The Bembé. Party for the amusement of the orishas, belonging to the Yoruba Pantheon gods. At this feast is sung, danced and played different types of percussion instruments.
During a bembé, the Orishas are bless, greeted and implorados that they join the Party riding (possession through the trance) to one of his present priests. This is done through a confluence of song, rhythm and movement, calling the orisha to recognize if same lyric, rhythms and dances which have been interpreted for them perhaps for thousands of years.
The rhythms play an important part in this equation and the drummers practice assiduously for years for playing intricate rhythms properly. This is important because the drums really speak to the Orishas since the yoruba language is tonal, and drums have been tuned so that they touch the different shades of the Yoruba language. For this reason some rhythms never touch unless you are within a religious context or offend the orisha. These rhythms are really prayers to the Orishas, taking each orisha its own rhythms associated with them.
The dance or dance also becomes prayer within the religious context of a bembé. The movements of the dance are the same movements that have been associated with the Orishas for thousands of years.
As with the rhythms played with drums, each orisha has its own dance, Yemaya dance emulates the movement of the waves, that of Oggun cut with a machete, the Oshun represents the way in which she acicala front of the mirror in hand, etc. Therefore, these movements become more in dance prayers that what Western Europeans would refer to a dance.
All that is present in a bembé, whether songs, dances, rhythms and colours used, is part of an intricate fabric of prayers, greetings, prayers and called the orishas, asking them to be present and calling the Orishas that are with us.
The possession through the ‘Trance’ is an important part in this religion. During a bembé or Festival of drums in honor of the orishas, an orisha can be convinced to join the celebration and enter the body of one of the devoted to the orisha priests. It is said that the person is being “assembled” by the orisha, or orisha “has fallen” from heaven to be with us. The songs, rhythms and dances are really an appeal deliberately to the orishas that fall and bless us with their advice, cleaning, and his mere presence. When an Orisha decides to use one of our bodies for a while is, of course, cause for great joy.
The orishas only rarely mounted an aleyo or person that has not been initiated to the priesthood, and on these occasions usually say this person as a person who needs to be initiated into the religion as a priest or Priestess.
This is not imposed on persons, nor is it something demonic as is the case with movies like “The Exorcist”. If someone isn’t ready, the orisha is delicately deterred away until the person is initiated and prepared for such occasion.
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EL BEMBÉ, DIVERSIÓN DE LOS ORISHAS. Videos.
Bembé. Fiesta para la diversión de los orishas, los dioses pertenecientes al Panteón Yoruba. En esta fiesta se canta, se baila y se tocan diversos tipos de instrumentos de percusión.
Durante un bembé los Orishas son alabados, saludados e implorados para que se unan a la fiesta montando (posesión a través del trance) a uno de sus sacerdotes presentes. Esto se hace a través de una confluencia de la canción, el ritmo y el movimiento, llamando al orisha de forma que se reconozca a si mismo en la lírica, ritmos y danzas que han sido interpretados para ellos quizás por miles de años.
Los ritmos juegan una parte importante en esta ecuación y los tamboreros practican asiduamente por años para poder tocar los intricados ritmos correctamente. Esto es importante porque los tambores realmente le hablan a los Orishas debido a que el lenguaje yoruba es tonal, y los tambores han sido afinados de forma que toquen las diferentes tonalidades de la lengua Yoruba. Por esta razón algunos ritmos nunca se tocan a menos que sea dentro de un contexto religioso u ofendería al orisha. Estos ritmos son en realidad rezos a los Orishas, teniendo cada orisha sus propios ritmos asociados con ellos.
El baile o danza también se convierte en oración dentro del contexto religioso de un bembé. Los movimientos de las danzas son los mismos movimientos que han sido asociados con los Orishas por miles de años.
Como sucede con los ritmos que se tocan con los tambores, cada orisha tiene su propia danza, la danza de Yemayá emula el movimiento de las olas, la de Oggún el corte con el machete, la de Oshún representa la forma en que ella se acicala frente al espejo de mano, etc. Por tanto, estos movimientos se convierten más en rezos bailables que lo que los europeos occidentales se referirían como a un baile.
Todo lo que está presente en un bembé, así sea canciones, bailes, ritmos o colores que se usen, forma parte de un intricado tejido de oraciones, saludos, ruegos y llamados a los Orishas, pidiéndoles que estén presentes y llamando a los Orishas para que estén con nosotros.
La Posesión a través del ‘Trance’ es una parte importante en esta religión. Durante un bembé o fiesta de tambores en honor de los orishas, un orisha puede ser convencido a unirse al festejo y entrar al cuerpo de uno de los sacerdotes consagrados a ese orisha. Se dice que la persona está siendo “montada” por el orisha, o que el orisha “ha bajado” del cielo para estar con nosotros. Las canciones, ritmos y bailes son realmente una súplica deliberada a los orishas para que bajen y nos bendigan con sus consejos, limpiezas y su mera presencia. Cuando un Orisha decide usar uno de nuestros cuerpos por un rato es, por supuesto, motivo de gran alegría.
Los orishas solo raramente montan a un aleyo o persona que no ha sido iniciada al sacerdocio, y en esas ocasiones usualmente señalan a esta persona como una persona que necesita ser iniciada en la religión como sacerdote o sacerdotisa.
Esto no se le impone a las personas, ni tampoco es algo demoníaco como en el caso de películas como “El Exorcista”. Si alguien no está listo, el orisha es delicadamente disuadido a alejarse hasta que la persona es iniciada y preparada para semejante ocasión.
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