Olga Moré Jiménez. “Olga La Tamalera”
HABANA MEMORIES: OLGA MORÉ JIMÉNEZ, BETTER KNOWN AS “Olga La Tamalera”. VIDEOS.
Olga Moré Jiménez was born in Cruces, near Cienfuegos, in the province of Las Villas, in 1922. She was known as “Olga la Tamalera”, a nickname alluding to the activity that earned her living, using her cooking skills in the making of Tamales in leaves, that like many in its time sold in the streets to those who wanted to taste this tasty culinary specialty Creole. From this Olga obtained resources to cover her expenses, those required to support her three children and for the needs of her mother, who lived with her.
But in Havana in 1949 those who were engaged in these tasks were men and had to face difficulties because of the novelty of their decision. A woman of strong temperament knew, despite mocking, ironic laughter and some insults of the most opposing, to have their tamales appreciated.
One of Olga’s favorite places for sale was the corner of Prado and Neptuno, and there, next to its can with smoky tamales, its proclamation intrigued the attention of passers-by, more numerous by the “matinees” organized by dance societies In this area habanera.
Olga, lover of the dance, also participated in them with grace of good dancer and became habitual presence in these meetings. Thus he met Félix Reina and José A. Fajardo from the “Fajardo y sus Estrellas” Orchestra and the latter, inspired by the peculiar personality of Olga and his delicious tamales, composed the cha-cha-cha that reached worldwide fame and with which The Aragonese Orchestra renewed today, that lasts, the personage of Olga and its renowned tamales, inscribing them in the history of the traditional Cuban culture.
Http://youtu.be/_E3jbUEPQBA
In the 60s, with the social format imposed from 1959 by the new regime in power, Olga and his tamales disappeared from the streets and people close to Olga said that “I retire before they confiscate the can of Tamales”. The recipe of her rich specialty, known only to her daughter and her husband, was kept by them. But his fame crossed Florida and went into exile, where they resurfaced under the trade names of Tamales Olga and Olga the Tamalera.
Agencies / Armando Araya / Internet Photos / YouTube / Arnoldo Garcia / TheCUbanHistory.com
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RECUERDOS HABANEROS: OLGA MORÉ JIMÉNEZ, CONOCIDA COMO “OLGA LA TAMALERA”.
Olga Moré Jiménez nació en Cruces, cerca de Cienfuegos, en la provincia de Las Villas, en 1922. Fue conocida como “Olga la Tamalera”, sobrenombre alusivo a la actividad conque ganaba el sustento, utilizando sus habilidades para la cocina en la confección de tamales en hojas, que como muchos en su época vendía en las calles a quienes querían saborear esta sabrosa especialidad culinaria criolla. De ello Olga obtenía recursos para cubrir sus gastos, los requeridos para mantener a sus tres hijos y para las necesidades de su madre, que vivía con ella.
Pero en La Habana de 1949 los que se dedicaban a esos quehaceres eran hombres y tuvo que enfrentar dificultades por la novedad de su decisión. Mujer de fuerte temple supo, a pesar de burlas, risas irónicas y algunos insultos de los más opuestos, lograr que fueran apreciados sus tamales.
Olga Moré Jiménez. “Olga La Tamalera”
Uno de los sitios preferidos de Olga para la venta fue la esquina de Prado y Neptuno y allí, junto a su lata con humeantes tamales entonaba su pregón llamando la atención de los transeúntes, más numerosos por las “matinées” organizadas por las sociedades de baile en esta zona habanera.
Olga, amante del baile, también participaba en ellos con gracia de buena bailadora y se hizo habitual presencia en estas reuniones. Así conoció a Félix Reina y a José A. Fajardo de la Orquesta “Fajardo y sus Estrellas” y este último, inspirado por la peculiar personalidad de Olga y sus deliciosos tamales, compuso el cha-cha-cha que alcanzó fama mundial y con el cual la Orquesta Aragón renovó actualidad, que perdura, al personaje de Olga y a sus renombrados tamales, inscribiéndolos en la historia de la cultura tradicional cubana.
En los años 60, con el formato social impuesto a partir de 1959 por el nuevo régimen en el poder, desaparecieron de las calles Olga y sus tamales y cuentan personas cercanas a Olga que ésta dijo “me retiro antes de que me confisquen la lata de tamales”. La receta de sus rica especialidad, sólo conocida por su hija y su esposo, quedó por ellos guardada. Pero su fama atravesó la Florida y llegó al exilio, donde resurgieron con los nombres comerciales de Tamales Olga y Olga la Tamalera.
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