The first official document known about cockfighting in Cuba dates from April 8, 1737 and consists of a royal decree asking the governor for a report on whether cockfighting could have “problems with the people of the sea and the land “and news about the lease of the game is requested.
This game became so common in the colonial era that “fences” were built in all the urban or rural towns, which is how the rings created for this purpose are known in Cuba.
In Havana, in the center of the city, between the Castillo de la Fuerza and the Intendencia building, Don Francisco Dionisio Vives, then Captain General of Cuba had a gallery for his amusement and that of his friends.
When the Spanish General Lieutenant Don Miguel Tacón y Rosique was appointed by Queen Isabel II of Spain with the title of Governor of the “Always Faithful Island of Cuba” in 1834, he put an end to the cockfights and by a circular dated the October 20, 1835 the game of roosters was banned in the country taverns and private homes, reducing the game in the towns to the holidays only.
Years later, Don Leopoldo O’Donnell, who was Captain General of the island between 1844 and 1844, dictated the Decree of July 25, 1844, which banned the fighting of roosters in villages and assistance to the fences of the people of color and “children of families”. Access to people of color was forbidden, because in the fences, with the passion of the fight social differences were forgotten, without recognizing in that show any line that marked caste differences. In addition, these activities were meeting points to conspire against the Spanish government.
During most of the second half of the 19th century, authorizations were granted to establish billboards for roosters.
In 1899 the then Civil Governor of Havana, General Juan Rius Rivera, banned cockfighting by the Decree of October 31, 1899. And on April 19, 1900, the Governor of Cuba, General Leonard Wood, at the proposal of his Secretary of the Interior and State, Dr. Diego Tamayo, issued military order No.165 prohibiting cockfighting since June 1, 1900 in the entire territory of the island.
In 1909, the then President of the Republic of Cuba, José Miguel Gómez, to win supporters again authorized cockfighting and regulations were agreed upon for their execution.
In the first half of the twentieth century the legality of cockfighting in Cuba suffered several ups and downs.
Until the end of 1967 and the beginning of 1968 fights took place all over the country, but in order to eliminate the bets the fences were closed and the fights were forbidden, although not the raising of the roosters. But in 1980 the authorities decriminalized the fights eliminating them as criminal figures and turning them into simple contraventions.
From then on, a state plan was developed as a business organization represented by the National Flora and Fauna Company, attached to the Ministry of Agriculture, whose organization has breeding, care and collection centers for fighting cocks and groups all Private breeders with representation in all the provinces grouped by territories. The organization programs several fairs or provincial and national tournaments a year in the months of January-April with the aim of testing the offspring and the quality of the roosters, but without mediating monetary interest in the results of the fights. The business organization maintains commercial relationships selling roosters to breeders from other Caribbean countries, where cockfighting is common. But only the Cuban government controls everything related to sale, production, etc … even though the people do not always follow the guidelines and the cock fights are still being carried out semi-clandestine by the peasants and fanatics of the cockfights that they do not let anyone get in the way of their private tastes.
CORTA HISTORIA DE LAS PELEAS DE GALLOS EN CUBA.
El primer documento oficial que se conoce acerca de las peleas de gallos en Cuba data del 8 de abril de 1737 y consiste en un decreto real solicitando al gobernador un informe sobre si las peleas de gallos podrían tener “inconvenientes con la gente del mar y la tierra” y se piden noticias acerca del arrendamiento del juego.
Este juego se hizo tan común en la época colonial, que en todos los poblados urbanos o rurales se construyeron “vallas”, que es como se conocen en Cuba los ruedos creados para este fin.
En La Habana, en el centro de la ciudad, entre el Castillo de la Fuerza y el edificio de la Intendencia, Don Francisco Dionisio Vives, entonces Capitán General de Cuba tenía una gallería para su diversión y la de sus amigos.
Cuando el Teniente General español Don Miguel Tacón y Rosique fuera nombrado por la Reina Isabel II de España con el título de Gobernador de la “Siempre fiel Isla de Cuba” en 1834, éste puso coto a las peleas de gallos y por una circular fechada el 20 de octubre de 1835 se prohibió el juego de gallos en las tabernas del campo y casas particulares, reduciéndose el juego en las poblaciones a los días festivos solamente.
Años después, Don Leopoldo O’Donnell, quien fue Capitán General de la isla entre 1844 y 1844, dictó el Decreto del 25 de julio de 1844 por el que se prohibían las lidias de gallos en poblados y la asistencia a las vallas de la gente de color e “hijos de familias”. El acceso a la gente de color se prohibía, porque en las vallas, con la pasión de la pelea se olvidaban las diferencias sociales, sin reconocer en aquel espectáculo ninguna línea que marcara las diferencias de casta. Además estas actividades eran puntos de reunión para conspirar contra el gobierno español.
Durante casi toda la segunda mitad del siglo XIX se fueron concediendo autorizaciones para establecer vallas de gallos.
En 1899 el entonces Gobernador Civil de La Habana, el General Juan Rius Rivera, prohibió las peleas de gallos por el Decreto del 31 de octubre de 1899. Y el 19 de abril de1900 el Gobernador de Cuba, el General Leonard Wood, a propuesta de su Secretario de Gobernación y Estado, el Dr. Diego Tamayo, emitió la orden militar No.165 prohibiéndose las peleas de gallos desde el 1.º de junio de 1900 en todo el territorio de la isla.
En 1909, el entonces Presidente de la República de Cuba, José Miguel Gómez, para ganar simpatizantes autorizó nuevamente las peleas de gallos y se acordaron reglamentos para su ejecución.
En la primera mitad del siglo XX la legalidad de las peleas de gallos en Cuba sufrió varios altibajos.
Hasta finales de 1967 y principios de 1968 se realizaban peleas en todo el país, pero en interés de eliminar las apuestas se cerraron las vallas y se prohibieron las peleas, aunque no así la crianza de los gallos. Pero en 1980 las autoridades despenalizaron las peleas eliminándolas como figuras delictivas y convirtiéndolas en simples contravenciones.
A partir de entonces se desarrolló un plan estatal a modo de organización empresarial representado por la Empresa Nacional de Flora y Fauna, adscrita al Ministerio de la Agricultura, cuya organización tiene centros de cría, cuidado y recolección de gallos de pelea y agrupa a todos los criadores privados con representación en todas las provincias agrupadas por territorios. La organización programa varias ferias o torneos provinciales y nacionales al año en los meses de enero-abril con el objetivo de probar las crías y la calidad de los gallos, pero sin mediar interés monetario en los resultados de las peleas. La organización empresarial mantiene relaciones comerciales de venta de gallos a criadores de otros países del Caribe, donde son comunes las peleas de gallos. Pero solo el gobierno cubano controla todo lo referente a venta, produccion, etc.. a pesar de que el pueblo no siempre sigue las directrices y las peleas de gallos siguen siendo realizadas semi-clandestinas por los campesinos y fanaticos de las peleas de gallos que no dejan que nadie se interpongan en sus gustos privados.
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THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.