“SONANDO EN CUBA” WAR AGAINST “LOS PAQUETES”.
Reporting Luz Escobar from Havana, Cuba .
The war “package” takes place in many battlefronts. Since the official launch intellectuals diatribes against this illegal compendium of audiovisual productions to national trying to emulate. In line with the imitations it has come to the small screen space Ringing in Cuba, a competition to find the best performer of Cuban music. A lot of foreign production and some new.
Directed by Rudy Mora, the program seeks to compete with one of the most popular areas of the underground market. As it has emerged in the country in an imitation of Wikipedia Ecured and a substitute for Coca Cola in Tropi Cola, a local contender now it stands for Voice and Idol. The challenge lies in a contest so resemble as closely as possible to their foreign brethren, at the same time is a hallmark of Cuban identity that sets you apart.
Passion, sadness for not classified and tachycardia that produces be discovering a talent are some of the emotions that this Big Brother appeals made in Cuba. The musical contest were initially presented over 900 candidates from across the country, willing to splurge voice and charisma to rise with such favor with the jury. Only 16 were accepted by a court comprising known figures as Jenny Valdés, Leo Vera and Paulo FG.
The program participation, which only just sneak into the summer program, wants to highlight the Cuban musical offerings above the tide of foreign music heard everywhere on the island. Ringing in Cuba is not only an adversary of talent shows that are consumed outside state control, but tries to confront the epidemic of reggaeton that seems endless.
No voting by telephone calls to decide who will and who will not, the new space does not reproduce the participation squander their predecessors. Selected participants are the stars of the show and are subject to the evaluation of a jury with the very popular Laritza Bacallao, with Moses Valle, Yumurí, and Emilio Frias Child. Unfortunately, in this emulator of The Voice, the public does not look or give color. No voting by telephone calls to decide who will and who will not, the new space does not reproduce the participation squander their predecessors.
The 16 chapters of the contest are already recorded and well recorded. Its director has said in a recent interview with official media that was inspired by “old Cuban tradition in this type of space, remember: Everybody sing, to dance, 9550, looking for the sonero, many years ago the Supreme Court of Art and very recently Revelation TV “, although he also acknowledged that had well near the influence of The Voice in all its forms and Operacion Triunfo, among many.” The creator has not proposed innovate but reproduce, tracing rather than risk creating a path own.
Perhaps that is the best worship given to render the package since become the benchmark, target and model. Hence dependent or at least they think their producers-the audience on Sunday night approach to national programming, rather than consuming the series, soap opera or reality show usual through a USB memory connected to the computer or to the TV.
The bright and airy scenery is one of the achievements of this aesthetic creature tropicalized. A Descent Into the majority of Cuban productions, which are characterized by impersonal funds, cardboard and props, lights suggest that instead of hide and obscure subject. Mora and his team overcome these obstacles and give away a professional image, with the boldness of dissimilar camera shots and the use of small spaces within the large television set.
It was not necessary to copy foreign productions: enough dive into the infinite universe of Cuban music, spontaneity of its people and talent sprouting everywhere.
Previously, the Cuban people had suffered several disappointments in this area. The last one was Revelation TV, where a sloppy and presenters tied to a schematic and formal script decoration predominated. This time “they spent all the” in the words of a spectator on Sunday fired by mistake TV at that time and was charmed by “such brilliance and transparency”, never seen on the small screen Cuba.
The young actor Luis Carlos manages smoothly and convincingly as presenter of space. The participation of Cuban music greats like Jose Luis Cortes, Puppy Pedroso, Giraldo Piloto, Lazaro Valdes, Manolito Simonet, Adalberto Alvarez, Candido Fabre and Samuel Formell in the role of godparents of competitors, has endorsed the vocal and interpretative quality competition.
However, the sights are set on the prize. Public recognition, tablet “next generation” containing Cuban music of the past ten years and the possibility of recording an album with ten songs of the national repertoire, make any participant brings out the best. Well above the usual key chains, caps, jam and cans of soda with that reward in other competitive areas award.
However, despite their similarities with others, the last creature of RTV Comercial Cuban television achieved relive the thrill of the competition and musical performers make their way loudly. It was not necessary to achieve that goal copying foreign productions: enough dive into the infinite universe of Cuban music, spontaneity of its people and talent sprouting everywhere.
14YMedio / Luz Escobar, Havana / InternetPhotos / TheCubanHistory.com
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor
“SONANDO EN CUBA”, LA GUERRA CONTRA “LOS PAQUETES”.
Reportaje de Luz Escobar desde La Habana, Cuba.
La guerra contra “el paquete” se disputa en muchos frentes de batalla. Desde los intelectuales oficiales que lanzan diatribas contra este compendio ilegal de audiovisuales, hasta las producciones nacionales que intentan emularlo. En la línea de los remedos ha llegado a la pantalla chica el espacio Sonando en Cuba, un concurso para buscar al mejor intérprete de la música cubana. Una producción con mucho de foráneo y poco de novedoso.
