– FRAY ANICETO, humble Priest, builder of the largest Basilica of Cuba. + FRAY ANICETO, Humilde Sacerdote, constructor de la mayor Basílica de Cuba.

FRAY ANICETO, HUMBLE PRIEST, BUILDER OF THE LARGEST BASILICA OF CUBA.

Fray Aniceto was the architect and promoter of the Basilica of Jesus de Miramar, dedicated to Christ the King.

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He went to the history of Cuba with the name of Fray Aniceto Mondoñedo adopt in 1912 when he entered the Capuchin Order. But he was born in the episcopal town a January 17, 1896 under the name of Joseph Cabaneiro Anllo.

When he was eleven, he was so impressed by the preaching of two Capuchins who arrived in his native town that decided to direct his life to the priesthood. He was ordained in 1920 and, after studying in Rome, obtained a doctorate in Philosophy and specialized in Exact Sciences.

Months later, the outbreak of the Spanish Civil War, exiled in France where his order appointed delegate of the Committee for Help to the Exiles.

Topped War in 1939, Father Aniceto also took the road of exile and march to Cuba. Initially he settled in Bayamo, one of the oldest cities in the country located in the province of Oriente, near Santiago de Cuba. There he picked up the first of many temples built after the church of Julia.

But soon he was ordered to move to Havana to implement in the Cuban capital a foundation of the Capuchin Order.

And it was there, in Havana, where Father Mondoñedo reached the high time of your life journey for two things: for their involvement and evangelizing work in Havana society; and the foundation and construction of churches and basilicas along and breadth of the country.

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In the latter side of him, as a developer and builder of churches, it highlights the restoration of the temple of Marianao, lifting the New Church of the Savior and, above all, the construction of the Basilica of Jesus de Miramar, located in the middle of Fifth Avenue Havana, the city where he died in 1958.

The cappuccino Mondoñedo had a huge rooted in Cuban society, was a moral reference it and developed a great pastoral and social work. Therefore, the General of the Order of the Capuchins, Father Benigno of St. Hilary Milanes, appointed in 1955 as Custodian of Cuba, ie, Superior of the Capuchin Order on the island three years before his death.

When this took place, acknowledgments to his person and weighing samples were widespread in all sectors of the island. Newspapers glossed his life, his work and his social work. The director of Prensa Libre, Sergio Carbo, wrote: “It was not a priest, absorbed in the liturgy and dogma. Lavishing know, understanding and tolerant of human foibles to understand and forgive. He was an exemplary priest and a good man. ”

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The famous Gaston Baquero, editor of the Journal of Havana, the most important and influential newspaper of Cuba then, said, “We owe endless gratitude. With his silence, his modesty, his desire to be anonymous and pour their energy into products or seeds of faith. ”

For his part, Ambassador of Spain in Cuba, the Marquis de Lojendio, summed up the meaning of his life and work in an article published in the Journal of the Navy on April 24, 1958: “He has erected temples, founded convents, organized pious associations, charities directed on this earth who both wanted and where your body comes to finding the rest after long hard day. He was a builder and as such stone unturned, are raised on Cuban soil his works for his undying memory. ”

But it was, perhaps, the mayor of Havana, Aristide Sosa de Quesada, who left printed the highest praise of Mondoñedo distinguished himself: “I do not remember another person with such beatific sense of humility, with a concept so strict good, with such a wide resignation as generous. ”

Fray Aniceto de Mondoñedo was the largest and monumental builder and promoter of the Basilica of Jesus of Miramar, Cuba, dedicated to Christ the King and served by the Capuchins. It is a temple of Romanesque-Byzantine influence and has a Latin cross, three naves, apse, cruises, barrel vault and dome octagonal base. It was begun in 1946 and completed in 1953.

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The central image is a replica of Jesus of Medinaceli of Madrid and at the ends of the transept has two chapels, one dedicated to the patron saint of Cuba, Our Lady of Charity of Cobre, and the other to St. Anne, mother of the Virgin Maria. But the most singular of the temple is the Via Crucis, with 14 murals displayed on the side walls. They were painted in oil by the Spanish César Hombrados Oñativia with paintings of considerable size for some families who provided funds for the construction of the basilica posed for the different scenes and steps.

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Its pipe organ is also exceptional. It has 5,000 pipes and three consoles and can reach 73 actual records. Another peculiarity of the church is that, outside, the grotto of the Virgin was built in imitation of the famous French grotto of Lourdes. Father Mondoñedo could not see his large fully completed because died in 1958, before the temple was officially inaugurated work.

He died on April 17, 1958 in the surgical medical center of Vedado, in Havana (Cuba) after sixteen months endure for a serious illness.

La Voz de Galicia / Martín Fernández / Internet Photos /Excerpts/ TheCubanHistory.com
THE CUBAN HISTORY / HOLLYWOOD.
Arnoldo Varona, Editor.

CUBA PHOTOS.

CUBA HOY/TODAY:  'Plaza Vieja' en La Habana.

CUBA HOY/TODAY: ‘Plaza Vieja’ en La Habana.

FRAY ANICETO, HUMILDE SACERDOTE, CONSTRUCTOR CAPUCHINO DE LA MAYOR BASÍLICA DE CUBA.

Fray Aniceto fue el artífice y promotor de la basílica de Jesús de Miramar, dedicada a Cristo Rey.

Pasó a la historia de Cuba con el nombre de Fray Aniceto de Mondoñedo que adoptara en 1912 cuando ingresó en la Orden Capuchina. Pero habí­a nacido en la ciudad episcopal un 17 de enero de 1896 con el nombre de José Cabaneiro Anllo.

