THE NEVER ENDING MARKET OF THE “MULAS ” IN CUBA.
In a notebook, Romelio detailed scores of orders that several customers have done for his next trip to Cuba . From smartphones, tablets , laptops, flat screen televisions and video games to exclusive clothing .
Have already agreed beforehand the price and brand. A week Romelio returns with the order. In the home of a user of Diez de Octubre municipality has just delivered a 42 -inch , purchased for $ 267 in a nearby market to the Panama Canal . In habanero customer sells 550 convertible pesos ( CUC) , a little over $ 600.
” On every trip I bring three TVs , video games and as many as ten smart phones. Working on a signature and usually travel twice a month . There are customs regulations on importing TVs , cookers and washing machines. But under the table, when you passed a hundred dollar bill to the customs , the man looks away , “says the businessman.
According to his account , in a container has a square meter to bring things . For that space pays 250 pesos , 10 CUC , once a year .
” I import according to the needs of my clients, appliances, LED lights, tile floors. Ask for ‘ mule ‘ I reported on every trip , excluding the customs payments and bribes two thousand cuc clean of dust and straw , “says Romelio .
Not only dozens of Cuban residents in Florida are dedicated to decant with textile or industrial trash. Entrepreneurs , buyers, intellectuals, doctors , pilots and flight attendants, among other Cuban citizens , engaged in illegal import of items per orders way .
Despite paying high customs duties, the business benefits succulent leaves . Yanelis , stewardess , besides serving drinks and sandwiches to passengers of Cubana de Aviación, the last six years she has imported appliances, clothes and quality cosmetics .
“With the money I earned rode a paladar , I bought an apartment in Vedado and I could fix the house my mother and my brothers ,” says the attendant .
None of these ‘ mules ‘ are concerned the new bans on individuals who sell clothing and hardware, and that will force hundreds of small businesses close on 31 December. While the state will hold exaggerated prices on their merchandise will always be fertile ground for business.
Paul , economist, believes that due to the usual shortages and soaring above all road taxes – from 240 to 400 % – with which the government taxes the offered goods in hard currency , there will be importing contraband.
“I estimate that the couriers of the island , Cubans living in the United States, Europe or Latin America, and donors who work abroad, moving three to four billion dollars annually in goods. The mules are a kind of mice , steady and industrious , ranging disrupting the trade embargo and abuses practiced by Cuban authorities , “argues economist .
Osniel , owner of a candy business , he bought Romelio flat screen TV to give to his wife. According Osniel , ” many owners of cafes, bars and acquired tastes LED lights, TVs and drinks through couriers , either Miami or Cubans who work in companies . The price between a ‘ mule ‘ and others do not vary too much . And of course it is always cheaper than the state. ”
After leaving the TV home Osniel , Romelio check your notebook. Watch the clock : ” I still have to make seven more deliveries . Two televisions , a video game and four Samsung Galaxy . To break the routine , Varadero go one week with my family. ”
In Cuba , like coins , for 55 years cohabiting two economies : the state , unproductive and poorly paid , and the underground , where you can purchase items by catalog Made in USA .
DiarioLasAmericas/LagartoVerde/Ivan Acosta/InternetPhotos
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor
El siempre MERCADO de las “MULAS” en Cuba
En un cuaderno, Romelio anota detalladamente los encargos que varios clientes le han hecho para su próximo viaje. Desde teléfonos inteligentes, tabletas, laptops, televisores de pantalla plana y videojuegos hasta ropa exclusiva.
Ya de antemano ha acordado el precio y la marca. A la semana, Romelio regresa con el encargo. En el domicilio de un usuario del municipio Diez de Octubre, acaba de entregar un televisor de 42 pulgadas, comprada por 267 dólares en un mercado cercano al Canal de Panamá. A su cliente habanero se lo vende en 550 pesos convertibles (CUC), poco más de 600 dólares.
“En cada viaje traigo tres televisores, igual número de videojuegos y hasta diez móviles inteligentes. Trabajo en una firma y suelo viajar dos veces al mes. Existen disposiciones aduanales sobre la importación de televisores, cocinas y lavadoras. Pero por debajo del tapete, cuando usted le pasa un billete de cien dólares al aduanero, el hombre mira hacia otro lado”, cuenta el negociante.
Según su relato, en un contenedor dispone de un metro cuadrado para traer cosas. Por ese espacio paga 250 pesos, 10 cuc, una vez al año.
“Importo de acuerdo a las necesidades de mis clientes: electrodomésticos, luces LED, pisos de cerámica. Hacer de ‘mula’ me reporta en cada viaje, descontando los pagos aduanales y sobornos, dos mil cuc limpios de polvo y paja”, cuenta Romelio.
No solo decenas de cubanoamericanos residentes en la Florida se dedican a trasegar con pacotilla textil o industrial. Empresarios, compradores, intelectuales, médicos, pilotos y azafatas, entre otros ciudadanos cubanos, se dedican de manera ilegal a la importación de artículos por encargos.
A pesar de pagar elevados gravámenes aduanales, el negocio deja beneficios suculentos. Yanelis, aeromoza, además de servir tragos y emparedados a los pasajeros de Cubana de Aviación, desde hace seis años se dedica a importar electrodomésticos, ropa y cosméticos de calidad.
“Con el dinero que he ganado monté una paladar, me compré un piso en el Vedado y pude arreglarle la casa a mi madre y mis hermanos”, expresa la aeromoza.
A ninguna de estas dos ‘mulas’, les preocupa las nuevas prohibiciones a los trabajadores particulares que venden prendas de vestir y artículos de ferretería, y que obligarán a cerrar cientos de pequeños negocios el próximo 31 de diciembre. Mientras el Estado mantenga precios exagerados en sus mercancías siempre habrá terreno fértil para el negocio.
Pablo, economista, opina que debido a la habitual escasez y sobre todo los altísimos impuestos de circulación -entre 240 y 400%- con los cuales el gobierno grava las mercancías ofertadas en moneda dura, siempre habrá importación de contrabando.
“Calculo que las ‘mulas’ de la isla, los cubanos que viven en Estados Unidos, Europa o América Latina, y los cooperantes que laboran en el extranjero, mueven de tres a cuatro mil millones de dólares anuales en mercancías. Las ‘mulas’ son una especie de ratones, constantes y laboriosos, que van desarticulando el embargo y los abusos comerciales que practican las autoridades cubanas”, argumenta el economista.
Osniel, dueño de un negocio de dulces, le compró a Romelio un televisor de pantalla plana para regalarle a su esposa. Según Osniel, “muchos dueños de cafeterías, bares y paladares adquirimos luces LED, televisores y bebidas mediante las ‘mulas’, ya sean de Miami o cubanos que trabajan en empresas. El precio entre unas ‘mulas’ y otras no varía demasiado. Y por supuesto, siempre es más barato que el Estado”.
Luego de dejar el televisor en casa de Osniel, Romelio revisa su cuaderno. Mira el reloj: “Aún debo hacer siete entregas más. Dos televisores, un videojuego y cuatro Samsung Galaxy. Para salir de la rutina, iré una semana a Varadero con mi familia”.
En Cuba, al igual que las monedas, desde hace 55 años cohabitan dos economías: la estatal, improductiva y mal remunerada, y la sumergida, donde usted por catálogo puede adquirir artículos Made in USA.
DiarioLasAmericas/LagartoVerde/Ivan Acosta/InternetPhotos
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor .