CUBA-SPAIN: THE “CUBAÑOLES” ARE GOING TO THE POLLING PLACES. .
Accustomed to long lines “close to make them died” Magdalena arrived last Wednesday at five in the morning to the Embassy of Spain in Havana. At that time he found one elector for the elections of the Parliament of the peninsular country, although there was a long line to apply for a visa. A few dozen cubañoles and Spanish residents on the Island arrived on the scene during the day to put his ballot at the polls.
According to the National Statistics Institute (INE), current as of January 2015, 119,662 Spaniards residing in Cuba. The vast majority are Cubans who obtained citizenship through the Law of Historical Memory, known as the law of grandchildren, who are popularly known as cubañoles. Only in 2014, they reached about 5,618 national community passport through that route.
However, the number of cubañoles that could effect their vote in the elections this Sunday has been negligible. Bureaucratic obstacles, inefficient mail service in Cuba and little internet access, weighed exercising the right to vote among these citizens. This situation has worsened because the current Spanish law requires “Pray the vote” at consulates and fill cumbersome procedures before placing the ballot in the ballot box.
In 2011, the government of Jose Luis Rodriguez Zapatero of the Spanish Socialist Workers Party (PSOE), introduced important changes to the Organic Law 5/1985 on the General Election System of the country. In the vote on Sunday it is expected to go out to vote more than 1.8 million Spaniards living abroad by the constraints of the current procedure.
However, some cubañoles, as Ignacio Carmenate managed to do the paperwork in time to cast their vote. The son of immigrants, this pensioner considered to have “some experience in this to come to vote,” because it made Spanish citizens “for more than 20 years ago.” In line outside the consulate on Wednesday he was seen with a smile and a hat that proclaimed in large letters “NY”.
To Carmenate it has not been as complicated registration in the Electoral Census of Absent Residents Abroad (CERA) that lives in Havana. This is a formality at least two months to be done before the official announcement of elections and that it is a headache for residents in the hinterland. He said to have made doubly motivated because it receives financial assistance from Spain in retirement and believes that “the least I can do is meet this civic duty.” While acknowledging that has “bad shot” because “I have never voted for the winners who then leave”.
The cubañoles already registered in the CERA had to approach the consulate between 2 and 9 November to review the lists of voters and make claims for errors in their data. Only then could ask “prayed vote” and receive ballots through the mail, in a country where the cards can take weeks or months to reach its destination.
Suspicious and fearful of giving an opinion “exit poll” most cubañoles who exercised their vote on Wednesday rather not discuss their electoral preferences. For many, like the case of the early bird Magdalena, it was the electoral debut after its recent nationalization. “I’m very nervous,” she kept repeating in line to access the box.
The low number of voters who attended during the day is not only determined by the cumbersome bureaucracy. An unknown number, but it could be thousands of cubañoles, is located outside the island enjoying the possibility of not requiring a visa to enter countries like the United States, including within the Schengen area and most of the nations of America America.
“This passport is a letter of freedom,” says Ramon sailor, but even that certainty has led to the polls. “The truth is I’m not used to choose” he concludes.
14ymedio / Zunilda Mata, Havana / Excerpts/ InternetPhotos / TheCubanHistory.com
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor.
CUBA-ESPAÑA: LOS “CUBAÑOLES” VAN A LAS URNAS ELECTORALES.
Acostumbrada a hacer cola “hasta para morirse”, Magdalena llegó el pasado miércoles a las cinco de la madrugada a la Embajada de España en La Habana. A esa hora no encontró un solo elector para los comicios de las Cortes Generales del país peninsular, aunque sí una larga fila para solicitar visado. Unas pocas decenas de cubañoles y españoles residentes en la Isla arribaron al lugar durante la jornada para colocar su boleta en las urnas.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), actualizados hasta enero de 2015, en Cuba residen 119.662 españoles. La gran mayoría son cubanos que obtuvieron la nacionalidad a través de la Ley de Memoria Histórica, conocida como ley de nietos, quienes son conocidos popularmente como cubañoles. Sólo en el año 2014, unos 5.618 nacionales alcanzaron el pasaporte comunitario a través de esa vía.
Sin embargo, el número de cubañoles que ha podido efectuar su voto para las elecciones de este domingo ha sido ínfimo. Los obstáculos burocráticos, la ineficiencia del servicio de correo en Cuba y el poco acceso a internet, lastraron el ejercicio del derecho al sufragio entre estos ciudadanos. Una situación que se ha agravado porque la actual legalidad española obliga a “rogar el voto” en los consulados y cumplimentar engorrosos trámites antes de colocar la boleta en la urna.
En 2011, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), introdujo importantes modificaciones en la Ley Orgánica 5/1985 del Régimen Electoral General de ese país. En los sufragios de este domingo se calcula que se queden sin votar más de 1,8 millones de españoles residentes en el extranjero por las limitaciones que impone el actual procedimiento.
No obstante, algunos cubañoles, como Ignacio Carmenate lograron hacer los trámites a tiempo para ejercer su voto. Hijo de inmigrantes, este pensionado considera tener “alguna experiencia en esto de venir a votar”, pues se hizo ciudadano español “desde hace más de 20 años”. En la fila a las afueras del consulado este miércoles se le veía con una sonrisa y una gorra que en letras grandes proclamaba “Nueva York”.
Para Carmenate no ha sido tan complicado la inscripción en el Censo Electoral de Residentes Ausentes en el Extranjero (CERA) porque vive en La Habana. Se trata de un trámite que debe hacerse al menos dos meses antes de la convocatoria oficial de elecciones y que resulta un dolor de cabeza para quienes residen en el interior del país. Dice haberlo realizado doblemente motivado porque recibe desde España una ayuda económica como jubilado y considera que “lo menos que puedo hacer es cumplir con este deber cívico”. Aunque reconoce que tiene “mala puntería” porque “nunca he votado por los que luego salen ganadores”.
Los cubañoles ya inscritos en el CERA tuvieron que acercarse al consulado entre los días 2 y 9 de noviembre para revisar las listas de electores y realizar reclamaciones por errores en sus datos. Sólo entonces pudieron pedir el “voto rogado” y recibir las papeletas electorales a través del correo regular, en un país donde las cartas pueden tardar semanas o meses en llegar a su destino.
Desconfiados y temerosos de dar una opinión a “boca de urna”, la mayoría de los cubañoles que ejercieron su voto este miércoles preferían no comentar sus preferencias electorales. Para muchos, como el caso de la madrugadora Magdalena, era el estreno electoral después de su reciente nacionalización. “Estoy muy nerviosa”, no paraba de repetir en la cola para acceder a la urna.
El bajo número de los electores que asistió durante la jornada no sólo está determinado por los engorrosos trámites burocráticos. Una cifra indeterminada, pero que podría ser de miles de cubañoles, se encuentra fuera de la Isla disfrutando de la posibilidad de no necesitar visado para entrar a países como Estados Unidos, los incluidos dentro del espacio de Schengen y la mayoría de las naciones de América Latina.
“Este pasaporte es una carta de libertad”, comenta Ramón el marinero, pero ni siquiera esa certeza lo ha llevado a las urnas. “La verdad, es que no estoy acostumbrado a elegir”, concluye.
14YMedio/Zunilda Mata, La Habana/Extractos/InternetPhotos/TheCubanHistory.com
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor.