In Cuba it is called “Muñequitos” to the drawings in the form of a magazine that in other parts of the world are denominated mostly as Comics, Comics or Comics.
In the 40s and 50s there were in Cuba muñequitos of all the world’s imaginable publishers, in particular the editors Novaro, SEA and Marvel and La Prensa.
Also the Saturday and Sunday newspapers had sections that the muñequitos fans followed with discipline, in particular Tarzan, Mandrake the Magician, the Phantom, Flash Gordon and Dick Tracy.
A doll premiere of the week (almost all took weekly numbers) had a cost of 10 cents, that was equivalent to stop going to the movies once or deprive yourself of eating something tasty. Only those who had a little more resources bought them. But the following week, the price was going down even if it was a new copy and a month and it cost 2 copies for 5 cents.
My favorite Muñequitos were Superman, Batman, Little Lulu, Tom and Jerry, The chattering magpies Tuco and Tico, Tarzan, Spirit and as a child at last the terrifying Mysteries of the Black Cat, The Black Dahlia and Tales of Horror and Mystery.
In short, in a short time he had huge stacks of thousands of dolls, many of them from the collection that were untouchable and others that he read and kept well to give him more value and he rode them in a kind of wagon that he had to go see several buddies of the neighborhood and exchange them for others.
This was my biggest entertainment, that among the Muñequitos and the books that I began to read with pleasure of Jules Verne, Salgari and Dumas classics, I was occupied all the time, I did not hear radio or watch television, when we had it, because it was a luxury at that time. When the television arrived I only liked to see the American series of those years, such as Highway Patrol, The Law of the Revolver, Bat Masterson, The Adventures of Rin Tin Tin, Birds of Steel, and the one that did not resist was I Love Lucy, that For me it was a heaviness and people liked it a lot, especially because there was a Cuban in it (Desi Arnaz) who was a heavy human bomb.
I think that only the ball game could do a little competition to my love of books and Muñequitos.
My gigantic collection would cost a fortune in the present times, also because they were almost entirely new specimens, but as with many things in life, I did not take care to maintain them. Only a few copies bound in volumes with 10 volumes were known by my children.
As for the Cuban comics then they were non-existent, only a few characters in the written press such as Liborio, the Criollo Reyecito or the Sinister Man in the Bohemia Magazine, “The History of World War II”, “Cascaritas and Mango Macho” and “José Dolores in the Information Periodical, as well as in El Diario de la Marina, El País and El Mundo, among others. In total circulated more than 400 comic characters in the country, developing in the population a taste for this genre.
After the Revolution Supertiñosa emerged, by Virgilio Martínez, of great quality and imagination but with an excessive politicized inclination and also “Recuerdos de Chamaco” by Fidel Morales. In 1970, the character Elpidio Valdes by Juan Padrón appears, which later became animation and became the most popular Cuban comic of all time. Nor am I going to talk about a character who wanted to popularize much by politics but who lacked the minimum values, both as plastic art and for its content that was the mess of “el loquito” of Nuez.
Soon comics related to science fiction began, following the example of Spaniards, French, Italians or Argentines and with a remarkable influence of the very imaginative Soviet science fiction writers. Another theme that he liked a lot was the adaptation of literary works.
According to the great writer Guillermo Cabrera Infante, who from a very young age had two great inspirations to learn to read: movies and dolls. It happened to me and I think many others who became angry readers thanks to the influence of dolls, comics, cartoons or comics as they are told in different countries.
Today I enjoy seeing many of those copies that bring me so many memories, having downloaded them from Internet sites and having with them a virtual collection similar to the original or better yet. I keep them as a treasure next to my favorite books, also digitalized because the traditional book has become prohibitive and today’s comic does not think it has anything educational or attractive. It must be that I’m old because the same thing happens with contemporary music.
“LOS MUÑEQUITOS”, “HISTORIETAS” O ‘COMICS’ EN LA HISTORIA CUBANA.
En Cuba se le llama “muñequitos” a los dibujos en forma de revista que en otras partes del mundo se denominan mayoritariamente como Comics, Historietas o Tebeos.
En los años 40 y 50 había en Cuba muñequitos de todas las editoriales imaginables del mundo, en particular las editoras Novaro, SEA y Marvel y La Prensa.
También los diarios sabatinos y domingueros tenían secciones que los aficionados a los muñequitos seguían con disciplina, en particular a Tarzán, Mandrake el Mago, el Fantasma, Flash Gordon y Dick Tracy.
Un muñequito de estreno de la semana (casi todos sacaban números semanales) tenía un costo de 10 centavos, eso equivalía a dejar de ir al cine una vez o privarte de comer algo sabroso. Sólo los que tenían un poco más de recursos los compraban. Pero a la semana siguiente, el precio iba bajando aunque fuera un ejemplar nuevo y al mes ya este costaba 2 ejemplares por 5 centavos.
Mis muñequitos preferidos eran Superman, Batman, La Pequeña Lulú, Tom y Jerry, Las urracas parlanchinas Tuco y Tico, Tarzán, el Spirit y como niño al fin los terroríficos Misterios del Gato Negro, La Dalia Negra y Cuentos de Horror y Misterio.
En resumen, en poco tiempo tenía inmensas pilas de miles de muñequitos, muchos de ellos de colección que eran intocables y otros que leía y conservaba bien para darle más valor y los montaba en una especie de vagoneta que tenía para ir a ver a varios compinches del barrio e intercambiarlos por otros.
Este era mi mayor entretenimiento, que entre los muñequitos y los libros que empezaba a leer con mucho gusto de Julio Verne, Salgari y clásicos de Dumas, me ocupaban todo el tiempo, no oía radio ni veía televisión, cuando la tuvimos, porque era un lujo en aquella época. Cuando llegó la televisión solo me gustaba ver las series norteamericanas de aquellos años, como Patrulla de Caminos, La Ley del Revólver, Bat Masterson, Las aventuras de Rin Tin Tin, Pájaros de acero, y la que no resistía era I Love Lucy, que para mi era una pesadez y a la gente le hacía mucha gracia, sobre todo porque había un cubano en ella (Desi Arnaz) que era una bomba humana de pesado.
Creo que sólo el juego de pelota podía hacerle un poco de competencia a mi afición a los libros y los muñequitos.
Mi gigantesca colección costaría una fortuna en los tiempos actuales, además porque eran en casi su totalidad ejemplares nuevos, pero como ocurre con muchas cosas en la vida, no me ocupé debidamente de mantenerlos. Solo unos pocos ejemplares encuadernados en tomos con 10 volúmenes fueron conocidos por mis hijos.
En cuanto a las historietas cubanas entonces eran inexistentes, solamente unos pocos personajes en la prensa escrita como era Liborio, el Reyecito Criollo o el Hombre Siniestro en la Revista Bohemia, “La Historia de la II Guerra Mundial”, “Cascaritas y Mango Macho” y “José Dolores en el Periódico Información, así como en El Diario de la Marina, El País y El Mundo, entre otros. En total circularon más de 400 personajes de historietas en el país, desarrollando en la población un gusto por este género.
Después de la Revolución surge Supertiñosa, de Virgilio Martínez, de mucha calidad e imaginación pero con una inclinación politizada excesiva y también “Recuerdos de Chamaco” de Fidel Morales. En 1970 aparece el personaje Elpidio Valdes de Juan Padrón que más tarde pasaría a la animación convirtiéndose en el más popular comic cubano de todos los tiempos. Ni voy a hablar de un personaje que se quiso popularizar mucho por la política pero que carecía de los valores mínimos, tanto como arte plástica como por su contenido que era el bodrio de “el loquito” de Nuez.
Pronto comenzaron los comics relacionados con la ciencia ficción, siguiendo el ejemplo de españoles, franceses, italianos o argentinos y con una influencia notable de los escritores de ciencia ficción soviéticos, muy imaginativos. Otro temática que gustó mucho fue la adaptación de obras literarias.
Cuenta el gran escritor Guillermo Cabrera Infante, que desde muy niño tuvo dos grandes inspiraciones para aprender a leer: el cine y los muñequitos. A mi me pasó igual y creo que a muchas otras personas que se convirtieron en furibundos lectores gracias a la influencia de los muñequitos, comics, caricaturas o tebeos como se les dice en diferentes países.
Hoy disfruto viendo muchísimos de esos ejemplares que me traen tantos recuerdos, al haberlos descargado de sitios en Internet y tener con ellos una colección virtual similar a la original o mejor aún. Los guardo como un tesoro al lado de mis libros preferidos, también digitalizados porque el libro tradicional se ha vuelto prohibitivo y el comic de hoy en día no creo que tenga nada de educativo ni atractivo. Debe ser que estoy viejo porque me pasa lo mismo con la música contempóranea.
Agencies/Memorias Cubanas/Carlos Rodríguez/Internet Photos/ Arnoldo Varona/ TheCubanHistory.com
THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.