RON BACARDÍ COMPANY S.A., SANTIAGO DE CUBA. YESTERDAY AND TODAY.
The most famous production of Santiago de Cuba is rum, and is due to the Bacardi Rum Company S.A. Founded in 1862 by Facundo Bacardi Maso and continued by his descendants, its international projection, growth and legacy, he has given the city the slogan of making the best rum in Cuba. This was, and remains, the largest company within the city boundaries, and was in the national capital.
The Bacardi family did not just business, it was also noted for its cultural city in founding the first museum in Cuba in 1899. Don Emilio Bacardi bought and donated original works acquired in his travels around the world to supply the institution contributions that now bears his name. Don Emilio was a great patriot, prominent in the struggle against Spanish colonialism and, for its prestige, elected the first mayor of the city.
Ron Bacardi units S.A. They are at Peralejo 3 and confiscated to be nationalized the company in 1960. The brand remained in the possession of the family, since since the late 20s had settled abroad. Santiagueras old units have four buildings: the main one for offices and bottling, the distillation, aging vessels and one for storage.
These facilities have undergone changes in management only in half a century of nationalization, for its constructive longevity it is proof of the care shown by the owners in the foundation of the company.
Bacardi name still lingers in some properties: can be blurred way impaired portico of the distillery opened in 1922 on the road to Bacardi in San Pedrito and in the pediment of the building of the distillery.
Aging stores, purchased by Don Emilio in 1921, now called Don Pancho maintain their imposing presence becoming one of the symbols of the city. The company also owned offices and warehouses in Aguilera, near the port, the only place where his iconic logo of the bat remains. These dependencies mean a factory, now closed is installed.
As state property, rum belonged to a number of companies such as ECONLIVI and EMBELI, who tried to impose socialist production goals, regardless of the particular nature of this manufacture. Belongs since 1993 to the corporation Cuba Ron SA and produces rums Havana Club 15, Santiago de Cuba, Varadero and Caney.
The absence of a stable brand has been one of the problems of revolutionary factory, even though the confiscation afforded him the greatest good of the Bacardi: aged reserve 50,000 barrels. The assumption of all brands of the territory with the Revolution, Matusalem, Paticruzao, Castillo and the creation of other substitution -Caney by Bacardi and Santiago Matusalem-, makes the production is limited and maintaining their bouquets particular constituted a challenge.
Each administration has set a strategy: EMBELI (Empresa de Bebidas y Licores) converted facility factory Caney rum, which they considered superior to Bacardi, then used the “secrets” of manufacturing handled by the rum masters who remained in the country . Actually they created in the main building a canteen with his name.
Cuba Ron SA prioritized the Havana Club and Santiago de Cuba, renaming and moving the bar to his mother liquor Havana site where it mixes and bottles to prepare the Aged 15 years. El Caney rum almost disappeared from the domestic market, in the canteen that bore his name not marketed, and its production is directed mainly for export.
With so complicated production, the factory works orders. Cuba Ron is limited to resupply the market, and benefit from the old facilities of storage and is now his main rival and competitor. Neither he has overcome their brands that is still sold as the best rum in the world.
Ironically, Bacardi rum is not known by the new generations of Santiago, though in popular memory the factory continue to hear that name.
The debacle of the beer Hatuey.
Bacardi’s booming late ’20s was also owns an ice factory, a packaging and beer, the latter purchased from the Santiago Brewing Company in 1919 to set up a distillery. In 1927, management decided to use the facilities for the production of a domestic beer, throwing the Hatuey brand. The nationalization took the factory and brand.
Hatuey was a drink enhanced for the domestic market, in fact it was the only cooling with ice blocks ready for consumption. Its popularity grew rapidly coming to occupy 50% of the market before the Revolution.
The factory is located in the neighborhood of San Pedrito, on the road from Bacardi. Much of the legacy infrastructure is still used, though its poor condition is obvious. The lack of investment has led to the devaluation of this beer compared with domestic leading brands: Bucanero and Cristal.
The factory is less than 50% of its production capacity, the investment required is less and “the government requires production but gives nothing”, according to the workers.
Mediocrity due to use of poor quality raw materials, the deteriorating state of facilities and the lack of a bottle factory affect their distribution primarily for consumption in bulk and dispensed. The commercial availability of beer is almost zero, but can easily be bought in the nearby neighborhood of San Pedrito, stolen from the factory, at a price of 25 CUP “the balita”.
“Quality First” slogan with which the Bacardi company prepared its products, does not exist in the revolutionary factory. Drink a Hatuey may be dangerous to health. The large box shaped water bottle Bacardi rum presiding installation is an empty emblem, and the “great beer Cuba” nothing left.
Agencies / DDC / Lourdes Gomez, Santiago de Cuba / Internet Photos / Extracts.
THE CUBAN HISTORY / HOLLYWOOD.
ARNOLDO VARONA, EDITOR.
COMPAÑIA RON BACARDI S.A., SANTIAGO DE CUBA. AYER Y HOY.
La producción más famosa de Santiago de Cuba es el ron, y se la debe a la Compañía Ron Bacardí S.A. Fundada en 1862 por Facundo Bacardí Masó y continuada por sus descendientes, su proyección internacional, crecimiento y legado, le ha conferido a la ciudad el eslogan de la fabricación del mejor ron de Cuba. Esta fue, y continua siendo, la mayor empresa dentro de los limites citadinos, y era de capital nacional.
La familia Bacardí no se limitó a los negocios, se destacó también por sus aportes culturales a la ciudad al fundar el primer museo de Cuba, en 1899. Don Emilio Bacardí compró y donó obras originales adquiridas en sus viajes por el mundo para surtir la institución que hoy lleva su nombre. Fue Don Emilio un gran patriota, destacado en la lucha contra el colonialismo español y, por su prestigio, elegido primer alcalde de la ciudad.
