While US travellers will still be able to make authorised trips to Cuba with a US-based organisation, and accompanied by a US representative, it will be harder for them to travel individually. Picture: Reuters
For President Donald Trump to get re-elected for a second term in 2020 he will need to secure enough votes in the key swing state of Florida.

Last time around it was a narrow victory, as Trump won Florida’s 29 electoral votes by garnering only 112 911 votes more than Hillary Clinton.

Usually, support for the Democrats among Florida’s Hispanic voters has been enough to enable them to carry Florida, but Trump’s support among working-class voters tipped the outcome in his favour. Often the results in Florida are a close call. In 2012 President Barak Obama won in Florida by just 0.9 percentage points.

It seems Trump’s strategy to secure the Cuban vote in Florida at the next election is to completely reverse the positive “re-opening” with Cuba that Obama initiated. The White House is now doing everything in its power to appease the anti-Cuban lobby in Florida and unravel the initiatives and executive orders of Obama relating to rapprochement with Cuba.

This week the US government made it tougher for Americans to visit Cuba and do business there. The restrictions, which took effect on Thursday, include a ban on Americans doing business with 180 Cuban government entities, holding companies and tourism companies. The list includes 83 state-owned hotels, including Ernest Hemingway’s favourite haunt, the Hotel Ambos Mundos, and the city’s new luxury shopping mall.

It also includes a development zone at Cuba’s Mariel port, which Cuba hopes to develop into a major Caribbean industrial and shipping hub with tax and customs breaks.

The National Foreign Trade Council, a business lobby group in Washington, has called the Mariel restriction “counter-productive” because it would hurt a Cuban government initiative that could potentially benefit Cuban workers.

Republican Senator Marco Rubio of Florida, a Cuban-American, said the list failed to go far enough because it omitted companies like Gran Caribe Hotel Group and Cubanacan, that have ties to the Cuban government. Republicans like Rubio and the director of the CIA, Mike Pompeo, would like to see the US take an even harsher stance on Cuba, and they are now largely determining Cuban policy.

While US travellers will still be able to make authorised trips to Cuba with a US-based organisation, and accompanied by a US representative, it will be harder for them to travel individually.

The main element of Obama’s détente with Cuba, however, was the restoration of diplomatic ties and the opening of embassies in Havana and Washington. Trump and his administration are doing their best to undermine even those diplomatic relations. Hence the allegations levied at Cuba a week ago, that it failed to protect US diplomatic staff at the embassy in Havana from mysterious “sonic attacks”.

Laying such a claim gave the US administration the excuse it needed to withdraw more than half of its embassy staff. The move has decimated the section of the embassy dealing with trade and economic relations, and the political and consular sections have also been badly affected. A total of 15 staff, or 60% of the staff complement, have been withdrawn.

But the most bizarre element of the story is that the US media hardly questioned the veracity of the allegation, emanating from the White House, of the sonic attacks.

Scientists have come out saying that no country has the capability of producing sonic attacks whereby only some individuals are affected while others in the vicinity are not.

While the supposed victims complained of dizziness, headaches and loss of orientation, Cuban officials have not been allowed to interview the victims or their doctors, or visit the sites where these incidents supposedly happened. None of the victims have even made a statement regarding this case.

There are thus no identifiable victims, US and Cuban investigations have produced no evidence of a weapon, and no purported motive on the part of a perpetrator.

It all seems to have been a pretext created so that the White House could take action and undermine diplomatic and trade relations with Cuba. This feeds into the type of outcome that the Cuban lobby in Florida is looking for, and it will no doubt reward Trump for his efforts at the next election.

What this means for Cuba is that it will hurt its private sector at a time when the economy is already struggling.

The measures will also hurt the Cuban people, as government revenue funds Cuba’s free education and health care systems.

(OPINIÓN) ES EL CIERRE DE LAS PUERTA CON CUBA LA ESTRATEGIA DE TRUMP PARA REELEGIRSE?

Si bien los viajeros estadounidenses aún podrán realizar viajes autorizados a Cuba con una organización con sede en los EE. UU. Y acompañados por un representante de los EE. UU., Será más difícil para ellos viajar individualmente. Imagen: Reuters
Para que el presidente Donald Trump sea reelegido para un segundo mandato en 2020, necesitará asegurar suficientes votos en el estado clave de Florida.

La última vez fue una victoria estrecha, ya que Trump ganó los 29 votos electorales de la Florida obteniendo solo 112 911 votos más que Hillary Clinton.