Bajo la dirección de Rudy Mora, el programa busca competir con uno de los espacios más populares del mercado underground. Como mismo ha surgido en el país una imitación de Wikipedia en Ecured y un sustituto de la Coca Cola en Tropi Cola, ahora se erige un contendiente local para La Voz y para Operación Triunfo. El reto de un certamen así radica en parecerse lo más posible a sus hermanos extranjeros, a la par que encuentra cierto sello de cubanidad que lo diferencie.
Pasión, tristeza por los que no clasifican y la taquicardia que produce estar descubriendo un talento son algunas de las emociones a las que apela este Big Brother made in Cuba. Al concurso musical se presentaron inicialmente más de 900 candidatos procedentes de todo el país, dispuestos a derrochar voz y carisma con tal de alzarse con el favor del jurado. Solo 16 fueron aceptados por un tribunal que integran reconocidas figuras como Jenny Valdés, Leo Vera y Paulito FG.
El programa de participación, que apenas acaba de colarse en la programación de verano, quiere resaltar las propuestas musicales cubanas por encima de la marea de música foránea que se escucha por doquier en la Isla. Sonando en Cuba no es sólo un adversario de los talent shows que se consumen fuera del control estatal, sino que trata de plantar cara a la epidemia de reggaetón que parece no terminar nunca.
Sin votaciones por teléfono, llamadas para decidir quién sí y quién no, el nuevo espacio no logra reproducir la participación que derrochan sus antecesores. Los participantes seleccionados son los protagonistas del espectáculo y están sometidos a la evaluación de un jurado con la popularísima Laritza Bacallao, junto a Moisés Valle, Yumurí, y Emilio Frías el Niño. Lamentablemente, en este émulo de The Voice, el público no pinta ni da color. Sin votaciones por teléfono, llamadas para decidir quién sí y quién no, el nuevo espacio no logra reproducir la participación que derrochan sus antecesores.
Los 16 capítulos que componen el concurso ya están grabados y bien grabados. Su director ha asegurado en una reciente entrevista a medios oficiales que se inspiró en “la vieja tradición cubana en este tipo de espacios, recordemos: Todo el mundo canta, Para bailar, 9550, Buscando el sonero, mucho años atrás La Corte Suprema del Arte y muy recientemente Revelación TV”, aunque también reconoció que ha tenido bien cerca la influencia de La Voz en todas sus variantes y Operación Triunfo, entre muchos”. El creador no se ha propuesto innovar sino reproducir, calcar antes que arriesgarse a crear un camino propio.
Quizás sea ese el mejor culto que se le pueda rendir al paquete, convertido ya en referente, objetivo y modelo. De ahí depende –o al menos eso creen sus productores– que la audiencia se acerque el domingo en la noche a la programación nacional, en lugar de consumir la consabida serie, telenovela o reality show a través de una memoria USB conectada a la computadora o al televisor.
La escenografía amplia y bien iluminada es uno de los logros de esta criatura estética tropicalizada. Una asignatura pendiente en la mayor parte de las producciones cubanas, que se caracterizan por los fondos impersonales, de cartón y atrezo, con luces que en lugar de sugerir esconden y opacan. Mora y su equipo superan esos escollos y regalan una imagen profesional, con el atrevimiento de disímiles tiros de cámaras y la utilización de pequeños espacios dentro del gran set televisivo.
No era necesario copiar producciones foráneas: bastaba sumergirse en el infinito universo de la música cubana, de la espontaneidad de su gente y del talento que brota por doquier
Con anterioridad, el público cubano había sufrido varias decepciones en este terreno. La última de ellas resultó Revelación TV, donde predominaba una decoración chapucera y presentadores atados a un guión esquemático y formal. Esta vez “se la gastaron toda” al decir de un espectador que el pasado domingo encendió por equivocación la televisión a esa hora y se quedó prendado de “tanta brillantez y transparencia”, nunca vista en la pantalla chica cubana.
El joven actor Carlos Luis se las arregla de manera fluida y convincente como presentador del espacio. La participación de grandes de la música cubana como José Luis Cortés, Puppy Pedroso, Giraldo Piloto, Lázaro Valdés, Manolito Simonet, Adalberto Álvarez, Cándido Fabré y Samuel Formell en el rol de padrinos de los competidores, ha avalado la calidad vocal e interpretativa del concurso.
Sin embargo, la mirada está puesta en el premio. El reconocimiento del público, una tableta “de última generación” que contiene música cubana de los últimos diez años y la posibilidad de grabar un disco con diez canciones del repertorio nacional, hacen que cualquier participante saque lo mejor de sí. Un galardón muy superior a los consabidos llaveros, gorras, confituras y latas de refresco con el que premian en otros espacios competitivos.
No obstante, a pesar de sus parecidos con otros, la última criatura de RTV Comercial logra que la televisión cubana vuelva a vivir el vértigo de la competencia musical y de los intérpretes que se abren camino a viva voz. No era necesario para alcanzar ese objetivo copiar producciones foráneas: bastaba sumergirse en el infinito universo de la música cubana, de la espontaneidad de su gente y del talento que brota por doquier.
14YMedio / Luz Escobar, Havana / InternetPhotos / TheCubanHistory.com
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor