no tienen mucho tiempo al borde del abismo. Ellos son impulsados por la fuerza del Espíritu Santo para echarse sobre la Divina Misericordia.

Si el señor Castro está jugando, el motivo sería político. El Papa estará de visita en Cuba dentro de unos meses. La visita será observada cuidadosamente en América. Él sabe que la historia de la conversión puede atraer una buena cantidad de atención, una atención lejos de la naturaleza represiva del régimen marxista. Eso sería un movimiento político astuto.

Una conversión sería una señal de la rendición del régimen a las fuerzas de la civilidad y la divinidad. Pero hablar de una conversión podría simplemente extender la vida de ese régimen.

Catholic Digest/Fr.Alexander Lucie-Smith /Trad. Armando de Armas/InternetPhotos.
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor

TheCubanHistory.com Comments

comments