CUBA AUTHORIZING THE FIRST AMERICAN FACTORY IN 50 YEARS.
In a further reflection of the ongoing thaw between the US and Cuba, the Obama administration has authorized the construction of a factory of an American company on the island: a small Alabama company will build an assembly plant up to 1,000 tractors a year will sell to private farmers in Cuba. The approval, which met on Monday, is the first of its kind in half a century.
It will be the first significant US investment in Cuban territory since the communist revolution of 1959, when Fidel Castro took power and nationalized properties and businesses.
Expropriation of property led the US to impose in the sixties an embargo on Cuba, which prohibits trade and business dealings with the island with few exceptions. The embargo, shielded by a complex set of laws, remains in force. You can only repeal the Congress, which holds the majority Republican Party, which is opposed to.
The Treasury Department reported last week to members Horace Clemmons and Saul Berenthal they could assemble their products in the special economic zone in the port of Mariel, driven by the government of Raul Castro to attract foreign investment.
The approval of the license business is part of the new guidelines announced in September by the Obama administration and disempower the embargo. The guidelines allow economic transactions in certain “humanitarian projects” that are related to the “agriculture and rural development to promote an independent activity.” That is, they authorize the export of products that benefit private farmers, as the company plans to make Alabama.
From his first flexibility measures in 2009, Obama has prioritized the development of private enterprise in Cuba. Its aim is to strengthen civil society to promote a democratizing change on the island. The guidelines last September also relaxed telecommunications activities, messaging and transport Cuba. And they allowed those authorized to travel to the island-within the categories permitted by the embargo- Americans can open an account in a Cuban bank.
The purpose of Obama, reiterating his desire to visit Cuba before the end of his term in January 2017, is to shield its opening with Havana of any change of tenant in the White House. Each of the flexibility measures, agreements and meetings of officials strengthen the perception that there is no going back in the approach between the two countries.
The two entrepreneurs Alabama expect to begin manufacturing tractors in Cuba in early 2017. plan to invest between five and 10 million in the plant, initially bringing components from the US and start with a staff of about 30 Cuban employees. Its aim is enlarge to 300 in five years.
“Everyone wants to go to Cuba to sell something. That’s not what we’re trying to do, “Clemmons told the Associated Press. “We are looking at the problem and how we help Cuba solve it believes are the most important problems.”
His partner, Berenthal, was born in Cuba but left the island 16 years. “I have two countries for 60 years they have been in the worst possible terms. Anything I can do to unite the two countries and their people is tremendously satisfying, “he said.
El Pais, Spain / Joan Faus / Internet Photos / Extracts / TheCubanHistory.com
THE CUBAN HISTORY / HOLLYWOOD.
Arnoldo Varona, Editor.
AUTORIZA CUBA LA PRIMERA FÁBRICA NORTEAMERICANA EN 50 AÑOS.
En un nuevo reflejo del continuo deshielo entre Estados Unidos y Cuba, el Gobierno de Barack Obama ha autorizado la construcción de una fábrica de una compañía estadounidense en la isla: una pequeña empresa de Alabama construirá una planta de ensamblaje de hasta 1.000 tractores al año que venderá a granjeros privados en Cuba. La aprobación, que se conoció este lunes, es la primera de ese tipo en medio siglo.
Será la primera inversión significativa estadounidense en territorio cubano desde la revolución comunista de 1959, en que Fidel Castro asumió el poder, y nacionalizó propiedades y empresas estadounidenses.
La expropiación de bienes llevó a EE UU a imponer en los años sesenta un embargo a Cuba, que prohíbe hacer tratos comerciales y empresariales con la isla salvo contadas excepciones. El embargo, blindado por un complejo entramado de leyes, sigue vigente. Solo puede derogarlo el Congreso, en el que ostenta la mayoría el Partido Republicano, que se opone a hacerlo.
El Departamento del Tesoro comunicó la semana pasada a los socios Horace Clemmons y Saul Berenthal que podían ensamblar sus productos en la zona especial económica en el puerto de Mariel, impulsada por el Gobierno de Raúl Castro para atraer inversiones extranjeras.
La aprobación de la licencia a los empresarios se enmarca en las nuevas directrices anunciadas en septiembre por el Gobierno de Obama y que restan poder al embargo. Las directrices permiten transacciones económicas en determinados “proyectos humanitarios” que estén relacionados con el “desarrollo agrícola y rural que promuevan una actividad independiente”. Es decir, autorizan la exportación de productos que beneficien a granjeros privados, como tiene previsto hacer la empresa de Alabama.
Desde sus primeras medidas flexibilizadoras en 2009, Obama ha priorizado el desarrollo de la iniciativa privada en Cuba. Su objetivo es que el fortalecimiento de la sociedad civil promueva un cambio democratizador en la isla. Las directrices del pasado septiembre también relajaron las actividades de telecomunicaciones, mensajería y transporte en Cuba. Y permitieron que aquellos estadounidenses autorizados a viajar a la isla —dentro de las categorías permitidas por el embargo— puedan abrir una cuenta en un banco cubano.
La finalidad de Obama, que reitera su deseo de visitar Cuba antes del fin de su mandato en enero de 2017, es blindar su apertura con La Habana de cualquier cambio de inquilino en la Casa Blanca. Cada una de las medidas flexibilizadoras, acuerdos o reuniones de funcionarios consolidan la percepción de que no hay marcha atrás en el acercamiento entre ambos países.
Los dos empresarios de Alabama esperan empezar a fabricar tractores en Cuba en los primeros meses de 2017. Prevén invertir entre cinco y 10 millones de dólares en la planta, traer inicialmente componentes desde EE UU y empezar con una plantilla de unos 30 empleados cubanos. Su objetivo es ampliarla hasta 300 en cinco años.
“Todo el mundo quiere ir a Cuba a vender algo. Eso no es lo que nosotros estamos tratando de hacer”, dijo Clemmons a la agencia Associated Press. “Estamos mirando el problema y cómo ayudamos a Cuba a solucionar los que considera son sus problemas más importantes”.
Su socio, Berenthal, nació en Cuba pero se marchó de la isla con 16 años. “Tengo dos países que durante 60 años han estado en los peores términos posibles. Cualquier cosa que pueda hacer para unir a los dos países y su gente es tremendamente satisfactorio”, dijo.
El Pais, Spain/ Joan Faus/ Internet Photos/Extractos/TheCubanHistory.com
THE CUBAN HISTORY/ HOLLYWOOD.
Arnoldo Varona, Editor.