Las dependencias de Ron Bacardí S.A. se encuentran en la calle Peralejo 3 y fueron confiscadas al ser nacionalizada la empresa en 1960. La marca se mantuvo en poder de la familia, pues desde finales de los años 20 se habían establecido fuera del país. Las viejas dependencias santiagueras cuentan con cuatro edificaciones: la principal, para oficinas y embotellado, la de destilación, las naves de añejamiento y una para almacenamiento.
Esas instalaciones han sufrido solo los cambios de gerencia en medio siglo de estatización, pues su perdurabilidad constructiva es muestra del cuidado que mostraron los propietarios en la cimentación de la compañía.
El nombre de Bacardí todavía perdura en algunos inmuebles: puede verse de forma borrosa en el pórtico deteriorado de la destilería inaugurada en 1922 en la carretera de Bacardí, en San Pedrito, y en el frontón del edificio de la destilería.
Los almacenes de añejamiento, comprados por Don Emilio en 1921, ahora denominados Don Pancho, mantienen su presencia imponente constituyéndose en uno de los símbolos de la ciudad. La compañía también era propietaria de oficinas y almacenes en Aguilera, cerca del puerto, único lugar donde se conserva su emblemático logo del murciélago. En estas dependencias se encuentra instalada una fábrica de medias, hoy cerrada.
Como propiedad estatal, la ronera perteneció a una serie de empresas tales como ECONLIVI y EMBELI, que trataron de imponerle metas de producción socialistas, sin tener en cuenta las características especiales de esta fabricación. Pertenece desde 1993 a la corporación Cuba Ron S.A. y produce los rones Havana Club 15 años, Santiago de Cuba, Varadero y Caney.
La ausencia de una marca estable ha sido unos de los problemas de la fábrica revolucionaria, a pesar de que la confiscación le deparó el mayor bien de la Bacardí: la reserva de 50.000 barriles añejados. La asunción de todas las marcas del territorio con el triunfo revolucionario, Matusalem, Paticruzao, Castillo y la creación de otras por sustitución —Caney por Bacardí y Santiago por Matusalem—, hace que la producción sea limitada y que el mantenimiento de sus particulares bouquets constituyera un reto.
Cada administración ha planteado una estrategia: EMBELI (Empresa de Bebidas y Licores) convirtió las instalaciones en la fábrica ron Caney, al que consideraban superior al Bacardí, pues usaron los “secretos” de su fabricación manejados por los maestros roneros que permanecieron en el país. De hecho crearon en el edificio principal una cantina con su nombre.
Cuba Ron S.A. priorizó el Havana Club y el Santiago de Cuba, cambiando el nombre de la cantina y trasladando aguardiente madre hacia sus instalaciones habaneras, donde se mezcla y embotella para la confección del Añejo 15 años. El ron Caney casi desapareció del mercado nacional, en la cantina que llevó su nombre no se comercializa, y su producción está dirigida básicamente a la exportación.
Con tan complicada producción, la fábrica trabaja por pedidos. Cuba Ron se limita a reabastecer el mercado, además de beneficiarse de los almacenamientos y antiguas instalaciones del que es hoy su principal adversario y competidor. Ninguna de sus marcas ha podido superar al que todavía se vende como el mejor ron del mundo.
Irónicamente, el ron Bacardí no es conocido por las nuevas generaciones de santiagueros, aunque en la memoria popular la fábrica se siga conociendo con este nombre.
La debacle de la cerveza Hatuey
La pujante compañía Bacardí de finales de los años 20 era también propietaria de una fábrica de hielo, una de envases y una de cerveza, esta última comprada a la Santiago Brewing Company en 1919 para montar una destilería. En 1927, los directivos decidieron usar las instalaciones para la producción de una cerveza nacional, lanzando la marca Hatuey. La nacionalización asumió la fábrica y la marca.
La Hatuey fue una bebida potenciada para el mercado nacional, de hecho era la única que se enfriaba con bloques de hielo lista para su consumo. Su popularidad creció rápidamente llegando a ocupar el 50% del mercado antes del triunfo revolucionario.
La fábrica se encuentra en el barrio de San Pedrito, en la carretera de Bacardí. Mucha de la infraestructura heredada se sigue utilizando, aunque es evidente su mal estado. La ausencia de inversiones la ha llevado a la desvalorización de esta cerveza en comparación con las marcas líderes nacionales: Bucanero y Cristal.
La fábrica está a menos del 50% de su capacidad productiva, la necesaria inversión no llega y “el Gobierno exige producción pero no da nada”, según los trabajadores.
Su mediocridad debido al uso de materia prima de mala calidad, el deteriorado estado de las instalaciones y la falta de una fábrica de botellas inciden en que su distribución sea fundamentalmente para el consumo a granel y dispensado. La disponibilidad comercial de la cerveza es casi nula, aunque puede comprarse fácilmente en el barrio aledaño de San Pedrito, robada de la fábrica, a un precio de 25 CUP “la balita”.
“La calidad ante todo”, lema con el cual la compañía Bacardí elaboraba sus productos, no existe en la fábrica revolucionaria. Beberse una Hatuey puede resultar peligroso para la salud. La gran caja de agua en forma de botella de ron Bacardí que preside la instalación, es un emblema vacío, y de “la gran cerveza de Cuba” no queda nada.
Agencies/DDC/ Lourdes Gómez, Santiago de Cuba/ Internet Photos/Extractos.
THE CUBAN HISTORY/ HOLLYWOOD.
ARNOLDO VARONA, EDITOR.