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Cuando tení­a once años, quedó tan impresionado por la prédica de dos frailes capuchinos que llegaron a su villa natal que decidió orientar su vida al sacerdocio. Se ordenó en 1920 y, tras estudiar en Roma, obtuvo el doctorado en Filosofía y se especializó en Ciencias Exactas.

Meses después, al estallar la Guerra Civil Española, se exilió en Francia donde su Orden lo nombró delegado del Comité Pro Ayuda a los Exiliados.

Rematada la Guerra en el año 1939, el Padre Aniceto emprende también el camino del exilio y marcha a Cuba. Inicialmente se instaló en Bayamo, una de las ciudades más antiguas del paí­s situada en la provincia de Oriente, cerca de Santiago de Cuba. Allí­ levantó el primero de los muchos templos que despues construiría, la iglesia de Julia.

Pero al poco tiempo recibió la orden de trasladarse a La Habana para implantar en la capital cubana una fundación de la Orden Capuchina.

Y fue ahí, en La Habana, donde el Padre Mondoñedo alcanzó la hora alta de su periplo vital por dos cosas: por su implicación y labor evangelizadora en la sociedad habanera; y por la fundación y construcción de iglesias y basílicas a lo largo y ancho de todo el país.

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En esta última faceta suya, como promotor y constructor de iglesias, destaca la restauración del templo de Marianao, el levantamiento de la nueva iglesia del Salvador y, sobre todo, la construcción de la basí­lica de Jesús de Miramar, situada en plena Quinta Avenida en La Habana, ciudad en la que murió en el año de 1958.

El capuchino mindoniense tuvo un enorme arraigo en la sociedad cubana, fue un referente moral de ella y desarrolló un gran trabajo pastoral y social. Por eso, el General de la Orden de los Capuchinos, el Padre Benigno de San Hilario Milanés, lo designó en 1955 como Custodio de Cuba, es decir, Superior de la Orden Capuchina en la isla, tres años antes de su muerte.

Cuando ésta tuvo lugar, los reconocimientos a su persona y las muestras de pesar fueron generalizadas en todos los sectores de la isla. Los periódicos glosaron su vida, su obra y su trabajo social. El director de Prensa Libre, Sergio Carbó, escribió: «No fue un sacerdote más, absorto en la liturgia y el dogma. Sabí­a prodigarse, comprensivo y tolerante sobre las debilidades humanas para entender y perdonar. Fue un sacerdote ejemplar y un hombre bueno».

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El famoso Gastón Baquero, redactor jefe del Diario de La Habana, el más importante e influyente diario de Cuba entonces, dijo: «Le debemos gratitud sin término. Con su silencio, su modestia, con su afán de estar anónimo y volcar su energía en productos o simientes de fe».

Por su parte, el Embajador de España en Cuba, el Marqués de Lojendio, resumió el sentido de su vida y obra en un artí­culo publicado en el Diario de la Marina el 24 de abril de 1958: «Ha levantado templos, ha fundado conventos, organizó asociaciones piadosas, orientó obras de caridad en esta tierra que tanto quiso y en la que su cuerpo viene a encontrar el descanso tras la larga jornada laboriosa. Era un constructor y, como tal, piedra sobre piedra, están levantadas sobre tierra cubana sus obras para recuerdo suyo imperecedero».

Pero fue, tal vez, el propio alcalde de La Habana, Aristide de Sosa de Quesada, el que dejó impreso el mayor de los elogios del ilustre mindoniense: «No recuerdo otra persona con un sentido tan beatífico de la humildad, con un concepto tan estricto del bien, con una renuncia tan ancha como generosa».

Fray Aniceto de Mondoñedo fue el artífice y promotor de la basí­lica de Jesús de Miramar, la más grande y monumental de Cuba, dedicada a Cristo Rey y atendida por los capuchinos. Es un templo de influencia románico-bizantina y tiene planta de cruz latina, tres naves, ábside, cruceros, bóveda de cañón y cúpula de base octogonal. Se empezó a construir en 1946 y se concluyó en 1953.

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La imagen central es una réplica del Jesús de Medinaceli de Madrid y en los extremos del crucero tiene dos capillas, una dedicada a la patrona de Cuba, Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, y la otra, a Santa Ana, madre de la Virgen María. Pero lo más singular del templo es el Viacrucis, con 14 murales desplegados en las paredes laterales. Fueron pintados al óleo por el español César Hombrados Oñativia, con pinturas de tamaño considerable para las que algunas familias que aportaron recursos para la construcción de la basí­lica posaron para las distintas escenas y pasos.

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Su órgano de tubos también es excepcional. Tiene 5.000 tubos y tres consolas y puede alcanzar 73 registros reales. Otra singularidad de la iglesia es que, fuera de ella, se construyó la gruta de la Virgen a imitación de la famosa gruta francesa de Lourdes. El Padre Mondoñedo no pudo ver su gran obra totalmente terminada pues murió en 1958, antes de que el templo fuera oficialmente inaugurado.

Fallece el 17 de abril de 1958 en el centro médico quirúrgico del Vedado, en la Habana (Cuba) después de soportar durante dieciséis meses una grave enfermedad.

La Voz de Galicia/Martín Fernández/Internet Photos/Extractos/TheCubanHistory.com
THE CUBAN HISTORY/ HOLLYWOOD.
Arnoldo Varona,Editor.

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