On January 11, 1896, the cry of Viva Cuba Libre! Resounded on the banks of the Júcaro River, on the eastern coast of Isla de Pinos.
The patriotic slogan was sent by a group of Cubans who were serving a sentence on the Isle of Pines, when they met a group of Spaniards who were loading cargo to Balandro Margarita who was about to sail to Batabano. These left their work to flee before the improvised detachment mambí that by all armament carried a scissors divided in two parts owned by the barber Victoriano Guerrero, one of the patriots in plan of evasion.
The insurgents came from the revolutionary group that participated in the insurrectional movement of June 13, 1895 in Havana and were forced to disperse in the plains of Alquizar and San Antonio de los Baños and San Antonio de los Baños, where it was the majority. Many like the young Irene Hernandez and Victoriano Guerrero, hid in a cave of Gabriel, where they were taken and taken prisoners to Havana. Another minor group, formed by Adolfo Vega, Plácido Hernández and Emilio Vargas, was taken prisoner and taken to Guira de Melena and then to the capital as well as Generoso Campos Marquetti, one of the leaders of the liberating movement and Ángel Abascal. Both groups, meeting in the habanera jail, were condemned by the Spanish authorities, and by order of General Arsenio Martínez Campos they were sent exiled to Isla de Pinos.
Plan of evasion preparations
From the first days of their stay in the Island as deportees, 150 in total, they forged their evasion in order to be able to join the Liberating Army that fought in Cuba Libre but the plans were expanding. In these circumstances, Angel Abascal learned that Balandro Margarita was preparing to set sail for Batabano at the jetty of the Júcaro River; Communicated the news to Plácido Hernández, and both together with Rafael Caso, believed that it was the moment they had longed to escape to the island of Cuba and conceived the plan to capture the Margarita and sail in that sloop into the insurgent camps. Most believed the plan outlandish and rejected it. The minority, 11 in total, since Maximo Camero, Pedro Buides, Cristóbal Guevara and Juan Miranda also joined, and they left Nueva Gerona but along the way Emilio Vargas repented, who with a big hug wished them good luck. His companions.
Evasion Plan underway
Before the shout of “Viva Cuba libre” the Spaniards who were taking care of the sloop were driven away leaving only the patron, a sailor and the Mayor of Mar who were forced under threat of death, to set a prow towards the south coast of Pinar del Río. The river was still to be left, for which it was necessary to pass dangerously ahead of a detachment of the Civil Guard. Already at the mouth of the Júcaro, the revolutionaries released the Mayor of Mar and set sail for the island of Cuba.
The persecution
A few hours later the gunboat Almendares and the Protector steamer went in pursuit of the sloop that sailed between the cayería and the bottoms of the Gulf of Batabanó. On January 12, in the afternoon, the Spanish gunboats Almendares and Águila spotted the Margarita that had landed on the lowlands near the mouth of the Guamá River on the coast of Pinar del Rio. In these circumstances the enemy warships began to shoot at the sloop whose occupants threw themselves into the sea to win the coast. From the gunboats they lowered boats full of marines who succeeded in capturing the young Rafael Caso who had been a medical student. The remaining nine patriots managed to outwit the Spanish persecution, and within a few days contacted General Antonio Maceo, Chief of the Invading Army, who said of the brave young rebels: “The most risky expedition that has landed can only be carried out by children or Crazy and the people who have these children should be free ”
Final Destination
According to Plácido Hernández’s account of Justo Carrillo Morales’s “Expediciones Cubanas” (1936), these young people died almost all fighting alongside General Maceo: Angel Abascal and Alderete in the Guillén Prefecture of San Juan and Martínez; Pedro Buides and Orihuela, in the Governor; Juan Miranda and Perez, in the battle of Aura River; Adolfo Vega and Valdivia, in the charge of Paso Real; Irene Hernandez in the fight of Rio Hondo; and, Máximo Camero and Diaz in the Road of Infanta the Public Order killed it; Being alive Cristóbal Guevara and Aragon, Victoriano Guerrero and Plácido Hernández.
Agencies / EduRed / Internet Photos / Arnoldo Varona / TheCubanHistory.com
THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.
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ISLA DE PINOS, CUBA (Hoy Isla de La Juventud) EN LA GUERRA DE LIBERACIÓN DE ESPAÑA.
El 11 de enero de 1896, el grito de ¡Viva Cuba Libre! resonó a orillas del Río Júcaro, en la costa oriental de Isla de Pinos.
