The Chinese Cemetery of Havana is located very close to the renowned Cemetery of Colon Havana and is a beautiful and venerated place where the Chinese still after death, venerate their loved ones and disappeared from this world.
The Chinese began their efforts to have a space to bury their subjects in 1882 through the consul Lin Liang Yuan, his representative on the island, those who requested authorization to the Spanish authorities to build it, however they refused on the grounds that they already had a space in Colón for such purposes, isolated, with independent doors, intended not only for them, but for all non-Catholics.
They needed eleven years to attend to their prayers, on May 20, 1893 they began the construction of their own, after overcoming the resistance of the Catholic Church. This was located in the Las Torres farm, in a space of nine thousand square meters, cast Aldecoa, owned by Federico Kholy, one block from the Christopher Columbus necropolis. In the door, in its upper part, it says an inscription before which the curious ones usually stop. SAN YU CHUN WA (Chinese General Cemetery); it is no enigma or spell as those who make a halt before the main porch and raise their eyes can suppose.
We must remember the great influence and importance of the culture of that nation on the island, where gastronomy, traditional medicine and martial arts, among many other elements that make up society, are key aspects of the culture of the largest of the Antillas and constitutes the third component of importance in the Cuban national identity. In this place of eternal repose, prominent Chinese rest in the deeds for the liberation of the Caribbean island, teachers, doctors and artists and although around more than six thousand Chinese integrated the ranks of the Liberation Army in the struggle against the Spanish metropolis, only the remains of the centennial Mambi Juan Chao Sen and Lieutenant Colonel José Bu Tack are conserved in that place.
From the architectural point of view, Chinese calligraphy is the most expressive resource, accompanied by cranes, lions, dragons, tile roofs, gabled roofs and, of course, trees, as a sign of harmony with nature. proper to Chinese philosophy and funerary ritual linked to family and spirit,
On the first anniversary of the physical disappearance, loved ones burn incense, light candles and place offerings of food that the deceased loved on an altar. Respect for the dead implies practicing seven periods of mourning, seven days each.
In many ocassions you can see women arranging offering during the celebrations of the Qingming Festival in the Chinese Cemetery of Havana. The Qingming Festival, also known as Tomb Cleaning Day, held in China, is the equivalent of Day of the Dead in other countries.
At this moment the Chinese cemetery only admits citizens of that Asian nation, spouse and their descendants until the second generation. An inhumation in the Chinese Cemetery is not as simple as in the rest, it is a Chinese philosophical expression, with curious rituals that fulfill the wishes of the deceased and the wishes that his spirit has good health, for what nothing better than to plant the plants chosen in the place where their remains rest.
This necropolis is divided into four regular paintings representing the sky, the earth, the world of the living and that of the dead. In its interior alternate chapels, obelisks and graves excavated in the earth. And everything is governed by an Asian principle of great value: “The aesthetic value lies in the harmony of the whole and in the representation of human beauty, which admits the simple and the imperfect, to induce us to meditation and memory”.
EL VENERADO CEMENTERIO CHINO DE LA HABANA. PRESENTE E HISTORIA.
El Cementerio Chino de la Habana esta ubicado muy cerca del renombrado Cementerio de Colon habanero y es un hermoso y venerado lugar donde los chinos todavia despues de muertos, veneran a sus seres queridos ya desaparecidos de este mundo.
Los chinos comenzaron sus gestiones para tener un espacio donde sepultar a sus súbditos en 1882 a través del cónsul Lin Liang Yuan, su representante en la Isla, los que solicitaron autorización a las autoridades españolas para construirlo, sin embargo éstas se negaron aduciendo que ya tenían un espacio en de Colón para tales efectos, aislado, con puertas independientes, destinado no sólo a ellos, sino a todos los no católicos.
Necesitaron once años para que se atendieran sus ruegos, el 20 de mayo de 1893 iniciaron la construcción de uno propio, después de vencer la resistencia de la iglesia católica. Éste se emplazó en la finca Las Torres, en un espacio de nueve mil metros cuadrados, reparto Aldecoa, propiedad de Federico Kholy, a una cuadra de la necrópolis Cristóbal Colón. En la puerta, en su parte superior, reza una inscripción ante la que los curiosos suelen detenerse. SAN YU CHUN WA ( Cementerio General Chino); no es ningún enigma o conjuro como puedan suponer los que hagan un alto ante el pórtico principal y alcen su mirada.
Hay que recordar la gran influencia e importancia de la cultura de esa nación en la isla, donde la gastronomía, la medicina tradicional y las artes marciales, entre muchos otros elementos que componen la sociedad, son aspectos claves de la cultura de la mayor de las Antillas y constituye el tercer componente de importancia en la identidad nacional cubana. En este lugar de reposo eterno, descansan chinos destacados en las gestas por la liberación de la isla caribeña, maestros, médicos y artistas y aunque alrededor de más de seis mil chinos integraron las filas del Ejército Libertador en la lucha contra la metrópoli española, sólo se conservan en ese lugar los restos del centenario mambí Juan Chao Sen y del teniente coronel José Bu Tack.
Desde el punto de vista arquitectónico en el predomina la caligrafía china que es el recurso expresivo de más fuerza, acompañado de grullas, leones, dragones, techos de teja, a dos aguas y por supuesto el arbolado como señalando la armonía con la naturaleza, todo propio de la filosofía china y del ritual funerario vinculado a la familia y al espíritu,
En el primer aniversario de la desaparición física, los seres queridos queman incienso, encienden velas y colocan ofrendas de los alimentos que le gustaban al fallecido sobre un altar. El respeto hacia los muertos implica practicar siete períodos de luto, de siete días cada uno.
Actualmente el cementerio chino sólo admite a ciudadanos de esa nación asiática, cónyuge y sus descendientes hasta la segunda generación. Una inhumación en el Cementerio Chino no es tan simple como en el resto, es una expresión filosófica china, con curiosos rituales que cumplen los deseos del fallecido y los deseos de que su espíritu tenga buena salud, para lo que nada mejor que sembrar las plantas escogidas en el lugar donde reposen sus restos.
Esta necrópolis está dividida en cuatro cuadros regulares que representan el cielo, la tierra, el mundo de los vivos y el de los muertos. En su interior alternan capillas, obeliscos y fosas excavadas en la tierra. Y todo se rige por un principio asiático de gran valor: “El valor estético reposa en la armonía del conjunto y en la representación de la belleza humana, que admite lo simple y lo imperfecto, para inducirnos a la meditación y al recuerdo”.
Agencies/MemoriasCubanas/Carlos Rodríguez/Internet Photos/Arnoldo Varona/ TheCubanHistory.com
THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.