CUBA, VENEZUELA AND THE GOOD AMERICAN.
After teaching your muscles, the real battle between the legislative and the Venezuelan Supreme Court Justice is a matter of days or weeks. By denying the executive the economic emergency decree which perhaps would solve nothing but complicate the socio-political environment, opposition of Chavez should expect a new legalistic maneuvers to disqualify. Only the backdrop to the coliseum-national assembly is not stimulating: the barrel of oil below $ 30, and lowering the disaster drag all political actors in free fall into the abyss.
When writing the word abyss that speech of President Raul Castro recalled when describing the need for alternatives to the Cuban immobility, he said that years ago were dangerously skirting the precipice, and that failure to rectify certain policies, fall losing everything he had fought generations. He was referring, no doubt, the deterioration of the whole industry and the Cuban countryside, and the inability to survive without Venezuelan oil, as neither remittances abroad or services or tourism would be palliative to a bankrupt economy.
In those days and the economic and political situation in Venezuela deteriorated, the presumed oil shortening gift. Specialists and for nothing clumsy or uninformed, Cuban intelligence also handled other data: the likely entry of US oil market; the smooth running of the agreement with Iran, another heavyweight in oil production; the forthcoming negotiations of the Cuban debt to the Paris Club.
The rapprochement between the US and Cuba, which surreptitiously, almost like a conspiracy, dismissed congressmen and hundreds of opponents on both sides … it was an intelligence operation triangulated with the best and oldest intelligence service, the Vatican? Was an agreement at the highest level that suggests that, once again, that the enemies have never been hostile backstage? Was a new pact between neighbors, 53 years Missile Crisis, now could be called Black Gold?
It seems that once again the Castro regime has relied on the “good” American to survive and stay in power. I speak of the average American, essentially trusting person, kind and to that extent, at first it seems easy to confuse and persuade. The American child who has been educated in a bubble where the flag and reverence for the founding fathers is beyond all doubt the love of country. The US trained from tiny based on reward and punishment no excuses, and pragmatism, as their language, simple, direct, unadorned. The Americanito for whom the red light is simply stop and wait, even if not cars.
The average American youth of today have grown up watching their parents break his back in two and three jobs, and live in a decent house, with the possibility of having their own car; nobody prevents freedom of movement, association, assembly and religion. It is the young who can work at an early age, and his money, splurging without being accountable to anyone, not even their own parents for which there is a time when children must leave home for good.
The adult American is almost always sanote. Their Sunday lag between church and football, and sometimes, just sometimes, with a barbecue in the courtyard, shared with a few friends and hardly any neighbor. He is a simple man, it would seem with primary culture, very local. Everyone is for him its surroundings a few miles around, and he did not lose sleep. For him, the major television networks always tell the truth as taught in schools, and there is always hope of improving it go lucky lottery winners with trips miserable and unknown, touched by fame pedestrian contests.
It is that good American who two million Cubans must, as the poet, survival. But it is also the American who leads Castroism manipulating half a century. And no one can say that the Government and people are different things for the people themselves vote for their representatives. It is these people who would slipped Camarioca, Mariel, Guantánamo and the new “thing” that nobody even manages to define. It is the same American who was intended to convince the wasps were innocent watchdogs. The American universities, research centers and professional organizations where blocking-action of war is said and not yet -castigo lower. The northerner who are buying the idea that the Cuban is an economic migrant as anybody else, and not a political refugee. And they have been led to believe some congressmen and businessmen, serious people, the Cuban government is changing, and that will give investment guarantees and pay their debts.
They would be very serious -and good- Cubans on the island this time seeking to do business with Americans. They should not forget that the only thing you can not touch the northern, however good it is, is the pocket. They can deceive -expropiar- once, but not twice. They may not ask for and do not reimburse him learn very quickly; and not return to the same mistake because they have not learned to lose.
When an American you touch the ticket, the face is sour, the monstrous depths of the Apostle are speaking. But how bad can become good Americans when they are not cheats or betrays this article. That we have read enough in the Cuban press half a century.
Agencies / DDC / Francisco Almagro, Miami / Internet Photos / TheCubanHistory.com
The Cuban History / HOLLYWOOD.
Arnoldo Varona, Editor.
CUBA, VENEZUELA Y EL ‘AMERICANO BUENO’.
Después de haber enseñado sus músculos, la batalla real entre el Legislativo y el Tribunal Supremo de Justicia venezolanos es cuestión de días o semanas. Al negarle al Ejecutivo el decreto de emergencia económica —que tal vez nada iba a resolver sino complicar más el ambiente socio-político—, la oposición debe esperar del chavismo una nueva maniobra leguleya para descalificarla. Solo que el telón de fondo en el coliseo-asamblea nacional no es nada estimulante: con el barril de petróleo a menos de 30 dólares, y bajando, la catástrofe puede arrastrar a todos los actores políticos en caída libre al abismo.
