History of CubaHISTORY of the Garbage Collection and Street Cleaning in Cuba. + HISTORIA de la recogida de Basura y Limpieza de Calles en Cuba.

HISTORY OF THE GARBAGE COLLECTION AND STREET CLEANING OF CUBA.

It took more than two centuries since the arrival in Cuba of the Spanish colonists, so they became aware of the necessity and need to apply hygienic measures in the island. The first and most ancient measures which are known, are attributed to the captains Generales Juan F. Güemes and José de Espeleta. Both of the 18th century.

Güemes, in 1735, was the first who ordered the cleaning of the Havana streets and public places, although with this problems, not resolved really as they were of very limited scope. It was not until more than fifty years later, by an edict mandated Espeleta, dated October 30, 1786, that the colonial authorities did not return again to take into account the plight of cities due to lack of cleaning of the houses and streets.

Cleaning a city like Havana, surrounded by the city walls, overcrowded and unpaved, constituted a problem outside the institutional scope for nearly two centuries. At the end of the 18th in regulation of urban police, queba raises the issue in terms slightly less than utopian, mixing naive tips with severe warnings or impossible to meet threats.

This regulation was intended to manage waste in a city where tenants of the houses by throwing their droppings to the narrow streets that were freely pigs and goats. Horse-drawn carriages, pulled by horses also contributed his own, circulating among animal carcasses, water from latrines and kitchens, debris and garbage that decorated portals and plazas.

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(But)… With the threat of cholera, clean the city ceased to be a secondary problem, and the City Council was forced to prepare a study on public hygiene which was the basis for the new regulation of cleaning of Havana.

But the proposed model was still the old patterns. A contractor for the collection of waste and cleaning of the squares would be responsible, but to pay for their services were used to raise monthly fixed fees imposed on each home and business premises. I can imagine all the comments and discussions that this would cause between the neighbors and merchants, trying to qualify who generated more waste and garbage.

The fee would depend on the “contribution” that each general dirt of the city. A complex system of urbano-sanitarias categories, which is distributing the load represented by the cleaning costs was created.

In January 1833 this new contract had already entered into force, but the real health situation in the city did not change. Mountains of feces and other waste is piling up against the doors of the houses, and this not only constituted a threat to public health, but also endangered the safety of the area, because these improvised landfills were prone to catch fire, endangering own dwellings and premises to its around, what has happened on many occasions.

It is not until the end of the century, in 1898, with the American intervention and change of powers, major general John R. Brooke assumed the Executive function of the island, on behalf of the Ministry of Foreign Affairs of the United States. The temporary Regency of Brooke is who really drives the execution of public works and sanitation on the island.

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AMERICAN INTERVENTION IN THE CLEANLINESS OF STREETS IN CUBA

Opens an era of advancement and reconstruction, improved health, economic, and in every way. Formally, in the years 1898-1902, settled the first Ordinances for the cleaning and collection of waste in our country.

A few weeks after the start of the intervention, in major cities organized and perfected the service of garbage collection and street cleaning. In Havana, Santiago de Cuba, Matanzas and other cities witnessed amazed as an army of sweepers, gauges, builders and public health officials invaded the streets and houses on a massive cleaning campaign.

During those early years of the century, were carried out works for the renovation of the country in which, product of the war of independence of 1895, prevailed the destruction and the unsanitary. The construction of drainage systems, paving streets and campaigns of sanitising with the Elimination of pests puddles and dilapidated housing, as well as the Organization of streets cleaning and garbage collection.

The “civilizing sanitizing” promoted by the military authorities was not limited only to public spaces. Far from it, he crossed the thresholds of the houses to achieve even the most private corners. 1899, to cite only some data, only 10% of the houses, in Havana and Matanzas, they had health services. Sanitary parts were imported in large numbers from the United States and sold at reasonable prices, so that the inhabitants of the city could enter in the “modern era” with renewed hygienic habits.

We have reached the comfort and modernity…

Agencies / Internet Photos/Derubin Jacome/Excerpts/Arnold Varona / TheCubanHistory.com
THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.

CUBA PHOTOS.   Caminando por la calle de San Miguel en la Habana.

CUBA PHOTOS. Caminando por la calle de San Miguel en la Habana.

HISTORIA DE LA RECOGIDA DE BASURA Y LIMPIEZA DE CALLES EN CUBA.

Pasaron más de dos siglos desde que llegaron a Cuba los colonizadores españoles, para que se percataran por primera vez de la necesidad de aplicar medidas de carácter higiénico en la Isla. Las primeras y mas antiguas medidas que se conocen, se atribuyen a los Capitanes Generales Juan F. Güemes y José de Espeleta. Ambas del sigo XVIII.