La patriótica consigna fue lanzada por un grupo de cubanos que cumplían condena en la Isla de Pinos, al encontrarse con un grupo de españoles que en ese momento cargaban mercancías al Balandro Margarita que se disponía a zarpar hacia Batabanó. Estos dejaron sus labores para huir ante el improvisado destacamento mambí que por todo armamento llevaba una tijera dividida en dos partes propiedad del barbero Victoriano Guerrero, uno de los patriotas en plan de evasión.
Los insurrectos procedían del grupo revolucionario que participó en el movimiento insurreccional del día 13 de junio de 1895 en la Habana y que se vieron obligados a dispersarse en las llanuras de Alquizar y San Antonio de los Baños y San Antonio de los Baños, de donde era la mayoría. Muchos como los jóvenes Irene Hernández y Victoriano Guerrero, se escondieron en una cueva de Gabriel, donde fueron apresados y trasladados prisioneros a La Habana. Otro grupo menor, formado por Adolfo Vega, Plácido Hernández y Emilio Vargas, fue hecho prisionero y llevados para Guira de Melena y después a la capital así como Generoso Campos Marquetti, uno de los jefes del movimiento libertador y Ángel Abascal. Ambos grupos, reunidos en la cárcel habanera, fueron condenados por las autoridades españolas, y por orden del general Arsenio Martínez Campos se les envió desterrados a Isla de Pinos.
Preparativos del Plan de evasión
Desde los primeros días de su estancia en la Isla como deportados, 150 en total, fraguaron su evasión para así poder incorporarse al Ejército Libertador que combatía en Cuba Libre pero lo planes se iban dilatando. En esas circunstancias Ángel Abascal se enteró de que en el embarcadero del Río Júcaro el Balandro Margarita se disponía a zarpar hacia Batabanó; comunicó la noticia a Plácido Hernández y ambos conjuntamente con Rafael Caso creyeron que era el momento ansiado de escapar hacia la isla de Cuba y concibieron el plan de capturar el Margarita y navegar en ese balandro hacia los campos insurrectos. La mayoría creía descabellado el plan y lo rechazó. La minoría, 11 en total, pues también se incorporó Máximo Camero, Pedro Buides, Cristóbal Guevara y Juan Miranda, aprobó la idea y salieron de Nueva Gerona pero por el camino Emilio Vargas se arrepintió, quien con un fuerte abrazo les deseó buena suerte a sus compañeros.
Plan de Evasión en marcha
Ante el grito de “Viva Cuba libre” los españoles que cuidaban el balandro fueron ahuyentados quedando solos el patrón, un marinero y el Alcalde de Mar que fueron obligados bajo amenaza de muerte, a poner proa hacia la costa sur de Pinar del Río. Todavía quedaba salir del río, para lo que había que pasar peligrosamente por delante de un destacamento de la Guardia Civil. Ya en la desembocadura del Júcaro los revolucionarios dejaron en libertad al Alcalde de Mar y pusieron proa hacia la isla de Cuba.
La persecución
Pocas horas después el cañonero Almendares y el vapor Protector salieron en persecución del balandro que navegaba entre la cayería y los bajos del Golfo de Batabanó. El día 12 de enero, por la tarde, los cañoneros españoles Almendares y Águila divisaron el Margarita que había embarrancado en los bajos cercanos a la desembocadura del Río Guamá en la costa pinareña. En esas circunstancias las naves de guerra enemigas comenzaron a disparar contra el balandro cuyos ocupantes se lanzaron al mar para ganar el litoral. De los cañoneros arriaron botes llenos de infantes de marina que lograron capturar al joven Rafael Caso que había sido estudiante de medicina. Los nueve restantes patriotas lograron burlar la persecución hispana, y a los pocos días hacieron contacto con el General Antonio Maceo, Jefe del Ejército Invasor, el que dijo de los bravos jóvenes rebeldes: “La expedición más arriesgada que ha desembarcado, sólo pueden realizarla niños o locos y los pueblos que tienen estos niños deben ser libres”
Destino Final
Según el relato de Plácido Hernández en la obra “Expediciones Cubanas” de Justo Carrillo Morales (1936) estos jóvenes murieron casi todos peleando al lado del General Maceo: Angel Abascal y Alderete en la Prefectura Guillén de San Juan y Martínez; Pedro Buides y Orihuela, en la Gobernadora; Juan Miranda y Pérez, en el combate de Río de Aura; Adolfo Vega y Valdivia, en la carga de Paso Real; Irene Hernández en el combate de Río Hondo; y, Máximo Camero y Díaz en la Calzada de Infanta el Orden Público lo mató; quedando vivos Cristóbal Guevara y Aragón, Victoriano Guerrero y Plácido Hernández.
Agencies/EduRed/Internet Photos/Arnoldo Varona/TheCubanHistory.com
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