Por lo general, el apoyo a los demócratas entre los votantes hispanos de la Florida ha sido suficiente para permitirles llevar a Florida, pero el apoyo de Trump entre los votantes de la clase obrera inclinó el resultado a su favor. A menudo, los resultados en Florida son una decisión cercana. En 2012, el presidente Barak Obama ganó en Florida por solo 0.9 puntos porcentuales.

Parece que la estrategia de Trump para asegurar el voto cubano en Florida en las próximas elecciones es revertir completamente la positiva “reapertura” con Cuba iniciada por Obama. La Casa Blanca ahora está haciendo todo lo que está a su alcance para apaciguar al lobby anticubano en Florida y desentrañar las iniciativas y órdenes ejecutivas de Obama relacionadas con el acercamiento con Cuba.

Esta semana, el gobierno de los Estados Unidos hizo más difícil para los estadounidenses visitar Cuba y hacer negocios allí. Las restricciones, que entraron en vigencia el jueves, incluyen la prohibición de que los estadounidenses hagan negocios con 180 entidades del gobierno cubano, compañías tenedoras y compañías de turismo. La lista incluye 83 hoteles de propiedad estatal, incluido el refugio favorito de Ernest Hemingway, el Hotel Ambos Mundos y el nuevo centro comercial de lujo de la ciudad.

También incluye una zona de desarrollo en el puerto de Mariel en Cuba, que Cuba espera convertir en un importante centro industrial y de navegación del Caribe con exenciones impositivas y aduaneras.

El Consejo Nacional de Comercio Exterior, un grupo de presión empresarial en Washington, calificó la restricción Mariel como “contraproducente” porque dañaría una iniciativa del gobierno cubano que podría beneficiar a los trabajadores cubanos.

El senador republicano Marco Rubio de Florida, un cubanoamericano, dijo que la lista no fue lo suficientemente lejos porque omitió a compañías como Gran Caribe Hotel Group y Cubanacan, que tienen vínculos con el gobierno cubano. Republicanos como Rubio y el director de la CIA, Mike Pompeo, quisieran que Estados Unidos tome una postura aún más dura con respecto a Cuba, y ahora están determinando en gran medida la política cubana.

Si bien los viajeros estadounidenses aún podrán realizar viajes autorizados a Cuba con una organización con sede en los EE. UU. Y acompañados por un representante de los EE. UU., Será más difícil para ellos viajar individualmente.

Sin embargo, el elemento principal de la distensión de Obama con Cuba fue la restauración de las relaciones diplomáticas y la apertura de embajadas en La Habana y Washington. Trump y su administración están haciendo todo lo posible para socavar incluso esas relaciones diplomáticas. De ahí las acusaciones impuestas a Cuba hace una semana, que no protegió a los diplomáticos estadounidenses en la embajada en La Habana de misteriosos “ataques sónicos”.

Plantear tal reclamo le dio a la administración estadounidense la excusa de que necesitaba retirar a más de la mitad del personal de su embajada. La medida ha diezmado la sección de la embajada que se ocupa de las relaciones comerciales y económicas, y las secciones política y consular también se han visto gravemente afectadas. Se ha retirado un total de 15 empleados, o el 60% del complemento del personal.

Pero el elemento más extraño de la historia es que los medios estadounidenses apenas cuestionaron la veracidad de la acusación, proveniente de la Casa Blanca, de los ataques sónicos.

Los científicos han salido diciendo que ningún país tiene la capacidad de producir ataques sónicos por los cuales solo algunas personas se ven afectadas, mientras que otras en los alrededores no lo son.

Si bien las supuestas víctimas se quejaron de mareos, dolores de cabeza y pérdida de orientación, a los funcionarios cubanos no se les permitió entrevistar a las víctimas ni a sus médicos, ni visitar los sitios donde supuestamente ocurrieron estos incidentes. Ninguna de las víctimas ha hecho una declaración sobre este caso.

Por lo tanto, no hay víctimas identificables, las investigaciones de los EE. UU. Y de Cuba no han producido evidencia de un arma y ningún motivo aparente por parte de un perpetrador.

Todo parece haber sido un pretexto creado para que la Casa Blanca pueda tomar medidas y socavar las relaciones diplomáticas y comerciales con Cuba. Esto se nutre del tipo de resultado que el lobby cubano en Florida está buscando, y sin duda recompensará a Trump por sus esfuerzos en las próximas elecciones.

Lo que esto significa para Cuba es que dañará a su sector privado en un momento en que la economía ya está luchando.

Las medidas también perjudicarán al pueblo cubano, ya que los ingresos del gobierno financian los sistemas de educación y salud gratuitos de Cuba.

Agencies/SundayIndependent/Shannon Ebrahim/Internet Photos/Arnoldo Varona/ TheCubanHistory.com
THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.

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