Güemes, en 1735, fue el primero que ordenó la limpieza de las calles habaneras y parajes públicos, aunque con esto no se resolvieron realmente los problemas, pues eran de alcance muy limitado. No fue hasta más de cincuenta años después, que mediante un edicto ordenado por Espeleta, fechado 30 de octubre de 1786, que las autoridades coloniales no volvieron de nuevo a tener en cuenta los padecimientos de las ciudades por la falta de limpieza de las casas y calles.

Limpiar una ciudad como La Habana, rodeada por la muralla, superpoblada y sin pavimentar, constituyó un problema situado fuera del alcance institucional durante casi dos siglos. Es a finales del XVIII, en un reglamento de policía urbana,queba se plantea el asunto en términos poco menos que utópicos, mezclando ingenuos consejos con severas advertencias o amenazas imposibles de cumplir.

Esta regulación pretendía administrar los desperdicios de una ciudad donde los inquilinos de las casas accesorias lanzaban sus excrementos a las estrechas calles por las que transitaban libremente cerdos y cabras. Los carruajes, tirados por caballos que también aportaban lo suyo, circulaban entre cadáveres de animales, agua de letrinas y cocinas, escombros y basura que decoraban los portales y las plazas.

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(Pero).. Con la amenaza del cólera, limpiar la ciudad dejó de ser un problema secundario, y el Ayuntamiento se vio obligado a preparar un estudio sobre la higiene pública que constituyó la base del nuevo reglamento de limpieza de La Habana.

Pero el modelo propuesto seguía las viejas pautas. Se encargaría un contratista de la recogida de basuras y de la limpieza de las plazas, pero para pagar sus servicios se recurría a la recaudación de cuotas fijas mensuales impuestas a cada vivienda o local de negocios. Puedo imaginar todos los comentarios y debates que esto ocasionaría entre los vecinos y comerciantes, tratando de calificar quien generaba más desperdicios y basuras.

La cuota dependería de la “contribución” que cada uno hiciese a la suciedad general de la ciudad. Se creó un complejo sistema de categorías urbano-sanitarias, mediante el cual se distribuía la carga representada por los gastos de limpieza.

En enero de 1833 este nuevo contrato ya había entrado en vigor, pero la situación sanitaria real de la ciudad no cambió. Montañas de heces y otros desperdicios se acumulaban frente a las puertas de las casas y esto no solo constituía una amenaza para la salud pública, sino también ponía en peligro la seguridad de la zona, porque estos basureros improvisados eran propensos a incendiarse, poniendo en riesgo las propias viviendas y locales a su alrededor, lo que consta sucedió en muchas ocasiones.

No es hasta finales del siglo, en 1898, con la Intervención norteamericana y el cambio de poderes, que el mayor general John R. Brooke asume la función ejecutiva de la isla, en representación de la Cancillería de Estados Unidos. La regencia temporal de Brooke es quien realmente impulsa la ejecución de obras públicas y de saneamiento en la isla.

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INTERVENCIÓN NORTEAMERICANA EN LA LIMPIEZA DE CALLES EN CUBA

Se inicia una era de adelanto y reconstrucción, mejoría sanitaria, económica y en todos los sentidos. De forma oficial, en los años 1898-1902, se establecieron las primeras ordenanzas para la limpieza y recogida de residuos en nuestro país.

A las pocas semanas de iniciada la intervención, en las principales ciudades se organizó y perfeccionó el servicio de recogida de basuras y limpieza de las calles. En la Habana, Santiago de Cuba, Matanzas y otras ciudades presenciaron asombrados como un ejército de barrenderos, medidores, constructores y funcionarios de salud pública invadían las calles y las casas en una gran campaña de higienización.

Durante esos primeros años del siglo, se llevaron a cabo trabajos para el saneamiento del país en el cual, producto de la Guerra de Independencia de 1895, imperaba la destrucción y la insalubridad. La construcción de alcantarillados, la pavimentación de calles y el desarrollo de campañas de higienización con la eliminación de charcos pestilentes y viviendas ruinosas, así como la organización de limpieza de calles y la recogida de basura.

La “higienización civilizadora” promovida por las autoridades militares no se limitó solo a los espacios públicos. Lejos de ello, traspasó los umbrales de las casas para alcanzar incluso los rincones más privados. Hacia 1899, por citar solo algún dato, solo un 10% de las casas, de La Habana y Matanzas, tenían servicios sanitarios. Las piezas sanitarias fueron importadas en gran número de los Estados Unidos y vendidas a precios módicos, a fin de que los habitantes de la ciudad pudieran entrar en la “era moderna” con hábitos higiénicos renovados.

Había llegado el confort y la modernidad…

Agencies/Internet Photos/Derubin Jacome/Excerpts/Arnoldo Varona/ TheCubanHistory.com
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