A great outburst produced the performance in the Havana of the great tenor Italian Enrico Caruso, most not was only of enthusiasm.
It was 1920 when it arose on the stage of the National Theatre an opera season with the presence of Caruso, the most popular singer of the early years of the 20th century, who possessed a powerful voice and great beauty.
Lovers of the “bel canto” were of Manana, as well as those who went to display publicly, and which went to show the last model arrived from Paris…
The season was developing happily. Caruso chose the opera Aida of the composer Giuseppe Verdi for end his performance, as farewell of them Havana, equal that the program of the Television Cuban of the great scene in its theme of closing.
Caruso in Havana with Friends.
The stage was ready. The room was crowded. Enrico ended of sing the second scene of the first Act, when exploded a bomb that shook the theatre.
The public was altered course, but remained in their seats. However, behind the scene ensued the panic. Some musicians ran onto the street, others went with the music elsewhere, all dressed in Egyptian outfits… but… and the great Caruso is where? As Caruso, dress of Radames, the Egyptian, ran quickly along all the walk of the Prado, before it look surprised of them passers-by, that not atinaban to understand because that person dressed so outlandishly, ran as crazy without be pursued by anyone.
Thus it became to the Seville Hotel where he was staying. His career for the habanero prado – can say – was not exactly a “triumphal March” to the Aida.
Agencies/Rad.Encyclopedia/Juan B. Rodriguez/Internet Photos/Arnoldo Varona/TheCubanHistory.com
THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.
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EL TENOR ITALIANO ENRIQUE CARUSO EN LA HABANA.
Un gran arrebato produjo la actuación en La Habana del gran tenor italiano Enrico Caruso, mas no fue solo de entusiasmo.
Corría 1920 cuando se presentó en el escenario del Teatro Nacional una temporada de ópera con la presencia de Caruso, el cantante más popular de los primeros años del siglo XX, que poseía una voz muy potente y de gran belleza.
Su Vida.
Los amantes del “bel canto” estaban de pláceme, así como los que iban a exhibirse públicamente, y las que asistían para mostrar el último modelo llegado de París…
La temporada se fue desarrollando felizmente. Caruso escogió la ópera Aída del compositor Giuseppe Verdi para finalizar su actuación, como despedida de los habaneros, igual que el programa de la Televisión Cubana De la Gran Escena en su tema de cierre.
El escenario estaba listo. La sala estaba abarrotada. Enrico terminaba de cantar la segunda escena del primer acto, cuando estalló una bomba que estremeció el teatro.
El público se alteró naturalmente, pero permaneció en sus butacas. Sin embargo, detrás del escenario cundió el pánico. Algunos músicos corrieron hacia la calle, otros se fueron con la música a otra parte, todos vestidos con trajes egipcios….pero… ¿y el gran Caruso dónde está? Pues Caruso, vestido de Radamés, el egipcio, corría velozmente a lo largo de todo el Paseo del Prado, ante la mirada sorprendida de los transeúntes, que no atinaban a comprender porque aquella persona vestida tan estrafalariamente, corría como loco sin ser perseguido por nadie.
Así llegó hasta el Hotel Sevilla donde se encontraba alojado. Su carrera por el prado habanero -podemos afirmar- no fue precisamente una “marcha triunfal” a lo Aida.
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CUBA HOY/TODAY: La Habana y sus calles.