Al escribir la palabra abismo se recuerda aquel discurso del presidente Raúl Castro cuando, para describir la necesidad de alternativas al inmovilismo cubano, dijo que hacía años estaban bordeando peligrosamente el precipicio, y que de no rectificar ciertas políticas, caerían perdiendo todo por lo que habían luchado generaciones. Se refería, sin duda, al deterioro de toda la industria y el campo cubanos, y a la imposibilidad de sobrevivir sin el petróleo venezolano, pues ni las remesas, ni los servicios al exterior o el turismo serian paliativos a una economía en bancarrota.
Por aquellos días ya la situación económica y política de Venezuela se deterioraba, con el presumible acortamiento de la dádiva petrolera. Los especialistas y la inteligencia cubana, para nada torpes o desinformados, manejaban también otros datos: la probable entrada al mercado petrolero de los norteamericanos; la buena marcha del acuerdo con Irán, otro peso pesado en la producción de crudo; las próximas negociaciones de la deuda cubana con el Club de París.
El acercamiento entre Estados Unidos y Cuba, que de forma subrepticia, casi como un complot, desestimó a congresistas y a cientos de opositores de ambos bandos… ¿fue una operación de inteligencia triangulada con el mejor y más antiguo servicio de inteligencia, el Vaticano? ¿Fue un acuerdo al más alto nivel que hace sospechar, una vez más, que los enemigos nunca han sido tan hostiles tras bambalinas? ¿Fue un nuevo pacto entre vecinos, a 53 años de la Crisis de los Misiles, que ahora pudiera llamarse del Oro Negro?
Todo parece indicar que una vez más el castrismo ha confiado en el americano “bueno” para sobrevivir y mantenerse en el poder. Hablo del norteamericano medio, persona esencialmente confiada, bondadosa y en esa misma medida, al principio parece fácil de confundir y persuadir. El americano que de niño ha sido educado en una burbuja donde al amor al país, a la bandera y la reverencia a los padres fundadores está más allá de toda duda. El norteamericano entrenado desde pequeñito en base al premio y al castigo sin excusas, y al pragmatismo, como su idioma, simple, directo, sin adornos. El americanito para quien la luz roja es sencillamente detenerse y esperar, aunque no vengan automóviles.
El joven americano medio de hoy ha crecido viendo a sus padres partirse el lomo en dos y tres trabajos, y vivir en una casa decente, con la posibilidad de tener automovil propio; que nadie impida su libertad de movimiento, de asociación, reunión y religión. Es el joven quien a temprana edad puede trabajar, y con su dinero, darse gustos sin rendirle cuentas a nadie, ni siquiera a los propios padres para los cuales hay un tiempo en el cual los hijos deben abandonar el hogar para siempre.
El americano adulto es casi siempre sanote. Su domingo transcurre entre la iglesia y el fútbol, y a veces, solo a veces, con un asado en el patio, compartido con pocos amigos y casi ningún vecino. Es un hombre simple, diríase con cultura primaria, muy local. Todo el mundo es para él su entorno a pocas millas alrededor, y eso no le quita el sueño. Para él, las grandes cadenas de televisión siempre dicen verdades como las enseñadas en las escuelas, y siempre hay esperanza de mejorar pues salen afortunados en la lotería, miserables premiados con viajes y desconocidos, tocados por la fama en concursos pedestres.
Es a ese americano bueno a quien dos millones de cubanos debemos, como diría el poeta, la sobrevida. Pero es también el americano a quien el castrismo lleva manipulando medio siglo. Y no cabe decir que el Gobierno y el pueblo son cosas distintas pues el pueblo sí vota por sus representantes. Es a ese pueblo a quien le colaron Camarioca, Mariel, Guantánamo y esta nueva “cosa” que nadie aún atina a definir. Es el mismo americano a quien se pretendió convencer de que las Avispas eran inocentes perros guardianes. El americano de las universidades, los centros de investigaciones y las organizaciones gremiales donde se dice bloqueo —acción de guerra— y no embargo —castigo menor. El norteño que está comprando la idea de que el cubano es un emigrante económico como cualquier hijo de vecino, y no un refugiado político. Y también le han hecho creer a algunos congresistas y hombres de negocio, personas serias, que el Gobierno cubano está cambiando, y que va a dar garantías de inversión y pagar las deudas contraídas.
Ojalá sean muy serios —y buenos— los cubanos de la Isla que pretendan esta vez hacer negocios con los americanos. No deben olvidar que lo único que no se le puede tocar al norteño, por muy bueno que sea, es el bolsillo. Lo podrán engañar —expropiar— una vez, pero no dos veces. No podrán pedirle y no resarcirle pues aprende muy rápido; y no vuelve al mismo error porque no lo han enseñado a perder.
Cuando a un norteamericano le tocas el billete, la cara se le agria, se ven las monstruosas entrañas de que hablaba el Apóstol. Pero de cuan malos pueden hacerse los americanos buenos cuando se les engaña o traiciona no trata este artículo. De eso hemos leído bastante en la prensa cubana hace medio siglo.
Agencies/DDC/Francisco Almagro, Miami/Internet Photos/TheCubanHistory.com
The Cuban History/ HOLLYWOOD.
Arnoldo Varona, Editor.